Hace un par de días la Facultad de Artes de la Universidad de Chile recibió con alegría y orgullo la noticia de que tanto el programa de Magíster en Artes con mención en Artes Visuales como el Magíster en Artes con mención en Dirección Teatral fueron acreditados por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), sumándose así al resto de los programas de la Escuela de Postgrado que ya contaban con dicha certificación.
El hecho de que dos programas de magíster hayan obtenido esta legitimación no es un tema menor, puesto que la evaluación y posterior acreditación que otorga la CNA tiene por objetivo certificar la calidad de los distintos programas de estudio en función de los propósitos declarados por la institución que los imparte, de los estándares nacionales e internacionales de cada disciplina y del proyecto de desarrollo académico de cada programa. Por otro lado, uno de los beneficios principales que otorga la acreditación es que los alumnos de los programas de postgrado acreditados pueden optar a fondos concursables de becas con financiamiento estatal.
Rebeca León, Directora de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Artes, afirma: "para la Escuela de Postgrado ha sido una labor prioritaria la acreditación de sus programas de magíster, por lo que para nosotros es un honor que cinco de nuestros programas lo estén". Y es que la acreditación del Magíster en Artes con mención en Artes Visuales y del Magíster en Artes con mención en Dirección Teatral vino a sumarse a los programas de Magíster en Composición Musical, Musicología y Teoría e Historia del Arte que ya estaban acreditados.
Vocación por la excelencia
Para Abel Carrizo-Muñoz, Coordinador académico del Magíster en Dirección Teatral, "este hecho ciertamente señala la culminación de más de una década marcada por la obtención de éxitos académicos, artísticos, profesionales y humanos pero, sobre todo nos abre un mundo nuevo de insospechadas proyecciones". Y es que desde su creación en el año 1996, no sólo han pasado por sus aulas alumnos nacionales sino que también otros provenientes de Perú, Argentina, Venezuela, Brasil, México, Puerto Rico y Colombia.
Precisamente este año egresarán del Magíster en Dirección Teatral tres alumnos extranjeros, entre los cuales se encuentra Adrián Cú. Proveniente de México, Adrián afirma que el haber tomado la decisión de venir a Chile a estudiar "me pareció una buena oportunidad para demostrarme que no siempre una buena preparación está del lado norte de mi tierra, sino que hacia el sur y que en Latinoamérica también existe una excelencia artística digna de asir".
Es así como en poco más de diez años de existencia, el Magíster Artes con mención en Dirección Teatral se ha convertido en el programa de formación de directores más importante no sólo en Chile sino que también en Latinoamérica. A sus múltiples actividades de extensión entre las que cuentan el Festival para Directores Teatrales, la Revista Teatral Chilena y el Laboratorio de Investigación y creación escénica de la Universidad de Chile (LiceU.Chile), se suman a sus características fundamentales las líneas de trabajo que lo han hecho reconocido a nivel nacional e internacional, entre las que destacan el incentivo a la reflexión y mirada crítica en torno al teatro, la renovación del lenguaje escénico a través de la formación de directores reflexivos y sensibles a la creación de propuestas estéticas originales, y la modificación de la concepción tradicional de las artes escénicas al apostar por la figura del director-autor, prescindiendo así del dramaturgo.
Según su Coordinador Académico, recibieron la noticia de la acreditación "con alegría y mucha serenidad, porque teníamos la convicción de que tarde o temprano se iba a reconocer lo que hemos hecho en una década. Pertenecemos a una gran Universidad, hacemos las cosas bien, tenemos una suerte de adicción por la excelencia; nuestros pares nos respetan. Era cosa de persistir, de paciencia. Esto corona todo lo bueno que hemos hecho, nuestros logros, pero sobre todo constituye un impulso para todas las cosas nuevas y buenas que queremos hacer por nuestro país a través del arte del teatro en el futuro".
Un férreo respaldo internacional
También se respira un aire de orgullo en el Magíster en Artes con mención en Artes Visuales, pues tal como declara su coordinador Enrique Matthey, la noticia de la acreditación de este programa era algo que esperaban y que estaban seguros de obtener debido a la calidad de este magíster. Y es que para el profesor Matthey las razones que avalan su calidad son, entre otras, "un claustro de gran nivel: Todos los artistas que imparten talleres son artistas de larga trayectoria, de gran reconocimiento público, y los cursos teóricos son impartidos por grandes investigadores, todos con mucha autoridad en la disciplina que imparten. Eso es una garantía que hace que el programa esté respaldado por un claustro muy potente. Por otro lado el currículum de este magíster fue muy bien pensado, y compatibiliza muy bien el desarrollo de obra con la reflexión sobre ella".
Sin duda al académico y artista visual Enrique Matthey no le faltan motivos para estar orgulloso del magíster que coordina, puesto que los méritos no le faltan a este programa académico. Baste mencionar que aún antes de obtener la acreditación y en reconocimiento de la calidad de la educación que imparte, sus docentes y malla curricular fueron solicitados por universidades sudamericanas como la Universidad Nacional de San Juan, Argentina, con la que se estableció un convenio en 1997 y gracias al cual se impartió en sus dependencias el programa en su totalidad; y la Universidad de Cuenca, Ecuador, institución que este año solicitó la presencia de algunos académicos del Magíster en Artes Visuales para impartir una maestría en dicho país.
Al igual que su par en Dirección Teatral, el Magíster en Artes Visuales convoca a personas de todo Chile y Latinoamérica, llegando incluso a recibir estudiantes de Europa. Es así como durante su existencia ha acogido estudiantes de Alemania, Inglaterra, Francia, España, Colombia, México, Perú y Argentina. Destaca el hecho de que año a año las postulaciones superen con creces los cupos de admisión de este programa, el cual realiza un riguroso proceso de selección.
Con respecto a los objetivos de este codiciado programa, Matthey concluye: "A lo que nosotros aspiramos es que los estudiantes puedan desarrollar a cabalidad un grado de autoría que les permita insertarse en el medio con toda propiedad, y que también adquieran los conocimientos suficientes como para poder insertarse en la educación universitaria. De nuestros egresados hay cerca de 60 que hacen docencia en distintas universidades a lo largo del país, y el haber pasado por el Magíster en Artes Visuales influye mucho en eso porque nuestros estudiantes tienen un discurso muy potente, respaldado además por una importante producción de obra".