La "Condecoración al Mérito Amanda Labarca", entregada cada año por la Universidad de Chile a mujeres destacadas de diversos ámbitos profesionales, recaerá en esta oportunidad sobre la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades Carla Cordua, actual directora de su “Revista de Filosofía”.
La profesora Cordua estudió Filosofía en la Casa de Bello y en 1951 comenzó su carrera institucional. En 1965, en la Universidad de Chile, cofundó y dirigió el Centro de Estudios Humanísticos. Fue Presidenta de la Sociedad Chilena de Filosofía y es miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua.
Su obra comprende once libros publicados tanto en Chile como en el extranjero; cerca de ochenta artículos; casi cincuenta recensiones y estudios críticos; y varias traducciones desde el alemán. Ha desarrollado su pensamiento en un diálogo constante con las reflexiones de diversos filósofos –Kant, Hegel, Heidegger, Wittgenstein, Sartre, y el chileno José Echeverría, entre otros– y el aporte de renombrados literatos –como Homero, Cervantes, Borges, Kafka o Dostoievski–.
De hecho, actualmente está preparando un libro sobre la recepción de la filosofía de Martin Heidegger en Alemania, después de su muerte. En Chile, existe gran interés por el trabajo de este pensador, cuya obra capital –“Ser y Tiempo”, publicada en 1927–, es considerada todavía por algunos expresión de un pensamiento filosófico actual, contemporáneo.
Se trata de una mirada de la que la profesora Cordua prefiere guardar distancia. Por ahora, agradece contenta la distinción universitaria y se concentra en su intensa actividad intelectual, que el próximo 12 de diciembre será objeto de análisis en el Coloquio Interdisciplinario "El Pensamiento de Carla Cordua y el desarrollo de la filosofía en Chile", organizado por el Seminario Permanente Hegel-Marx de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Casa de Bello.
Algunas inquietudes actuales
Consultada por el reciente anuncio presidencial sobre nuevos recursos para el Campus Juan Gómez Millas, que alberga entre otras a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, la premiada académica se muestra satisfecha, pero manifiesta a su vez ciertas preocupaciones: “Lo que necesitamos más urgentemente son buenas bibliotecas. Eso para mí sería de primerísima importancia, porque le estamos tratando de exigir a los estudiantes que se pongan al día, pero no hay libros, no están los libros que necesitamos, ni una biblioteca de clásicos. Las humanidades son disciplinas que no se separan del pasado, no lo dejan atrás como una cosa que no importa nada, sino que son disciplinas muy conscientes de que la historia es decisiva para la actualidad”.
La profesora Cordua reconoce también que la actividad filosófica en Chile “está siendo reducida en los recursos de que dispone y en el tiempo que se le dedica”.
“Desgraciadamente, el nuevo programa educativo ha metido en uno de los años de Filosofía –y quedan sólo dos–, el tema de las Ciencias de la Comunicación, que estamos todavía por averiguar en qué consisten”, apunta la académica, insistiendo en la necesidad de revisar el currículo filosófico de la educación secundaria y de que la facultad que ella integra elabore una propuesta concreta al respecto, “porque no basta con hacer crítica, hay que saber lo que uno quiere hacer”.