Gabino Reginato: Nefastas Fiestas Patrias para la fruticultura chilena

Gabino Reginato: Nefastas Fiestas Patrias para la fruticultura chilena
El Profesor Gabino Reginato.
El Profesor Gabino Reginato.

En principio, debemos indicar que la magnitud de la helada pone a prueba la memoria, pues un fenómeno como éste parece no haberse registrado en los últimos 40 años. En frutales como almendros, durazneros, nectarinos, ciruelas japonesas y ciruelas europeas, se constata que hay unos pocos huertos que no fueron afectados, pero que hay otros que lo fueron en distinto grado y no pocos en que la pérdida de fruta o flores fue total. Las flores se dañaron, incluso, estando en el estado de botón floral, cosa poco frecuente, o se dañaron por muerte de los ovarios, lo que las hace permanecer aparentemente intactas, pero sin duda caerán una vez pasado el período de floración. Frutos más desarrollados, provenientes de floraciones más tempranas sufrieron daños internos, que se manifestarán más adelante con la caída del fruto. En este caso se puede constatar la presencia de frutos con la cavidad seminal ennegrecida, lo que denota la muerte del embrión. Este síntoma deberá ser verificado antes del raleo de frutos, pues aquellos frutos que persisten con esta condición hasta cosecha no manifestarán la última etapa de desarrollo, quedándose "enanos".

En el caso de los cerezos, en que la helada los "pilló" en plena floración, el daño dependió del grado de avance de la floración y de la variedad. Mientras más adelantada estaba la floración, más daño se puede constatar. Aquí también hay casos en que la pérdida de flores fue total.

Los nogales de variedades de floración temprana, como Serr, se vieron afectados fuertemente. En algunos casos la parte superior de los árboles permaneció sin daño, así como también algunas yemas "atrasadas". El impacto económico en esta especie será proporcional a la muerte de brotes ocasionada, pues el brote que se heló correspondía al brote que portaba la fruta. La misma situación puede decirse de los kiwis, donde se puede esperar algo de rebrotación de algunas yemas "dormidas" que normalmente no brotan, y que corresponden a la parte inferior del cargador.

En vides, las pérdidas de brotes sin recuperación de fruta puede esperarse en variedades como la Superior y, probablemente, en Sultanina, pues estas variedades tienen menor capacidad de generar racimos de yemas secundarias. De acuerdo a la severidad de la helada, el manejo debe ser diferenciado, dado que hay que evaluar si las yemas secundarias sobrevivieron, permitiendo obtener un nuevo brote e inclusive con algo de fruta en las variedades fértiles. Si estas yemas están muertas y tal como lo estamos observando en algunos casos, queda la posibilidad de trabajar con la base del brote helado, cuyas yemas pueden haber permanecido vivas y transformarse en la base de la  recuperación del follaje. Cuando la helada fue muy severa, hemos observado que solamente están brotando yemas latentes existentes en madera vieja. En variedades para vinificación, el daño mayor pareciera observarse en Chardonnay, que ya, en varias localidades, se encontraba con brotes en crecimiento, aunque también hay otras variedades afectadas. Se esperan reducciones en el rendimiento, pero además la vendimia será probablemente desuniforme y tardía. Respecto a qué medidas tomar, lo primero es cuantificar el daño real del viñedo, tanto en cantidad como en intensidad. En viñedos con daños leves en los brotes es conveniente eliminarlos y evitar el desarrollo de laterales de la temporada, es decir beneficiar el desarrollo de yemas secundarias, que si bien traen menos fruta, pueden desarrollar mejor material vegetativo para la próxima temporada, tanto en ubicación como calidad. En condiciones más extremas de daño a los brotes, la remoción de brotes primarios es menos crítica, pues en forma natural las yemas secundarias van a brotar.

En el caso de las pomáceas (manzanos y perales), aunque la floración no ha terminado, hemos determinado daño a los ovarios, principalmente en las flores principales, que son las que dan origen a los frutos más grandes. En el caso de manzanas, los mayores daños se observan en las flores centrales del ramillete, en cambio en perales, las afectadas son principalmente las flores basales. También, bajo una misma condición, parecen estar menos dañadas las variedades Delicious que las Galas. En manzanas y variedades de peras que normalmente tienen una alta cuaja, es esperable que sean las flores principales las que se pierdan y que las flores secundarias asuman el rol de las principales, no afectándose mayormente la producción. En este caso, es recomendable dilatar los raleos químicos que se realizan en plena floración en manzanas, dejándolos para caída de pétalos. En las peras Packam's, que habitualmente es de poca cuaja, hay mucha incertidumbre y se deberá esperar lo que ocurra con las flores principales. La lógica dice que si éstas están dañadas debieran caer tempranamente. Si no cuajan, puede que las secundarias, que habitualmente no cuajan, sí lo hagan. Como vemos, éste es uno de los casos más impredecible y sólo la paciencia y la observación deberá orientar las acciones a seguir.

Los arándanos también se han visto afectados, sobre todo en aquellas localidades o variedades en que la fruta estaba recién cuajada, ya que éste es el estado más suceptible. En los casos de pérdida total de semillas, los frutos seguramente caerán o si disminuye el número de semillas, los calibres quedarán chicos o los frutos crecerán deformes.

Por último, como es casi una regla, siempre apareceré el dicho que tras un gran problema, siempre hay una gran oportunidad, y no será raro ver la oferta de grandes soluciones para recuperar las plantas, por supuesto que todas con mucho costo para los fruticultores. Nuestra recomendación es dejar a las plantas tranquilas, esperar que pase el "chaparrón" y, mas bien, enfocarse en prepararlas para la próxima temporada.