Crónica

Servicio Sismológico remece el estudio de los temblores y terremotos

Servicio Sismológico remece el estudio de los temblores y terremotos
Prof. Jaime Campos.
Prof. Jaime Campos.

De hoy en adelante, no se extrañe de que haya escolares determinando los epicentros de los temblores que se produzcan en nuestro país, su ubicación y profundidad exactas, y discutiendo entre ellos y hasta con el propio Servicio de Sismología sobre cómo llegaron a esos resultados y quién lo hizo mejor.

Partiendo de la premisa de que “la mejor manera de aprender ciencias es haciendo ciencia”, el Programa Iniciativa Científica Milenio de Mideplan, a través del Proyecto Núcleo Científico Milenio en Sismotectónica y Peligro Sísmico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, inauguró una moderna estación sismológica en el Colegio Las Américas de La Reina.

Lo que diferencia a este aparato de los del resto del país y de los que están desde hace más tiempo en otros establecimientos educacionales es que este cuenta con un novedoso programa que permitirá a los estudiantes analizar las variables reales para ubicar los movimientos sísmicos. La idea de esta iniciativa es potenciar la indagación en la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias mediante la observación directa de sismos y el uso de las tecnologías de la información, como Internet.

Los investigadores de la Universidad de Chile llevan cinco años instalando estaciones sismológicas conectadas por Internet en establecimientos escolares de Santiago (el Liceo Alberto Galleguillos Jaque de Pudahuel, el Instituto Nacional y el Colegio Alemán). También las hay en escuelas de Petorca, Cobquecura y Osorno.

Del pizarrón a la realidad

“En el país más sísmico del mundo nos dimos cuenta de que estos temas no están incorporados en el curriculum de formación de enseñanza. Estamos en un país con problemas de desastres naturales de primer orden a nivel mundial, pero con una sociedad inconsciente del drama que enfrentamos día a día’’, recalca con preocupación el director del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, Jaime Campos.

Por eso, a través de la creación de Academias de la Tierra en diferentes establecimientos (con estudiantes de séptimo básico a tercero medio) estas temáticas se incluirán en el aprendizaje “y estos grupos serán verdaderos difusores de este tema en la sociedad. Ellos van crear su propia página web y van a poder dialogar con los blogs de las otras academias, instaladas en colegios con distintas realidades, y va a generarse ahí una dinámica que nosotros esperamos que crezca por sí sola. No sé en qué pueda terminar, pero esa es la idea’’, añade el profesor.

Lo que se busca con esta experiencia es acercar a los jóvenes a la física y las matemáticas para que puedan contextualizar en la realidad conceptos que en el pizarrón resultan complicados o demasiado abstractos, como energías, fuerza, ondas, propagación o velocidad.

“Estamos frente a una propuesta de pedagogía indagatoria no formal. Estamos creando nuevas prácticas en los colegios usando los medios que  tenemos disponibles hoy día, que son las tecnologías de información e incorporando elementos de ciencia, como la determinación de hipocentro. En la fase indagatoria ellos van haciendo hipótesis, dialogando con el programa, discutiendo entre ellos y entendiendo mejor las materias, llegando al aprendizaje de otra manera’’, puntualiza Campos.

Alumnos del Colegio Las Américas ya están disfrutando de la instalación de los equipos y programas.

Se escogió al Colegio Las Américas para comenzar a implementar el nuevo programa de estudio de los sismos, porque cuenta con una innovadora práctica de alumnos aventajados en diferentes materias que se desempeñan como monitores para sus compañeros. Equivalen a los profesores ayudantes de las universidades. “Es una práctica que nosotros la quisimos incorporar y replicar’’, sostiene Campos.

Carlos Aranda, jefe del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, explica que instalaron estaciones de monitoreo en diferentes colegios, porque “a nosotros nos servía como estación sismológica, pues nos permite determinar epicentros y magnitudes en diferentes regiones. Pero al colegio en sí no le significaba nada. De a poco se iba perdiendo el interés’’.

“La idea con este programa es que, como está al alcance de los alumnos, ellos logren hacer algo útil y compararlo con otros colegios. Evidentemente que ahí vamos a tener una ganancia todos. Nosotros, porque los colegios son lugares muy ad hoc para las estaciones, porque tienen Internet, lo que nos permite transferir el dato a la central, y ellos, porque hay una legión de estudiantes que nos interesa que aprendan sobre las ciencias de la tierra, pues es un campo que está bastante dejado en el programa educacional’’, dice.

Agrega que los colegios harán un trabajo similiar al que hacen en la Universidad, pero “con un programa hecho para muchachitos que están viendo por primera vez un sismograma. Entonces, se les enseña lo mínimo y preciso para que, cuando el sistema ya esté funcionando,  puedan determinar un epicentro y poder compararlo con otros colegios’’.

La gracia es que el mismo programa que se inauguró en el Colegio Las Américas  se puede aplicar a otros campos, como por ejemplo, para determinar la propagación de virus en poblaciones o ver cómo crecen los árboles. “Los alumnos pueden simular un ecosistema, el balance del sol con la energía, y entonces entienden un montón de cosas que son complejas de entender en la sala de clases, haciendo simulaciones. Esto es lo que en ingeniería se llama modelamiento: tú modelas la realidad en el computador y ves la influencia de cada parámetro en el resultado’’, acota Campos.

¿Futuros sismólogos?

Por lo pronto, los alumnos del Colegio Las Américas ya están disfrutando de la instalación de los equipos y programas. David Palombo, integrante de la Academia y alumno de 1° Medio, dice que “me quedó gustando, ahora que sé para qué sirve. Antes pensaba que sólo era un aparato más, pero es algo muy bueno para el colegio’’.

Philipe Loiselle, en tanto, ayudante de ciencias de 2° medio, reconoce que “sabía de este proyecto, pero nunca pensé que iba a ser de verdad. Es un avance, son cosas que les dan a los alumnos de cosas que no saben. La sismología no es un tema que abarque a los alumnos todos los días, no tienen idea de qué es un temblor, cómo se produce y por qué. Esta es una forma entretenida de aprender’’.

La que se lamenta de que no podrá utilizar mucho las instalaciones es Alejandra Torres, ayudante de 4° medio: “A mí me encantaría poder aprovecharlo, pero me quedan dos meses de clases y no voy a alcanzar. Encuentro que el proyecto es muy importante, porque se puede aprender más’’.

Guillermo Calderón, profesor de Biología, orgulloso jefe del Departamento de Ciencias, destaca que la instalación es “un elemento motivador para los chicos, porque sismología suena como un término academicista, universitario. Lo relevante fue que primero se entusiasmaron los más, de 7° a 8°  básico, y luego fueron irradiando a la Enseñanza Media’’.