Presentan libro “Alimentación y Nutrición de los Chilenos”

La Encuesta Nacional de Consumo Alimentario para todos

La Encuesta Nacional de Consumo Alimentario para todos
La publicación del libro fue posible gracias al Fondo Juvenal Hernández de la Universidad de Chile
El doctor Tito Pizarro fue el encargado de presentar la publicación
El doctor Kukuljan señaló que "tenemos una deuda como universidad de estimular este tipo de trabajos, institucionalmente, para generar evidencia, pero también soluciones".
Sentados: doctores Paulina Pino, Hugo Amigo, Rosa Devés, vicerrectora de Asuntos Académicos de la U. de Chile. De pie, doctores Patricia Bustos y Manuel Kukuljan.

La actividad se realizó el 20 de agosto de 2019, ocasión en que la profesora Patricia Bustos, académica del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina y directora alterna de este proyecto, recordó que este texto es la síntesis y culminación de una larga tarea, como fue la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario. La primera versión de este estudio se realizó en Chile en 1974 –“época en la que la desnutrición y mortalidad infantil exhibían un perfil de país subdesarrollado”- pero sus resultados no fueron dados a conocer, “lo que no permitió hacer proyecciones o comparaciones, por lo que la importancia del libro actual es que es el primer reporte escrito, además de los informes entregados al Ministerio de Salud y la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, Junaeb, proporcionando información nutricional y especialmente de los patrones de alimentación de la población en un escenario completamente distinto del de la primera encuesta, en que hoy predomina el exceso de peso, diversas enfermedades crónicas no trasmisibles relacionadas con la ingesta de alimentos y patrones de esta muy distintos”.

La investigación se inició el año 2010 a partir de una licitación realizada por el Ministerio de Salud y con el doctor Hugo Amigo, del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina, como su director técnico; la doctora Bustos como directora alterna y la doctora Paulina Pino, de la Escuela de Salud Pública, a cargo del análisis de datos y revisión crítica del documento. Participaron, además, numerosos académicos de las unidades mencionadas, así como de la Escuela de Nutrición y del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile.

Tomando en serio la salud de las nuevas generaciones

El texto fue presentado por el doctor Tito Pizarro –quien en la época de realización del estudio era el Encargado de la Unidad de Nutrición del Minsal y actualmente es vicedecano de Docencia y Extensión de la Universidad de Santiago- destacó a los editores del texto y autores de la investigación como “un grupo muy comprometido en trasparentar y entregar la información que el mundo académico construye y desarrolla, al servicio de la comunidad y del bien público, así como de los instrumentos que tenemos como país para mejorar entornos y espacios de convivencia”.

“Este libro aparece cuando, como país, enfrentamos el desafío de la malnutrición por exceso. Entrega una línea de base que se da en un contexto de un país que está haciendo grandes cambios a los entornos alimentarios, que ha enfrentado en serio la construcción de estrategias basadas en evidencias, que es capaz de decirle a la industria que nos entrega los alimentos, a la que hace la publicidad y a otros sectores vinculados, que hay que parar y tomar medidas duras. Hemos vivido en los últimos años una serie de cambios estructurales en la composición de alimentos, en los patrones de consumo, en los modelos de avisaje y marketing que llevan a hacer elecciones y tomar decisiones más o menos saludables”.

Posteriormente, detalló que el libro contiene los resultados de varias encuestas que formaron parte del estudio y que se hicieron a 5.000 familias que participaron del proyecto, como la primera de recordación de consumo en las últimas 24 horas y otra más para establecer tendencias de consumo en los últimos 30 días y los resultados que arrojaron, a lo que se sumaron datos de los encuestados, como región en la que viven, nivel socioeconómico, edad, género y otros, tales como una evaluación nutricional profesional que se les aplicó en dos ocasiones. “Chile ha tomado en serio el proteger la salud de niños y niñas, por lo que creo que debiera haber una segunda encuesta que mire la realidad actual y compare con los resultados que ya tenemos, para ver la evolución del perfil del consumo nacional de alimentos”.

De un faro a una brújula

Luego, la doctora Paulina Pino explicó que “pensamos que debíamos aprovechar este libro para poner esta encuesta en perspectiva, y aún asumiendo que ya es pasado, repensarla y en lo posible con una mirada de futuro. Con su realización, Chile pasó a integrar el grupo de 39 países que cuentan con al menos una encuesta de consumo alimentario a nivel nacional; es decir con información de lo que comen personas reales de una muestra representativa, posibilitando con rigor metodológico su interpretación a nivel poblacional. Para los investigadores es una oportunidad privilegiada de contactar con ese Chile variado y profundo que escapa a los promedios; y luego, cuando la información ya estaba ordenada, una encuesta es siempre un interesante desafío analítico, un semillero de preguntas, y la posibilidad de vincular con otros datos. Para los tomadores de decisiones, una encuesta como ésta debiera constituir una suerte de faro, que advierte dónde está el peligro y permite instaurar políticas, esperando un poco a ciegas que den buen resultado. La cuestión ahora es si vamos a seguir siendo parte de ese 20% de países que hicieron una encuesta alimentaria nacional o si nos sumaremos al 8% de países que han instituido estas encuestas periódicamente cada cierto número de años, o más aún si podemos y queremos algún día integrar ese selecto 2% que las realizan de forma anual e incluso hacen seguimiento por décadas de las mismas personas. La información que se obtiene en esos modelos, y la implicancias en investigación y políticas públicas son tremendas; no sólo una foto, sino el ritmo de las tendencias de cambio y las fluctuaciones estacionales si las hubiere; es decir, ya no más un faro estático sino una brújula que permite no perder el norte, afinar las políticas y acompañar sus efectos en el tiempo, lo que consigue mantener un verdadero sistema de vigilancia alimentaria y nutricional”.

Al dirigirse a los presentes, el doctor Manuel Kukuljan, decano de la Facultad de Medicina, felicitó y agradeció el trabajo de todos quienes fueron parte de este proyecto, recalcando que “cumple con la misión de la Universidad de Chile, como es la generación de evidencia sobre la cual construir políticas públicas sólidas, lo que es muy relevante porque combina calidad con pertinencia. Pero, además, es un trabajo colectivo; en una manera que vemos con poca frecuencia porque los sistemas nos han llevado a que atomicemos nuestros esfuerzos, y que empresas de esta envergadura sean poco probables. Creo que tenemos una deuda como universidad de estimular este tipo de trabajos, institucionalmente, de manera de generar evidencia, pero también soluciones. Estas soluciones pasan por otras aproximaciones que no estamos considerando; tenemos responsabilidad en articularnos para generar respuestas más colectivas y contundentes. Y, quizás, dejar de esperar que el Minsal quiera hacer otra encuesta, sino tener una proactividad mayor y ese es una deuda y desafío que tenemos como universidad. Espero que lo podamos hacer, tenemos todas las características para ello y el trabajo que se plasma en este libro es un muy buen ejemplo de que sí se puede hacer”.