Desde el 13 de septiembre al 5 de noviembre:

La presencia material de un subterráneo en obra de Francisco Sanfuentes

Presencia material de un subterráneo en obra de Francisco Sanfuente
Por primera vez se habilitó el subterráneo del MAC para llevar a cabo la exposición "Trenodia" de Francisco Sanfuentes.
Por primera vez se habilitó el subterráneo del MAC para llevar a cabo la exposición "Trenodia" de Francisco Sanfuentes.
Tras sacar los muebles, basura y cosas que ahí se guardaban, Francisco Sanfuentes solicitó no realizar nada más en ese espacio, dejando allí la historia material del lugar para intervenirlo.
Tras sacar los muebles, basura y cosas que ahí se guardaban, Francisco Sanfuentes solicitó no realizar nada más en ese espacio, dejando allí la historia material del lugar para intervenirlo.
"Trenodia" es el desarrollo y continuidad de obras anteriores como Pintura Negra y Muda, y con la que busca volver a poner en escena la negatividad y formas de puesta en obra de lo irrepresentable.
"Trenodia" es el desarrollo y continuidad de obras anteriores como Pintura Negra y Muda, y con la que busca volver a poner en escena la negatividad y formas de puesta en obra de lo irrepresentable.
En esta puesta en obra, las decisiones materiales se plantean como contraste con la producción local de arte contemporáneo, buscando alejarse de cualquier juego formal en sí mismo.
En esta puesta en obra, las decisiones materiales se plantean como contraste con la producción local de arte contemporáneo, buscando alejarse de cualquier juego formal en sí mismo.
Esta instalación está compuesta por planchas grabadas en acero, luces fluorescentes y ampolletas, cajas de audio dispuestas en repeticiones y componen una exhibición deliberadamente oscura.
Esta instalación está compuesta por planchas grabadas en acero, luces fluorescentes y ampolletas, cajas de audio dispuestas en repeticiones y componen una exhibición deliberadamente oscura.
En "Trenodia", Francisco Sanfuentes vuelve a hacer patente la negación respecto a la necesidad de representar alegóricamente, o representar materialmente, cierta dimensión de la existencia.
En "Trenodia", Francisco Sanfuentes vuelve a hacer patente la negación respecto a la necesidad de representar alegóricamente, o representar materialmente, cierta dimensión de la existencia.

La habilitación del subterráneo del MAC Parque Forestal no contempló pintar los muros, ni asemejarlos a una sala de exposiciones común. Luego de sacar los muebles, basura y cosas que ahí se guardaban, Francisco Sanfuentes solicitó no realizar nada más en ese espacio, dejando allí la historia material del lugar para intervenirlo y dar cuenta de la potencia expresiva y significación de lo precario en la relación de los materiales de obra y espacio.

Así surge Trenodia, la última producción artística del académico del DAV, Francisco Sanfuentes, que  es el desarrollo y continuidad de obras anteriores como Pintura Negra (2005) y Muda (2014), y con la que busca volver a poner en escena la negatividad, las formas de puesta en obra de lo irrepresentable; la narración como imposibilidad y la ausencia de posibilidad de representación alegórica del padecimiento de lo real.

“Estuve varios meses trabajando la obra ahí, pasando muchas horas metido en el subterráneo. Algo así como sufriendo el espacio, que cada día se volvía más tosco, frío y sucio; difícil de habitar. No quise limpiar mucho más el lugar, salvo sacar algunos restos basura. Los muros debían mantenerse tal cual, ni siquiera saqué las telas de araña, no saqué ni una inscripción en los muros, no saqué nada. Era importante dejar las inscripciones de esa piel, rastros sin origen conocido, pedazos de un tiempo e historias que finalmente sólo se pueden imaginar estando ahí. Era importante que la obra se constituyera entre la suma del lugar y mis intenciones”, contó el artista.

¿La idea? evidenciar la historia material del subterráneo que para él está “lleno de huellas que se definen por ser la marca de un algo que sucedió, pero que pierde la relación concreta u objetiva con un referente que le explique o dé sentido. Por otro lado, era una suerte de subsuelo de desechos, un patio trasero que es muchas veces el lugar de lo que se quiere esconder en la ciudad, se trataba entonces de develar, poner adelante como gesto lo que se degrada en medio de la vida y las cosas”, indicó.

Dichos elementos motivadores de su obra, se relacionan con la necesidad de que el arte, según Sanfuentes, a su modo, debe ajustar cuentas con lo real; “lo que contrasta con la crueldad e indiferencia de la vida que niega o da la espalda a lo caído o a la fatalidad cotidiana de tantas existencias”, declaró el artista.

Theodor Adorno

Según lo expresado por el artista, esta propuesta dialoga inicialmente, de forma interna o no explícita -a modo de tensión ideológica recurrente-, con los textos de Theodor Adorno: Teoría Estética y Dialéctica negativa.

Es por esto que sus propuestas de obra se constituyen desde el diálogo o tensión con enunciados críticos que plantea Adorno, respecto de la relación del arte con la realidad, “en tanto articulación social; y también la tensión o distancia con las consecuencias de la construcción autónoma del arte, su endogamia o pulsión alegórico estética y sobre-estetización respecto de hechos objetivos de malestar y padecimiento presentes cotidianamente en  nuestra historia. Ya sea entendida ésta en su sentido macro, el de los grandes relatos como las pequeñas historias o relatos que suceden cotidianamente, casi siempre de forma velada o soterrada y silenciosa en nuestro entorno”, manifestó el artista.

De allí que en esta puesta en obra, las decisiones materiales se plantean como contraste con la producción local de arte contemporáneo, buscando alejarse de cualquier juego formal en sí mismo. “Propongo una economía de recursos para lograr un máximo valor expresivo. Situarse en una suerte de periferia del mismo museo, en su fondo mudo y silencioso, privado de historia, para irradiar su negación desde el ensimismamiento”, señaló.

Por eso Trenodia –título que hace alusión al griego thrênos que significa lamento y que corresponde a un canto fúnebre- no ilustra una idea o relato en particular. No responde ninguna interrogante, ni resuelve la demanda de Adorno. Con esta obra lo que el artista intenta es materializar el problema y la distancia entre la construcción de obra, sus modos representacionales y la realidad entendida en su dimensión de padecimiento, abuso, encierro, castigo, etc.

“Las significaciones son abiertas, el título de la muestra por un lado es el guiño de sentido que propone un desde dónde situarse frente a los materiales expuestos, y por otra parte es la reflexión que cruza trasversalmente todo el proceso de construcción y montaje de la obra”, indicó.

De allí que la instalación compuesta por planchas grabadas en acero, luces fluorescentes y ampolletas, cajas de audio dispuestas en repeticiones, componen una exhibición deliberadamente oscura, negra, que busca materializar lo irrepresentable del padecimiento cotidiano que esconde una ciudad. Dicho en sus palabras, “refiere a todos y a nadie, a lo que se cae cotidianamente casi sin emitir sonido en la ciudad”.

El tiempo

Según Sanfuentes, en esta poética de lo tosco, el tiempo es un concepto o experiencia fundamental de todos los procesos de trabajo que ha abordado, afirmando que, “el tiempo del ácido, de la corrosión, el tiempo de la demora en desaparecer de los materiales –como plantea Sergio Rojas-; son obras como materia en constante descomposición.

Tal como lo escribió el director de teatro, Mauricio Barría, a propósito de una obra anterior de Francisco Sanfuentes, Pintura Negra: “La corrosión marca la composición total de la falta. Falta de sentido, falta de resistencia, falta de mirada. Aquí no hay nada que ver, a lo más abandonarse a una potencia: la desesperanza por el objeto”. A lo que Sanfuentes agrega: “No hay nada que decir, nada muy inteligente cabe, sólo guardar silencio, experimentar la pesantez. Cualquier fuerza positiva, transformadora de lo que sea, debe primero hundirse en la precariedad de lo real, de la vida”.

Asimismo el artista utiliza la mecánica de la repetición como recurso expresivo, la implacable secuencia de lo real. Una obsesión repetitiva que en el grabado por ejemplo, se da al acumular una cosa sobre otra sin mayor intensión que acumular lo que buscaba un sentido. “Solamente se acumula, sin terminar nunca de encontrarlo”, dijo y agregó, “sumar un cuerpo al lado del otro como una forma de recalcar y recalcar y reflexionar una y otra vez sobre lo mismo, sin llegar a ninguna salida. Repetir el mismo gesto porque no hay nada más que decir, ni hacer, más que repetir y remedar lo que cae y se descompone afuera, en la ciudad”.

En Trenodia, Francisco Sanfuentes vuelve a hacer patente la negación respecto a la necesidad de representar alegóricamente, o representar materialmente, cierta dimensión de la existencia. “En este caso una dimensión de la existencia que tiene que ver con formas distintas de padecimiento, de abandono. Sin mencionar específicamente cuáles”, contó. Agregando que, “Trenodia es este canto fúnebre griego que se hacía en ausencia del cuerpo y en este caso así están instalados los materiales en la exposición. No hay imagen, no hay referencia concreta de ningún hecho en particular y por lo mismo, refiere a nadie y al mismo tiempo a todo”, concluyó.

Trenodia de Francisco Sanfuentes se presenta en el subterráneo del MAC Parque Forestal, desde el 13 de septiembre al 5 de noviembre. La entrada es liberada.