"Estamos en condiciones de solucionar hasta los problemas imposibles"

Íñigo Díaz, Vicerrector de Asuntos Académicos, reconoce que está algo nervioso frente a la inminente llegada de la fecha de rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), aunque se apresura a agregar que "creo que lo hemos hecho bien".

Asumió el cargo en junio y apenas un par de semanas después vino el anuncio de que el Gobierno entregaría 155 mil becas JUNAEB para que ningún alumno se quedara sin dar la prueba por falta de recursos. "Ahí empezó todo este juego, donde proyectamos este crecimiento notable en el número de inscritos, y no nos equivocamos", comenta refiriéndose al aumento en casi 60 mil postulantes en relación con el proceso anterior.

-¿Cuánto tiempo demora preparar una PSU?

-La PSU no son los días en que se toma la prueba. Es un proceso que empieza exactamente cuando termina el proceso anterior. Nosotros esperamos poder terminar este exitosamente a fines de enero en todos los aspectos externos, y en febrero empezamos el proceso de admisión del año 2008. Por lo tanto, el proceso es anual, no se detiene nunca. Hay una serie de actividades durante todo el año, es una actividad permanente, que afloran en determinados momentos. Por ejemplo, la prueba, algunas actividades de pre test o de información a la opinión pública.

-Este año la cantidad de alumnos, de locales de rendición, hasta de recintos penales donde se rendirá la prueba, aumentaron. Hay que mover mucha más infraestructura, mucha más gente, capacitar a más personas. ¿Qué significó eso?

-Nosotros estamos llegando en cifras ajustadas a los 242 mil inscritos y eso se compara con los 182 mil del año pasado. Eso significa alrededor de 60 mil inscritos más, y un trabajo logístico de otra magnitud. Por ejemplo, el número de pruebas que hay que elaborar para que cumplamos con la ley de que todos los estudiantes secundarios o de promociones anteriores puedan rendir la prueba. Este año, debido a las becas de la JUNAEB para los colegios municipalizados y particulares subvencionados, entre junio y agosto supimos que de las 155 mil becas que había otorgado el gobierno se utilizaron alrededor de 151 mil. Y nuestras estimaciones lograban estas cifras. Pero eso significaba 60 mil inscritos más y significaba todo un apoyo. Por ejemplo, en este momento tenemos 139 sedes donde se rinden las pruebas. Aproximadamente 460 locales.

-Hay ciudades nuevas: Pozo Almonte, Monte Patria, Limache, Concón, Graneros, Molina, San Javier, Santa Bárbara, Penco y Lanco.

-También. Hay alrededor de seis mil 800 salas de clases y, algo que a muchos les llama la atención, la prueba se tomará en 25 centros penitenciarios.

-Son tres más que el año pasado, no es menor.

-No es menor. Pero todo eso significa, entre otras cosas, que hay mucha gente trabajando en esto. El apoyo logístico en personas también es muy importante. Nosotros estimamos que estos tres días que se toma la prueba se mueven del orden de 18 mil personas a lo largo de todo el país, desde los supervisores y delegados hasta los auxiliares que nos tienen que ayudar, pasando por los coordinadores.

-¿Qué es lo que más rescata de este proceso?

-Entre otras cosas, que hay un momento en que las universidades del Consejo de Rectores y la Universidad de Chile, en particular, dan un servicio público que significa una gestión muy importante. Le voy a poner un ejemplo. Si un estudiante que se inscribió para rendir la prueba en Santiago, al cual se le asignó un local, una sala, etcétera, por algún motivo no está en la sala en ese momento, puede presentarse en Punta Arenas y nosotros estamos en condiciones de aceptar a ese joven en otro local y que rinda la prueba.

-Eso no debe ser lo ideal.
-No es lo ideal y tiene un cierto grado de complicación, pero estamos preparados para eso. El tema del momento peak de estos días 17, 18 y 19, significa que hay toda una operación muy importante alrededor. Yo rescataría eso, el proceso y la prueba. Y rescataría un tercer momento, que es todo el trabajo de análisis de las pruebas, la generación de puntajes y finalmente todo el trabajo de matrícula en las novecientas y tantas carreras del Consejo de Rectores, hasta finalizar aproximadamente el 26 de enero con el término de las matrículas.

-En términos prácticos, la pruebas ya están impresas, ¿qué pasa con ellas, cuál es el proceso que sigue?
-Las pruebas se imprimieron y se hizo todo un trabajo logístico para llegar al documento físico que es entregado a cada uno de los estudiantes inscritos. Todo eso está clasificado por sede, por local, por sala. Está identificado con los nombres de los estudiantes. Toda esa información la tienen los delegados, los supervisores y los jefes de local. Están en red y, por lo tanto, ellos pueden comprobar y lograr información a lo largo de todo el país, como por ejemplo para solucionar el problema del joven que está en Punta Arenas y debe rendir la prueba en Santiago. Porque yo por lo menos tengo que poder comprobar que el chiquillo está inscrito. Esa información está. Todo ese material clasificado, debidamente embalado en cajas selladas, tiene que viajar a los lugares donde se rinde la prueba y eso se hace por diversas maneras. Cada jefe de local puede llevar un pequeño envase de menor tamaño en los casos de locales alejados, vía aérea y vía terrestre. En todo este proceso nosotros tenemos el gran apoyo de Carabineros, porque este material, cuando llega a las ciudades, llega justamente a las comisarías. Trabajamos en conjunto con Carabineros, a quienes doy las gracias, porque es un trabajo enorme y una facilidad que nos dan y una seguridad que nos prestan. Todas las cajas van con sellos de seguridad de Carabineros, lo cual nos ha permitido trabajar tranquilos Las pruebas vuelven con el mismo sistema, con seguridad y protección de Carabineros, a Santiago. Entre el miércoles y el jueves ya estará todo el material en la Universidad de Chile para su debido proceso.

-Respecto de los resultados, muchas veces se ha dicho que se han filtrado antes de que sean entregados oficialmente. ¿Cómo se va a abordar ese tema?

-Yo tengo la impresión de que los resultados no se filtran, y si hay alguna filtración la vamos a investigar, porque eso no puede ocurrir. Ahí hay un tema de equidad, de justicia para todos los postulantes. Los resultados se van a entregar el día lunes 8 de enero a las 00.00 horas, momento en que van a estar en la red, de modo que todos los postulantes, con el procedimiento correspondiente, van a poder acceder a sus puntajes. Por otro lado, esos resultados se les entregan dos horas antes a cada una de las universidades, para que ellas puedan subirlos a su vez a sus páginas web.

-¿Antes de eso se les informa a los puntajes nacionales?

-No, eso es lo que nosotros queremos evitar. Los resultados se van a entregar de esa forma. Y finalmente estarán en la edición de El Mercurio del día lunes 8 de enero.

-Antes los resultados se publicaban con nombre y la vergüenza o el orgullo eran públicos. ¿Por qué ahora se publica con el número de carné?

-Justamente para evitar esas situaciones, que pueden ser muy agradables o muy desagradables. Lo que sí se publica finalmente con nombre y apellido son las postulaciones. Pero los puntajes se decidió ponerlos de esa manera para que no haya jolgorio o escarnio.

-¿Qué recomendaciones podría darles a los jóvenes, sobre todo los que rinden la prueba por primera vez?

-Las recomendaciones generales: que reconozcan sus salas, que midan tiempos de llegada, que no se confíen, porque el lunes es un día de trabajo; el reconocimiento de sala es una cosa y medir el tiempo de traslado es otra. Y que el lunes y martes lleguen temprano, con su carné de identidad, con los materiales que tienen que llevar. Que lo hagan con tranquilidad, y que se la crean, como dicen por ahí, porque la mayoría está en condiciones de dar la prueba. Y que cualquier problema de cualquier orden los comuniquen y pidan ayuda a los encargados de locales, a los examinadores, porque ellos se los van a solucionar. Estamos en condiciones de solucionar todos los problemas, hasta los imposibles.