Contexto

Las sociedades actuales parecieran avanzar hacia un mayor grado de reflexividad respecto de la relación que se produce entre ambiente y sociedad. El abordar este fenómeno es de vital importancia para la generación de políticas públicas que promuevan la conservación y preservación de la biodiversidad y del desarrollo sustentable. La sociedad chilena no escapa a este imperativo, que se ha venido gestando en una importante tarea de definición sobre la cual se desarrollará la futura política medioambiental.

En el caso específico de la biodiversidad, esto se ha manifestado a través del Plan Acción País  orientado a implementar una estrategia nacional para la preservación y conservación de la biodiversidad. En dicho documento, quedan explicitados los desafíos y los pasos necesarios para avanzar en la protección de nuestra biodiversidad y el desarrollo sustentable.

Uno de los ámbitos que más se destacan, es el relacionado con los requerimientos institucionales y de gestión que debieran ser cumplidos para profundizar la gobernabilidad en materia de biodiversidad. Entre otras cosas, se promueve la importancia de implementar y profundizar la participación de las comunidades y actores sociales que interactúan con la biodiversidad; el gestionar los territorios de manera tal que se incorporen los aspectos ligados a la biodiversidad y el contar con un diseño institucional que permita fortalecer los procesos de decisión.

En efecto, si se puede establecer a grosso modo una evaluación de los requerimientos en materia institucional se puede decir que existe una deficiente protección del medioambiente, insuficiencia en el acceso a la justicia ambiental y críticas a la acción de la autoridad en función de su discrecionalidad administrativa.

La investigación que se propone se sustenta en una reflexión sobre la gobernabilidad como concepto y práctica. En este sentido, entenderemos por gobernabilidad aquel proceso por el cual se definen específicas prácticas del gobierno y que implica gestionar la relación entre intereses comunes e individuales, el desarrollo de sistemas de decisión y desarrollar las acciones en función de alcanzar objetivos comunes para la reproducción sustentable de los territorios.

El ejercicio de la gobernabilidad requiere de actores sociales e institucionales empoderados y con una presencia activa en los procesos de toma de decisión. A su vez, el éxito de la gobernabilidad depende de diversos factores, entre los cuales, se destaca la calidad de las instituciones políticas, medioambientales, económicas y sociales, y de los propios actores sociales.