Discurso del Rector Víctor Pérez Vera en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer 2011

Nuestra institución celebra, por primera vez, el Día Internacional de la Mujer y lo ha hecho de la mejor manera que sabemos hacerlo en la academia: bajo la luz de la reflexión y el debate, enriquecidos con el gozo del arte y la cultura.

Este día recuerda un suceso funesto que costó la vida de 129 trabajadoras mujeres que fueron encerradas por los dueños de una fábrica textil newyorquina, para impedir que se unieran a una huelga que convocó a 40 mil costureras industriales de grandes factorías que demandaban el derecho de integrarse a los sindicatos. La fábrica se incendió y fallecieron las obreras, en su mayoría jovenes inmigrantes. Esto ocurrió en 1911 y hoy, tras un siglo de ese dramático acontecimiento, quisiera poder aplaudir el camino que se ha ido abriendo para corregir las desigualdades sociales de género. Sin embargo, pese a que las mujeres han ganado importantes espacios en la sociedad, aún no hay una plena igualdad, como podemos apreciar cotidianamente en la prensa cuando leemos que la violencia hacia las mujeres -física, psicológica y cultural- se despliega sin límites geográficos, sociales y económicos.

Es evidente que son muchos los desafíos que hay que emprender y como Universidad pública tenemos el deber de recordar este día con elementos claves que ponga en escena la experiencia cotidiana de las niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres y ancianas que integran nuestra sociedad, con la mirada crítica y constructiva de nuestra academia.

También en tanto universidad pública, debemos enfatizar en uno de los nudos de las desigualdades sociales: el acceso amplio a la educación y su relación con el papel de las mujeres en la sociedad. La educación es fundamental en la construcción de una sociedad que sea capaz de cambiar el paradigma sexista que fomenta nuestro sistema educacional actual, y que se prolonga a otras esferas sociales tales como los medios de comunicación, el mundo laboral y la vida al interior de la familia.

En el presente, a pesar del acceso al mercado laboral del género femenino, las niñas y mujeres siguen teniendo un rol predominante en el contexto doméstico. Por otro lado, muchos rasgos machistas se siguen observando en actitudes, prácticas y lenguajes que desvalorizan a las mujeres. Esto se aprende muchas veces en el hogar y se refrenda en las prácticas educativas en lo que se ha denominado el "curriculum oculto". El lenguaje de la discriminación emerge toda vez que hay acceso para unos pocos a una educación de calidad y las brechas entre estudiantes ricos y estudiantes pobres dejan al descubierto que nuestra sociedad no es inclusiva. Un análisis profundo de las diferencias de puntajes entre hombres y mujeres en las pruebas de selección universitaria podría arrojar importantes conclusiones sobre la discriminación de género en el aula.

Los cambios en la historia y la cultura son lentos, es cierto, pero no por ello debemos esperar más tiempo para reaccionar. Nuestra Universidad ha emprendido un Proyecto Institucional de Educación que llevará a cabo un análisis estratégico que permita contribuir de manera relevante en el ámbito de la educación.

En este sentido, esperamos aportar para que el sistema educacional actúe de manera directa en la constitución de una sociedad que permita instalar formas de pensamientos y acción que incentiven relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, relaciones humanas de respeto, diálogo y equidad, una sociedad cuya ética se asiente en los valores intransables de los derechos humanos.

Nuestra propia Casa de Estudios nunca ha estado ajena a los cambios sociales y a los vinculados con la inserción de las mujeres en la vida nacional. Es así como en el pasado, fuimos la primera universidad en recibir y graduar estudiantes mujeres. En sus aulas han dictado clases muchas destacadas intelectuales como Amanda Labarca, Elena Caffarena, Olga Poblete, por mencionar solo algunas ligadas a las luchas femeninas de la segunda mitad del siglo XX. En las recientes décadas se crearon dos Centros de Estudio de Género en las facultades de Ciencias Sociales y de Filosofìa y Humanidades que se dedican a la formación de pre y postgrado, investigación y actividades de extensión. Recordemos que el reciente seminario interdisciplinario "Brechas de Igualdad", liderado por estos centros, reunió a grandes personalidades académicas extranjeras junto a destacadas investigadoras para dibujar el escenario que viven las mujeres al interior de la universidad, y plantear soluciones a las brechas que persisten para su desempeño en igualdad de condiciones. Asimismo, el Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho, alberga en su seno un importante programa de Derechos de la Mujer con amplias redes nacionales e internacionales.

Por otro lado, como rector me satisface decir que el año 2009, la Universidad de Chile fue pionera en incorporar y promover la variable de género en las titulaciones, reposicionando a la mujer por sí misma y no en relación a un título masculino. Esta decisión fue respaldada por la Corte Suprema, a quien esta Casa de Estudios debió elevar una solicitud para el caso expreso de nuestras "abogadas", constituyendo un hito histórico en la visibilización de la mujer a través del lenguaje, un elemento fundamental, pues el lenguaje es el que construye los modelos mentales y simbólicos bajo los cuales nos regimos.

Otros hechos que testimonian el interés de la Universidad de Chile y de nuestra rectoría por mejorar la equidad al interior de la academia fue la ampliación de la participación femenina en el Comité Directivo de Rectoría y la decisión de extender tradicionales reconocimientos académicos a la mujer, como lo anuncié en la última entrega de la Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque.

Este 8 de marzo del 2011, como ya señalé, por primera vez nos hemos detenido a celebrar con un programa nutrido de discusión académica, acompañado de bellas muestras de poesía y arte que nos muestran la magia y fuerza creativa femenina. Pero no quisiera dejar de lado los afectos. Respeto mucho el aporte que hacen las mujeres en el desarrollo de la sociedad y me enorgullecen los cambios que se están viviendo en nuestra Universidad para ampliar esa equidad. Las saludo con un gran cariño a todas ustedes, pero quiero hacer extensivo este saludo a las mujeres que han marcado mi vida personal, acompañándome en mi formación y vida familiar, especialmente a mi madre, profesora rural, que me enseñó con su ejemplo que la igualdad se hace en el día a día del hogar y también en el trabajo de la mujer fuera de él.


Muchas gracias a todas.

Compartir:
https://uchile.cl/u71050
Copiar