Daños a la casa central de la U. de Chile en fachada, arcos y entrepiso por terremoto

Daños a la casa central de la U. de Chile...
La Tercera informó sobre el cierre de Casa Central.
La Tercera informó sobre el cierre de Casa Central.

por Oriana Fernández

Cuando visitó la casa central de la U. de Chile, el pasado sábado 27 de febrero, lo que más impactó al rector Víctor Pérez fueron las profundas fisuras en la parte superior de la fachada, justo en el sector donde se encuentran el reloj y el símbolo de la casa de estudios. "Imagínese que se hubieran derrumbado esas diosas de la antigüedad que sostienen las áreas del conocimiento. Son piezas irrecuperables", afirma.

Y no sólo tuvo esa sorpresa: vio siete arcos de los pasillos agrietados (que podrían hacer colapsar las paredes) y una imagen parecida en el entrepiso. El cielo falso de un salón se cayó y, en su propia oficina, cayeron escombros desde las paredes, prácticamente sobre el retrato de Andrés Bello del pintor Raymond Monvoisin. "Los daños se vieron profundizados por lo que ya había pasado en el terremoto de 1985 en algunas salas", cuenta. Esas aulas hoy continúan sin cielo, con mayores daños debido al reciente sismo y con paredes a medio reparar.

El archivo Andrés Bello, al que Pablo Neruda legó parte de sus libros, lienzos y una colección de caracolas, quedó afectado en una pared, aunque las piezas no tuvieron problemas.

El plan de restauración y mejoramiento de la casa central no ha tenido recursos para aplicarse, aunque el diseño está listo desde 2009. "Son siete mil millones de pesos para la casa de estudios más importante del país que no han podido conseguirse", dice el rector, quien critica, de paso, que no haya recursos para una nueva red sismológica. "Pedimos recursos por años. Ninguna autoridad nos oyó", dijo.

Pérez añade que "quise exponer por qué debíamos tener los recursos y nadie me recibió, aunque pedí reuniones con el ministro de Hacienda".

Debido a los daños, la casa central estará cerrada doce meses y se deberán reforzar los pilares de zonas que podrían venirse abajo.

La medida implicará que 80 funcionarios deberán trabajar ahora en la Torre 15, excepto el rector, que mantendrá una oficina en el edificio de Alameda, junto a cuatro funcionarios.