Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Conmemoración del 50º Aniversario de la Escuela de Periodismo.

(Transcripción)

Sean mis primeras palabras para manifestar, a nombre de la Institución, nuestra alegría y nuestra satisfacción por estos 50 años de vida de una Escuela que con fuerza, con sacrificio, y muchas veces no en las mejores condiciones, ha estado siempre para enseñar la verdad y para cultivar en la tolerancia. Una Escuela que se inicia en años en que la Universidad de Chile desarrollaba un gran proyecto. Un gran proyecto para llegar al país. Un gran proyecto para generar arte y cultura. Un gran proyecto para diversificar su formación profesional. Son esos, los años primeros, en que se crea nuestra Orquesta Sinfónica de Chile, en que se crea el Ballet Nacional, en que se genera la actividad de extensión artística y cultural desde esta Casa. Son los años en que se crean, también, otras escuelas y se da por ejemplo, un enorme impulso al trabajo, al desarrollo de la investigación. Son también los años en que se crea el Hospital Clínico José Joaquín Aguirre, y son los años en que se da lugar en nuestra Universidad, a la primera Escuela de Periodismo. Y uno no puede decir hoy, qué casualidad que hayan ocurrido estas cosas, todas alrededor de una misma fecha. Y que aquí haya habido un Rector que impulsó y que tuvo, entonces, la inteligencia con su Consejo Universitario para sacar adelante todos estos proyectos que, puestos en la dimensión del tiempo, significaban una gran aventura intelectual, una gran aventura para reconstruir el saber, una gran aventura que se daba en tiempos difíciles para el país y para el mundo. La pregunta es, entonces, ¿bueno, y además de ese compromiso interno, de esa responsabilidad que un Rector de la Universidad debe sentir por conducir, por encausar, por construir, qué más hubo? Y la respuesta es una sola: hubo en esos años un compromiso del Estado de Chile con la Universidad de Chile, que fue creada para convertirse en un instrumento para hacer llegar la educación, la cultura, el arte, al país entero. Un compromiso real, un compromiso político, un compromiso profundo que esta Universidad asumió y hoy también asume.

Por eso, sean estas primeras palabras mías para recordar que estos 50 años de la Escuela de Periodismo, tienen mucho que ver con un Estado que se hace responsable por la conducción de la educación, que se hace responsable por innovar y que no tiene por respuesta "vean ustedes cómo pueden financiarlo, a ver si pueden salir adelante". El Estado chileno fue históricamente distinto. El Estado chileno enfrentó los retos del futuro de manera distinta. Nosotros reclamamos por eso, hoy, en este cumpleaños de la Escuela de Periodismo, que el Estado tenga también repuestas distintas, respuestas proactivas, que permitan que esta Universidad pueda seguir desarrollando la tarea que ha cumplido para el país a lo largo de toda su historia.

No quiero pasar dejar un detalle importante, porque las celebraciones institucionales envuelven también a las personas. Yo no quiero dejar pasar el hecho significativo, que quien ha actuado aquí como maestro de ceremonias, profesor de esta Universidad, amigo nuestro, muy querido ciertamente, don Sergio Campos, hoy recibe el Premio Hombre de Radio 2003, después de 25 años en su Radio Cooperativa. Vaya entonces un aplauso cariñoso para un académico de la Universidad.

Quiero manifestar, con mucha convicción, nuestro deseo que esta Escuela siga creciendo. Nuestro compromiso de trabajar en la construcción del Instituto de las Comunicaciones de la Universidad de Chile, de trabajar para abrir la nueva carrera de Cine Documental en la Universidad de Chile, de trabajar para seguir creciendo, porque mientras algunos, interesadamente nos quieren ver inmovilizados, nos quieren ver arrinconados, nos quieren ver aterrados, en esta Universidad todos los días estamos trabajando y no mirando al pasado, sino mirando al futuro. Esta Escuela debe seguir mirando al futuro. Lo hicimos desde aquellos días duros, en que la Escuela desarrollaba su docencia en lo que fueron salas de torturas y cárceles, y lo hacemos hoy día con instalaciones más dignas, pero todavía con mayor fuerza para poder enseñarles a las nuevas generaciones que la verdad siempre importa, que la tolerancia siempre importa. No importa cuales sean las ideas que estén al frente. Profesionales comprometidos con la esencia del periodismo de verdad. Profesionales, como lo hemos hecho en cincuenta años, para construir no periodismo solamente, comunicación en un sentido amplio, y educación, todavía, en un sentido más amplio.

Por eso quiero manifestar aquí el compromiso de esta Institución de seguir desarrollando y profundizando sus tareas en este ámbito, y no solamente como una declaración de principios, sino porque nos damos cuenta que en esta Universidad sigue primando con fuerza aquello que definiera muy claramente nuestro fundador: aquí importa fundamentalmente los temas del país, los temas de la nación. Y hoy, hay que decirlo: uno de esos temas es que la verdad sea siempre consistente, que la verdad sea siempre única, que la verdad sea siempre la que prevalezca. No importa, en definitiva, a quiénes o cuántos pueda afectar. Esta Escuela, que se ha dedicado a cultivar eso como la esencia de su ser, como la esencia de su hacer, es la Escuela que queremos proyectar para los próximos cincuenta años. Es la Escuela para poder construir el comunicador que necesita la sociedad del siglo XXI. Es la Escuela que necesitamos también para fortalecer, por qué no, al interior de la Universidad, nuestra propia capacidad de comunicarnos, nuestra propia capacidad de hacer trabajos multidisciplinarios.

Es por eso que esta oportunidad, la celebración de la Escuela que cumple 50 años, se da en momentos tan especiales para la Universidad, ya que renueva nuestras energías, renueva nuestro compromiso, renueva nuestra decisión de seguir adelante. Adelante para reconstruir la Universidad del Estado que Chile necesita, y adelante, también, para reconstruir la educación pública que Chile necesita. Que esa sea la fuerza, la entereza, la idea, el vigor con las que esta Escuela siga adelante.

Un feliz cumpleaños Escuela querida. Un feliz cumpleaños porque vendrán muchos más, porque ayudaremos así a construir el futuro que Chile se merece.

Muchas gracias.

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