Cuenta Anual de la Gestión presentada por el Rector de la Universidad de Chile, Prof. Luis A. Riveros. 2005

I. CONSIDERACIONES PRELIMINARES

Cumplo con dar cuenta a la comunidad universitaria acerca de la marcha de la institución durante el último año, considerando los resultados académicos y los relativos a la gestión de los recursos, reseñando en forma especial los fundamentales retos que enfrenta la Universidad de Chile en los años que vienen. La institución se encuentra en un plano de profundo cambio ante la dinámica social que exige una respuesta universitaria distinta a la tradicional. Esas nuevas demandas se refieren al giro en el perfil del egresado por medio de una redefinición de los programas de pre y posgrado, a la necesaria mayor vinculación de la tarea universitaria con los problemas reales del país, y asimismo a la participación de la Universidad en la creación y diseminación del arte y la cultura. Para responder a estos requerimientos de la sociedad chilena estamos llevando a cabo una Reforma del Pregrado orientada a que la formación profesional responda efectivamente a las necesidades vigentes en aspectos de eficiencia y duración, como con relación a la interdisciplinariedad que emerge como requerimiento de la realidad del trabajo y de la educación permanente. Abordamos un plano de cambios que se orientan a enfatizar fundamentalmente la investigación y el posgrado como las ventajas comparativas que permitirán sostener la vigencia de la Universidad de Chile como la institución de mayor excelencia y peso en el sistema hacia el futuro. Del mismo modo, se avanza sustancialmente en la modernización de la gestión institucional, especialmente en materias de inversión, presupuesto y finanzas, haciendo frente al reto que hoy representa una política pública que ha dejado a las universidades del Estado expuestas plenamente al mercado, sin instrumentos adecuados de gestión y en una situación de gran debilidad financiera, todo lo cual ha requerido un ingente esfuerzo en la generación de recursos propios y una mayor eficiencia en la gestión de los mismos. También hemos hecho un esfuerzo sostenido en materia de internacionalización, puesto que comprendemos que el único patrón responsable de comparación para nuestro trabajo es el internacional, un enfoque que ha requerido la concreción de numerosos acuerdos de colaboración para incrementar la movilidad estudiantil internacional y para consolidar las vinculaciones de la Universidad de Chile en el cumplimiento del objetivo estratégico de alcanzar un verdadero estándar internacional en nuestro trabajo. En el marco de restricción de recursos en que se mueve la institución, también se han hecho los esfuerzos por reforzar la extensión universitaria, para así cumplir con el objetivo estratégico de una inserción relevante a nivel país que permita concretar nuestra misión Nacional y Pública.

Todo este esfuerzo se ha ido concretando sin contar con mayores aportes presupuestarios del Estado, dado que la política pública no ha variado su criterio básico de promover un autofinanciamiento creciente. Pese a ello, nuestra Universidad ha sido exitosa en captar significativos recursos de los Fondos Concursables que el Estado ha puesto a disposición en materia de docencia y de investigación, fondos que han sido fundamentales para ir consolidando etapas en el cambio que alientan nuestros Lineamientos Estratégicos. Estos recursos han permitido financiar proyectos de inversión de importancia y posibilitan el cumplimiento de las condiciones para avanzar en los objetivos estratégicos en materia de docencia, investigación y extensión. En lo organizativo, las Facultades y los Institutos han llevado a cabo esfuerzos sistemáticos para lograr -aún en el marco de las restrictivas pautas administrativas que se colocan a la Universidad- ajustar sus plantas a objetivos académicos definidos por la comunidad a nivel departamental y en el propósito de optimizar nuestra docencia e investigación. El Hospital Clínico, por otra parte, ya ha conseguido poner al día significativamente su inversión, avanzando decididamente en su tarea académica y afrontando exitosamente una creciente demanda por sus servicios, mientras se estudian los mecanismos para lograr mejores fórmulas de gestión y organización. Lo mismo hace nuestro Centro de Extensión Artística y Cultural, que se encuentra en plena fase de reacomodo a su nueva situación institucional en la Universidad. Se encuentra en curso, de este modo, un proceso de reorganización de la actividad universitaria que ha tenido lugar en forma prudente, minimizando los conflictos que entorpecen los progresos, pero que ha sido efectivo, y que debe continuar en aquellas unidades en que el proyecto académico no ha sido aún definido por la comunidad ni sancionada en las instancias internas correspondientes.

Es muy importante considerar que además de los progresos que la institución debe marcar en su trabajo académico y en el plano organizativo, es fundamental que ella lidere ideas y propuestas en las temáticas de interés nacional. De nuestra Universidad deben surgir las propuestas para atacar el serio problema educacional que afronta Chile, como asimismo aquellos que tocan a la salud pública, los aspectos medio ambientales y aquellos relativos a políticas de Estado en el desarrollo económico y social. Asimismo, y como esperamos, de ella debe emanar una propuesta de política frente al álgido problema nacional de financiamiento estudiantil superior. Por eso, más allá del progreso en nuestros indicadores de gestión y producción académica, debemos fortalecer el carácter Nacional de la Universidad de Chile, que es el fruto de una historia institucional y de un país que valora nuestra participación en la política pública, en el campo de las ideas, en la necesidad de afrontar los serios dilemas de nuestra sociedad en tránsito hacia su modernización, pero con urgentes problemas en lo distributivo y en cuanto al humanismo que se debe profundizar y cultivar. Una Universidad con más arte y cultura, con un trabajo cada vez más extensivo en humanidades, con propuestas e ideas sustantivas para el debate nacional, es justamente la institución que busca Chile, al combinar esas tareas con la producción en ciencia y tecnología, y con la adquisición de una buena gestión para producir los mejores profesionales y graduados.

Una mirada objetiva y desapasionada a la marcha de la institución en la retrospectiva de los últimos años permite verificar los progresos como también muchas dificultades encontradas. El sólo hecho que nuestro proyecto de nuevo Estatuto se esté tramitando auspiciosamente en instancias políticas, constituye un indicador de la situación de estabilidad y de reconocimiento público acerca de nuestros progresos. Pero es fundamental asegurar una marcha sólida de la Universidad de Chile hacia el futuro. Hay que seguir en la estrategia de implantar las nuevas orientaciones en pre y posgrado, como asimismo en materia de investigación, creación, extensión y gestión. Hay que consolidar los pasos adoptados en estos ámbitos, como también seguir adelante en la reorganización que emprenden nuestras unidades académicas. Para poner en práctica el nuevo Estatuto, con sus nuevas tareas e implicancias, hará falta seguir adelante en el contexto académico, pero también crear las condiciones de estabilidad que en lo interno requiere el tránsito hacia la nueva institucionalidad que nos hemos dado.

II. EN MATERIA DE INGRESO A LA UNIVERSIDAD

Me complace enormemente dar cuenta a la comunidad acerca del nuevo aumento relativo que observaron los puntajes de ingreso ponderados de estudiantes de primer año. Si en el año 2000 estábamos 13 puntos por debajo de nuestra principal competencia, el año 2005 llegamos a una diferencia de poco más de dos puntos entre las dos institucione (Gráfico 1), lo cual refleja una tendencia sistemática a la creciente preferencia de los jóvenes por la Universidad de Chile. Ciertamente, si los niveles de matrícula entre ambas instituciones fuese similar, la diferencia en puntajes promedio ponderados que se advierte, sería aún menos significativa (Gráfico 2).

 
 

Este resultado que tanto nos satisface, y que se complementa con otros que tienen que ver con materias de posgrado y de investigación, indican los buenos frutos de un trabajo sistemático y bien llevado a nivel corporativo (Tabla 1). Quiero destacar a este propósito el desarrollo del Plan Colegio que lleva a cabo la Dirección de Comunicaciones, cuya operación se concentra en instituciones cuidadosamente seleccionadas y se efectúa con la colaboración de Facultades y de estudiantes de la Universidad. Este Plan permite contactar aproximadamente 30.000 estudiantes al año a través de acciones tales como: presentaciones en la Casa Central y Facultades, visitas a colegios, eventos de difusión en instalaciones comunitarias en Santiago y Regiones aledañas, donde se entregan materiales, se resuelven consultas y se anima a los estudiantes a buscar más información. Se ha implementado un eficiente sistema de comunicación electrónica y un medio de difusión: UJoven, que ha permitido enriquecer la relación con los estudiantes y asegurar más y mejores postulantes a nuestras carreras. Se ha vinculado también a grupos de estudiantes de enseñanza media con investigadores y docentes, promoviendo estadías en nuestras instalaciones, para así contactarlos con la realidad universitaria y favorecer su preferencia por la institución.

 

El esfuerzo que realiza el Plan Colegio se está redoblando este año para minimizar el efecto negativo de las acciones de protesta que llevaron a cabo grupos de estudiantes, y que han creado una falsa sensación pública de trastorno generalizado. El plan de difusión acentuará el respeto que la institución profesa por la libertad de expresión, la diversidad y la tolerancia, para así anteponernos al posible uso comunicacional de estos problemas por parte de la competencia. Pero también redoblará el mensaje sobre nuestro compromiso respecto a la continuidad de la docencia. Acrecentaremos los planes de visita y de contactos pidiendo a las Facultades una más activa participación en la difusión de las carreras y en el conocimiento de los postulantes acerca de nuestro potencial e instalaciones. Queremos que el año próximo exista nuevamente un buen resultado acerca del ingreso de nuevos estudiantes, ratificando la capacidad que tenemos para atraer a nuestras aulas a puntajes nacionales que nos distinguen con su preferencia.

La información que incluyo en esta cuenta permite ilustrar el cambio que está experimentando nuestro ingreso estudiantil en términos de los colegios de procedencia (Gráfico 3). Indiqué el año pasado que existía una tendencia al mayor ingreso proporcional de estudiantes del sistema particular subvencionado, con una disminución significativa del ingreso de estudiantes del sector particular pagado, mientras la participación porcentual del sector municipalizado se había mantenido. Las cifras del año 2005 aún son consistentes con la primera afirmación, pero no con la segunda (Gráfico 3). En efecto, existe una disminución importante -tanto numérica como porcentual- de los estudiantes provenientes del sistema municipal. Este es un problema que tiene que ver con la calidad de la enseñanza que se provee en los Liceos Municipales, y que resultan en una menor tasa de admisión a la Universidad de Chile, constituyendo una tendencia preocupante debido a que la institución desea mantener una diversidad social como ingrediente vital para su mejor trabajo académico (Tabla 2). Por ello, hacemos nuevamente un llamado al mundo político y a la autoridad educacional a redoblar los esfuerzos por proporcionar una educación de calidad a todos lo jóvenes chilenos.

 
 
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