Altazor 2010: Nuevos galardonados de la Universidad de Chile

Altazor 2010: Nuevos galardonados de la Universidad de Chile
El profesor Oscar Ramírez está desde la Fundación del Ballet Folclórico Antumapu.
El profesor Oscar Ramírez está desde la Fundación del Ballet Folclórico Antumapu.
Los Altazor son entregados por los propios artistas a sus pares.
Los Altazor son entregados por los propios artistas a sus pares.
Luis Barrales ganó por la dramaturgia de "La Mala Clase".
Luis Barrales ganó por la dramaturgia de "La Mala Clase".
La obra es dirigida por Aliocha De La Sotta y se presentará hasta fines de junio en el Teatro Nacional Chileno.
La obra es dirigida por Aliocha De La Sotta y se presentará hasta fines de junio en el Teatro Nacional Chileno.

Como una versión extraordinaria podría calificarse la última entrega de los premios Altazor, del pasado martes 27 de abirl, pues junto con reconocerse nuevamente a miembros de nuestra Casa de Estudios, se premió -por primera vez en la historia de esta distinción- una coreografía dedicada al folclore nacional.

Tal fue el caso del profesor Oscar Ramírez, coreógrafo del Ballet Antumapu, quien recibió la estatuilla por la obra "Violeta del Alma" en la categoría Mejor Coreografía en Danza 2010.

También fue premiado Luis Barrales, vinculado a la Universidad por su exitosa obra "Mala Clase" que lleva más de ocho mil espectadores en el Teatro Nacional, con la distinción de Mejor Dramaturgia 2010.

El otro miembro de la comunidad universitaria que recibió un Altazor fue el profesor Mauricio Vico, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, en la categoría Diseño Gráfico e Ilustración 2010 por el libro "Un grito en la pared, psicodelia, compromiso político y exilio en el cartel chileno", una publicación que realizó junto a Jenny Abud y Mario Osses.

Estos representantes de la Casa de Estudios se llevaron la estatuilla, cuyo nombre Altazor se inspira en la obra literari de Vicente Huidobro, y es entregada por los artistas a sus pares.

"Violeta del Alma"

Se trata de la primera vez que un grupo de baile folclórico recibe este galardón y compite con exponentes de la danza contemporánea y la danza moderna. Esto significó, según cuenta, un doble honor para el profesor. "Este para mí es un reconocimiento a toda una trayectoria que ya cumple 39 años. Es un hito histórico para la danza folclórica porque a partir de este momento se abre un espacio para los grupos que tengan como objetivo la difusión de nuestras raíces. Para nosotros es un orgullo muy grande haber sido los pioneros", manifiesta, a la vez que destaca el esfuerzo y entrega de todos los integrantes del ballet:

"Ganamos este premio porque somos de la Universidad de Chile y no creo que se geste en otra institución un grupo como este, compuesto por estudiantes y docentes con una entereza y una dedicación que realmente son admirables. Somos un grupo totalmente amateur, en el sentido de que no recibimos remuneración por nuestro trabajo y, sin embargo, competimos con compañías profesionales y con enormes presupuestos", destaca.

Identidad chilena

El elenco de "Violeta del alma" está compuesto por 30 bailarines y 14 músicos, además del equipo técnico. En conjunto trabajaron casi dos años para obtener el producto que presentaron. La mitad del tiempo lo dedicaron a una investigación en profundidad sobre la vida de Violeta Parra, que a juicio de Oscar Ramírez, fue una mujer que representó la identidad chilena.

"En esta obra se plasma la creatividad, sencillez y los deseos de justicia y libertad de Violeta Parra, además de los valores más representativos de la identidad chilena. También hacemos alusión a fiestas tradicionales en las que participó la artista y que tratamos de proyectar también en la obra.", detalla.


"La Mala Clase" da cátedra


Otro de los premios que enorgullece a la Universidad de Chile es el obtenido por el dramaturgo de "La Mala Clase", montaje coproducido por el Teatro Nacional Chileno y que aún se exhibe en la sala Antonio Varas.

Se trata de Luis Barrales, autor de obras como "Niñas Araña" y "HP Hans Pozo", creaciones que han repletado salas y han dado que hablar en el mundo del teatro. Muchos dicen que es el discípulo natural del reconocido dramaturgo chileno Juan Radrigán, con quien se le compara -y a quien él mismo considera su maestro- por su particular y crítico modo de mirar el mundo y los fenómenos de la marginalidad.

"La Mala Clase" fue escrita por encargo del Teatro Nacional Chileno y con la que dicha compañía de la Facultad de Artes continúa su línea de Teatro Joven que tiene por objetivo llevar el teatro a estudiantes. En el montaje se realiza una profunda crítica a la educación pública mostrada desde la sala de clases y las vivencias de cinco personajes.

"Llevo tres años trabajando en la línea de Teatro Joven del Teatro Nacional Chileno y luego de otras obras que realizamos quise experimentar con la temática de educación aprovechando este espacio universitario que existe y que nos pertenece a todos. En la compañía le propusimos la idea a Luis, quien aceptó encantado. A partir de nuestro material se inspiró para escribir este texto maravilloso que reflexiona sobre la primera generación de jóvenes nacidos en democracia y las paradojas que viven hoy", comenta Aliocha De la Sotta, directora de La Mala Clase y docente de la Universidad de Chile.

Y, acerca de la premiación de Luis Barrales agrega: "estoy muy contenta porque se ha reconocido su talento, sensibilidad, ironía y forma crítica de ver el mundo. Es mi compañero de trabajo y lo admiro mucho. Además, al ser el Altazor un premio que entregan los pares, significa que la educación de verdad es un tema que nos interesa a todos. Estoy feliz que una obra de teatro nos invite a reflexionar sobre eso".

 Arqueología del cartel chileno

En tanto, la publicación de Mauricio Vico con Jenny Abud y Mario Osses, "Un grito en la pared, psicodelia, compromiso político y exilio en el cartel chileno", es una reconstrucción arqueológica de la producción cartelística chilena realizada entre los años 1967 y 1988.

El libro efectúan un riguroso y ameno análisis de dicha modalidad gráfica en tres momentos históricos y socioculturales: Psicodelia, que unifica las estéticas hippie y pop de finales de los sesenta con los aires de cambio que se respiraban en el país durante la llamada "Revolución en Libertad"; Compromiso político, que revisita la influencia del afiche cubano y polaco, donde la gráfica está al servicio de la difusión del programa social de la Unidad Popular; y Exilio, donde se plasma la producción plástica de protesta postgolpe, resultado de un movimiento internacional en el que intervinieron artistas nacionales y extranjeros.