Resultados de investigaciones

Proponen políticas públicas contra la precariedad laboral de los músicos chilenos

Políticas públicas contra precariedad laboral de los músicos chilenos
El proyecto del 20% para la música chilena fue aprobado por la Cámara de Diputados en 2010.
El proyecto del 20% para la música chilena fue aprobado por la Cámara de Diputados en 2010.
La académica del Depto. de Sociología, Marisol Facuse.
La académica del Depto. de Sociología, Marisol Facuse.
El académico del Depto. de Sociología, Miguel Urrutia.
El académico del Depto. de Sociología, Miguel Urrutia.

Con el golpe de Estado y la posterior dictadura se resintieron las bases de la educación y el arte en Chile y ambos comienzan a ser considerados elementos de consumo, lo cual deja librada la actividad de los músicos a los vaivenes del mercado. Al final de este recorrido, sostiene una de las co-autoras del proyecto, Julieta Brodsky Hernández, “la música chilena (o más bien la música compuesta y/o interpretada por músicos chilenos) -junto con otras artes- se queda sin ningún tipo de regulación ni de protección estatal. Las políticas antisindicales hacen trizas la asociatividad. Y, si bien no se deroga, se deja de cumplir la ley que exige teloneros chilenos en espectáculos extranjeros y, sobre todo, de exigir un impuesto a éstos. Por otro lado, se desmantela el sistema de protección social al que estaban adscritos los artistas (Caja de Empleados Particulares) y se instaura un sistema donde la seguridad y protección social es una responsabilidad individual, produciéndose un repliegue del Estado social”.

“La dictadura no sólo lesionó las políticas públicas de protección a estos trabajadores sino que acabó con los espacios de esparcimiento nocturno. Se establece a la cueca y el ‘folclor’ de la zona central de Chile como música nacional. A los músicos chilenos que se les difunde en los medios de comunicación de la época son aquellos con una adscripción política débil o bien, asociada a la dictadura”, agregó Brodsky.

El equipo de investigación estuvo conformado por Marisol Facuse (académica del Depto. de Sociología, FACSO, U. Chile), Miguel Urrutia (académico del Depto. de Sociología, FACSO, U. Chile), Eileen Karmy Bolton (socióloga de la Universidad Alberto Hurtado). También participaron del estudio la socióloga de la Universidad Alberto Hurtado, Antonia Mardones, y Julieta Brodsky, Antropóloga social y cultural de la U. de Granada, España y egresada del Magíster en Antropología Urbana de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC).

La Prof. Facuse quiso destacar “la importancia de que los núcleos del Departamento trabajen de forma articulada sobre temas que pueden aportar a los debates actuales en nuestro país. En el caso de esta investigación, sus resultados vienen a confirmar la necesidad de visualizar a nuestros músicos como trabajadores con derechos y un sistema de protección social. Ello se relaciona directamente con la actual discusión sobre el 20 % de la música chilena en las radios”.

La valoración social del arte

En estas condiciones se encuentran los músicos del país, en un contexto político que –además- demanda un 20% de la transmisión radial para la música nacional, un proyecto de ley que se encuentra en veremos desde 2008 y que recién en 2010 consiguió la aprobación de la Cámara de Diputados. Actualmente se ha vuelto a poner en discusión entre las y los parlamentarios.

Con el retorno de la democracia –afirma el estudio- la situación de la música chilena ha cambiado, pero sigue sin beneficiar a las y los artistas: “La industria de la música se ha visto afectada por diversas transformaciones, tanto positivas como negativas. Igualmente ha sido una industria que ha tenido un fuerte crecimiento, especialmente de ciertos eslabones de la cadena de producción y difusión, como las productoras de grandes eventos musicales; los sellos independientes; las editoras de música; los medios de comunicación masivos; etcétera. Sin embargo, los músicos chilenos no han visto mejoras en su situación laboral y social sino que, por el contrario, sufren una mayor desprotección social que en el pasado, y sus condiciones de trabajo se han precarizado”.

Esto, debido a que ahora se ha dejado en manos de la concursabilidad y de la competencia entre artistas la posibilidad de conseguir escasos recursos públicos. “El Estado se aparta y deja la tarea reguladora al mercado. Por ello, no existe un marco normativo potente que proteja el trabajo de los músicos, ni que asegure la difusión de las producciones nacionales, o que establezca fuentes de financiamiento estables para los sindicatos y asociaciones de músicos”, continúa la investigación.

Los músicos se encuentran entrampados; si el Estado no fomenta la revalorización de la labor de quienes hacen música en Chile, la sociedad pareciera no colocar en el lugar justo la función social que cumplen los artistas. Una cosa lleva a la otra y tanto la música como el arte no pueden salir del lugar de la entretención, lo que niega a estos trabajadores la garantía de los beneficios que por derecho le corresponden.

“Así se explica el escaso compromiso político existente y la despreocupación que despiertan las demandas de los músicos en la sociedad chilena. Al mismo tiempo –versa la investigación-, el músico, al no definirse como un trabajador, no es capaz de exigir garantías mínimas en sus espacios laborales”.

Propuesta de políticas públicas

Las propuestas (de las cuales aquí se publica un extracto) fueron delineadas a lo largo del informe a través de los testimonios de los entrevistados, quienes dieron cuenta de las principales demandas y necesidades que tienen hoy los músicos en Chile:

a. Mejorar la valoración social del arte y de la música, con el fin de comprender que estas disciplinas son fundamentales para el desarrollo cultural y social del país.
b. Mejorar las condiciones laborales de los músicos, bajo la premisa de que son trabajadores, por tanto, meritorios del mismo tipo de garantías y derechos que cualquier otro trabajador del país.
c. Difundir la música nacional en los medios de comunicación locales (especialmente radio y televisión) junto con proteger la música (y a los músicos) del país frente a lo extranjero.
d. Fortalecer la asociatividad del sector de la música e incentivar la creación de una organización nacional que represente a todos los gremios y sindicatos de la música.