Estudiantes y profesionales:

Voluntarios de Salud autoconvocados salen a las calles

Voluntarios de Salud autoconvocados salen a las calles

Autoconvocados, apenas iniciado el estallido social en Chile, los estudiantes de la Salud salieron a las calles de la movilización ciudadana para atender a los y las heridos y heridas por la represión y la violencia. A 20 días de intenso trabajo organizado en cuadrillas, mantienen 5 puntos de Salud, distribuyen los insumos clínicos, articulan la respuesta sanitaria a las urgencias, sistematizan estadísticas de atenciones y heridos/as, pero por sobre todo, comparten la vocación por el servicio público que fundamenta a las carreras que estudian.

De sus experiencias vitales, sus riesgos, corajes y cómo se organizaron para responder a ese llamado al servicio de los problemas país que tanto han escuchado y discutido en la Universidad de Chile, este reportaje.

Primeros Auxilios en primera línea

Respondiendo a la invitación de compañeros internos de la Facultad de Medicina, el estudiante de 4° año de Odontología, Frank Ottesen Abarca, participó deuna capacitación en primeros auxilios dirigida a alumnos, preferentemente, y especialmente de la Salud en la Universidad de Chile. Como estudiante de la segunda generación de la malla nueva, señaló, lo que lo motivó a “ayudar en labores de primeros auxilios en estos días de manifestaciones, es el mero hecho de tenderle la mano a las personas que están en estas movilizaciones, qué si bien es un trabajo bien complicado y es una motivación prevista, siempre lo que primó en mi decisión es ayudar a las otras personas. Sabemos que las manifestaciones, lamentablemente, se producen desmanes a veces y hay muchos heridos y heridas por diversas razones, entonces, ante esto, hay instancias de primeros auxilios donde se puede dar ayuda”.

Junto con otros estudiantes de nuestra Facultad se capacitó durante 2 horas, donde “nos explicaron cosas básicas, maniobras para atender a las personas en caso de accidentes con perdigones, con balines, por caídas, por shocks debido a bombas lacriomógenas o el zorrillo. La idea es brindar una ayuda básica, pero esencial al momento de presentarse estos accidentes”.

Frank Ottesen valoró la formación junto a “compañeros de Campus Norte, que generalmente, creo que es una falencia que tenemos, el estar un poco alejados de ellos, nos hace tener una mayor integración y ver que sí tenemos cosas en común y sabemos muchas cosas que podemos aportar”.

En el contexto actual, dijo el estudiante FOUCh, “estuvimos un poco complicados, siempre lo importante fue nuestro cuidado, que las personas heridas fuera lo principal y siempre dando las indicaciones pertinentes para que no tuvieran alguna complicación. Afortunadamente, todo se desarrolló bien, ninguno de los voluntarios tuvo ningún problema, ni por heridas, ni detención; lo que se dio también, por el equipo que tuvimos, todos estábamos alineados en este objetivo, que era brindar apoyo a las personas que estaban, lamentablemente, heridas”.

En su experiencia en terreno, “fue un poco chocante, nunca había tenido acercamiento tan brusco de heridas a las personas, tan rápido, generalmente, nosotros como carrera de odontología estamos más tranquilos, entre comillas, en la clínica, formándonos en los primeros años de la carrera, y salir a la calle para brindar ayuda por heridas de balines o perdigones, es un mundo nuevo, por así decirlo, pero aún así es algo importante que debemos saber y, más aún, tenemos que saber primeros auxilios; porque, más que alumnos de Odontología o futuros cirujanos dentistas, somos profesionales de la salud”.

Pese al complejo escenario en terreno, Frank Ottesen aseguró que “fue algo muy motivante y me hace entender que no solamente veo dientes, si no, voy a ser un profesional de la salud y que tengo que brindar cuidados a las personas, no solamente cuidado bucales”.

El estudiante de 3° Año de Odontología, Aníbal Arredondo, también se capacitó en Primeros Auxilios en la Facultad de Medicina, “me llamó mucho la atención, porque como estudiante del área de la Salud, sentí que tenía un déficit de conocimiento respecto de Primeros Auxilios; por otro lado, cuando partieron la movilizaciones y se empezaron a tornar un poco más agresivas, más activas, lo único que veía era las noticias, lo que pasaba, de la violencia que había de manifestantes a carabineros, de carabineros a manifestantes, después militares, que habían disparos en las calles y todo eso me hizo querer salir y ver cuál era la realidad que estaba diciendo la gente”.

Pero no sólo quería actualizar en persona lo que se vivía, “saber cuál era la represión, necesitaba saberlo. Y como soy estudiante de la salud dije qué mejor forma que con esta invitación”, agregó el estudiante. Afuera de la Municipalidad de San Miguel fue testigo del actuar de militares contra la población que se manifestaba y pudo ayudar a atender heridos producto de la represión. Para el alumno de Odontología U. de Chile. “fue impactante, nosotros estábamos lejos de donde venían los militares y cuando escuchamos los disparos fue correr junto a un tumulto de gente, seguimos a la masa de personas hacia el Hospital Barros Luco y nos escondimos allí por un buen rato, grabé gran parte de lo que pasó. Después llegaron carabineros, lanzaron lacrimógenas y tuvimos que arrancar”.

Tras una hora de incidentes pudieron atender a 2 personas heridas por perdigón y una tercera a la que no lograron acercarse porque había caído al suelo sin lograr levantarse, muy cerca de los efectivos militares. “Es terrible pensar que este tipo de situaciones han ocurrido y de peor manera en otros lugares y fuimos afortunados en que no hubieran heridos graves. Esa fue mi experiencia, claramente no fue nada grata, pero me sentí contento de haber podido manifestar, fue la primera vez que me manifesté, poder gritar en conjunto con la gente, y poder ayudar a los que estaban heridos o afectados por las lacrimógenas”, expresó Aníbal Arredondo .

Es estudiante de 1er. Año de Odontología U. de Chile y Tania Rivera lleve dos semanas apoyando las Brigadas de Salud, “porque siento que puedo aportar mi granito de arena desde lo que estoy estudiando y tampoco me voy a quedar con las manos cruzadas o haciendo nada en mi casa, mientras toda la gente se está movilizando, pidiendo cosas totalmente justas y, finalmente, una vida más digna”.

En medio de las concentraciones y viviendo un contexto de violencia, con disparos de perdigones y gaseada por las bombas lacrimógenas, la experiencia de estar en la calle la lleva grabada en su memoria. “Es muy fuerte, porque estamos todos los días, constantemente, viendo muchos heridos, muchas heridas de perdigones y de hecho, ayer me tocó ver a una niña que había perdido dos incisivos producto de un perdigón -afortunadamente, logramos encontrar el diente-”. Hemos visto, continuó la joven estudiante, “la violencia y el abuso de poder por parte de Fuerzas Especiales, en vivo y desde la primera línea de combate, es súper, súper fuerte. Ahí una se da cuenta de verdad, que la represión es mucha y que los compañeros pueden hasta morir saliendo a la calle”.

También es autoconvocada a esta organización que hoy se canaliza en Casa Fech, uno de los puntos de Salud, y sabe que la experiencia marcará la memoria de su formación como profesional de la Salud. “En estas instancias de organización, especialmente la Casa FECh, a una le nace todo ese espíritu de la Salud Pública, del querer ayudar, del amor a la profesión y lo importante que son las profesiones de la salud. Después de 15 días, ya todos nos conocemos, estamos acá desde muy temprano, hasta las 22 horas, aproximadamente, y el vernos todos los días y compartir experiencias tan fuertes, nos ha unido demasiado como compañeros, así que ha sido súper enriquecedora y fuerte a la vez esta experiencia”.

Tania Rivera aprovecho la oportunidad de “invitar a los compañeros y compañeras de la Facultad a que se motiven a participar, porque somos todos importantes y sin nosotros, si no nos movilizamos y no estamos constantemente en algo, no vamos a lograr nada”.

Desde el privilegio del conocimiento para servir al pueblo

Como una de las coordinadoras del equipo de Primeros Auxilios, la estudiante de Enfermería U. de Chile, Nataly Jarpa es responsablela gestión de insumos, de los equipos que hay que destinar a los distintos puntos de Salud, realizar estadísticas de la atención de los heridos, entre otras tareas.

Durante los primeros días del estallido social, se autoconvocaron y organizaron capacitaciones en Primeros Auxilios a la que llegaron 500 estudiantes de distintas carreras de la Salud. “Entregamos todas las herramientas enfocadas en cuáles eran los primeros auxilios por heridas por perdigón o balín, cómo preparar mezclas para neutralizar efectos de lacrimógenas, gas pimienta y otros”, recordó la estudiante de la Facultad de Medicina. Desde el primer día experimentaron la violencia de las Fuerzas Especiales y militares en las calles, dijo, “incluso no respetan al personal de Salud, por eso empezamos a generar normas de seguridad para quienes hacíamos Primeros Auxilios, como ir con mascarillas, usar casco, usar antiparras para prevenir traumas oculares, lesión que se ha incrementado y, de hecho, tenemos una compañera de la Facultad de Medicina, que perdió la visión de un ojo, porque le llegó un perdigón en ese ojo. Además, nunca andar solo, sino siempre en cuadrilla, establecer puntos de seguridad para que, en casos de dispersión, llegara a ese punto; y de desde ahí nos empezamos a conformar y crear toda una orgánica, porque nos dimos cuenta que éramos varios, profesionales y estudiantes de la Salud, de distintas universidades, que salíamos a las calles”.

A la fecha se han organizado 5 puntos de Salud, pero es el que se ubica en Casa FECH el que más trabajo sostenido ha demandado, debido que las movilizaciones se concentran el Plaza Italia. La estudiante de Enfermería aclaró que “esto no nace desde la FECH, somos una red de voluntarios y voluntarias de profesionales y estudiantes de la Salud autoconvocados, que nos dimos cuenta que había mucha necesidad de prestar primeros auxilios en la calle, ya que ha habido una violencia enorme por parte de las Fuerzas Especiales, del Gobierno y de los militares y así que empezamos a levantar estos puntos de Salud y también organizando Brigadas de Primeros Auxilios en las mismas calles, movilizándose en las marchas, viendo cuales eran los puntos más conflictivos y para allá mandábamos una cuadrilla”.

Desde ahí, continuó Nataly Jarpa, “el primer punto de salud que surgió, fue el de la FECH, luego fuimos gestionando otros lugares en Centro de Memoria Londres 38; Teatro del Puente, entre Pio Nono y Purísima; Junta de Vecinos Blas Cañas. También se gestionó con la Central Unitaria de Trabajadores CUT, y Sindicato de Trabajadores de Metro, para tener alguno en el centro de Santiago, pero el cerco de la zona impedía tener acceso a los heridos/as”.

Además, enfatizó la Coordinadora de Salud, “nosotros, como voluntarios estamos bien expuestos a la violencia, estamos en primera línea, donde está la máxima represión, pero justo estos puntos quedaban en plena Alameda, entonces, y finalmente debimos descartarlo y hoy mantenemos un punto de salud, a dos cuadras de este lugar en la Escuela Social de la UTEM. No todos los días abren todos los puntos, depende de la convocatoria que haya día a día y de la generación de puntos conflictivos”.

Pese a toda la violencia vivida día a día, Nataly Jarpa sostuvo que la experiencia ha sido fortalecedora, “porque llevamos nuestro conocimiento, que nos ha dado este sitio de privilegio en que nos encontramos, que es la Universidad, al pueblo, donde vemos cientos de heridos día a día, donde, a pesar de haber estado muchos días en toque de queda, en Estado de Emergencia, el hecho de que se haya levantado ese estado, no disminuyo la violencia, de hecho, todo lo contrario, o sea, aumentó”.

A un compañero suyo, que vestía delantal blanco e identificado como de Primeros Auxilios, se lo llevaron, a pasos de la FECH y a ella misma, hace unos días, a las 20:00 horas en Plaza Italia, saliendo con su cuadrilla de Salud a refugiarse de la violencia desatada cerca de un estacionamiento, fue agredida por el potente chorro del carro lanza aguas. “Fue como que me llegara un fierro en la espalda y porque fue un impacto a menos de 5 metros, mi casco salió volando y el agua del guanaco, que todos sabemos los químicos que trae, hizo que me ardiera todo el cuerpo, por lo que debí desnudarme y unos compañeros me llevaron ropa; han pasado dos días, pero aún me sigue picando el cuerpo: Todos estos hechos también nos ha dejado secuelas psicológicas a todos”, detalló la estudiante de Salud de la Universidad de Chile.