Columna del Prof. Juan Cortés, Vicerrector VAEC

El rol de la comunidad universitaria en la Salud Mental de sus estudiantes.

El rol de la comunidad universitaria en la Salud Mental
Prof. Juan Cortés, Vicerrector de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios
Prof. Juan Cortés, Vicerrector de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios

Comprobación de esto es la apatía con que enfrentamos las elecciones o la negligencia con que actuamos en el cuidado de los demás o de los bienes públicos.

Para quienes pasamos por la Universidad, la experiencia de ser estudiante se presenta llena de expectativas, ansiedades y anhelos. Para la mayoría, la aventura comienza al final de la adolescencia, en que de forma simultánea a la formación académica se va haciendo más compleja la vida afectiva, deportiva o política en este grandioso escenario que se despliega ante nosotros: La Universidad.

Aquí, el o la estudiante va descubriendo una comunidad conformada -además de sí mismo/a y sus compañeros- por ayudantes, profesores y funcionarios/as, cada uno con distintas culturas, trayectorias, estilos, y caracteres. Entre todos definimos el novedoso e inesperado elenco que actúa en este escenario.

Para los “antiguos“, estas nuevas generaciones no siempre son percibidas como una novedad ni tampoco el que ellos/as mismos constituyan un referente para estos estudiantes, más allá de sus respectivas disciplinas. El sentido de pertenencia a la institución, uno de los valores claves en nuestra Universidad, aparece amenazado y unos y otros no siempre conseguimos identificarnos como ciudadanos de la misma aldea. Las responsabilidades en este desencuentro no son equivalentes. La mayor responsabilidad nos corresponde a los académicos, llamados a formar integralmente a estos/as jóvenes.

Existe desaliento. El desdén y desconfianza que habitan nuestro ambiente deterioran las experiencias. Surgen formas descuidadas para comunicamos y utilizamos un lenguaje degradado o degradante, de modo común y acrítico..
Este desdén se hace visible al comprobar la suerte que corren muchos/as estudiantes, especialmente los vulnerables, durante los innumerables y estereotipados procesos reivindicatorios.

La colaboración, solidaridad, empatía, altruismo, honestidad, generosidad, o el desinterés, características que abundan en nuestra comunidad, aparecen eclipsadas, invisibles u opacadas por la vorágine. Debemos darle un sitio de privilegio en la práctica diaria, avanzar en la humanización de la sociedad adoptando incondicionalmente el trato cordial. Los mensajes, por duros o incómodos que sean, debemos darlos con respeto y empatía y constituirnos nosotros mismos en factores protectores de salud mental.