La Galería Gabriela Mistral (GGM) celebra 25 años de su fundación en 1995 por la periodista Luisa Ulibarri. Como parte de esa celebración dicho espacio expositivo firmó un convenio de colaboración con la Dirección de Creación Artística (DICREA) de la Casa de Bello, que surge del mutuo interés de generar una cooperación más significativa entre dos instancias dedicadas al fomento y visibilización de la creación artística del Estado.
Así lo manifestó Fernando Gaspar, Director de Creación Artística de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) de la Universidad de Chile, al afirmar que “la Galería Gabriela Mistral cumple un papel fundamental en la escena del galerismo nacional, en tanto motor de iniciativas, proyectos, obras y autores, que no siempre son acogidos por galerías privadas. La Universidad de Chile, a través de su Departamento de Artes Visuales, también es una plataforma histórica y actual de creación que busca tensionar su propio campo, experimentar con prácticas creativas, cuestionar la tradición artística, entre otras características. Acercar la Galería Gabriela Mistral del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), con el quehacer de la Universidad de Chile en Artes Visuales, nos parecía una tarea obligada según la tradición de trabajo de ambas instituciones”.
De allí que fomentar el quehacer artístico en artes visuales e investigación, a través de la colección de la Galería, se volviera un importante reto para la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID). “Creemos que en alianzas entre instituciones públicas de esta naturaleza, se pueden generar dinámicas creativas que permitan contrarrestar las lógicas del mercado que imponen sus lógicas, tanto en la creación como en la exhibición de obras”, dijo Fernando Gaspar.
Así el objetivo fundamental de esta alianza consiste en el apoyo mutuo, tanto en la colaboración para mostrar trabajos, obras e iniciativas surgidas en torno a la Universidad, como en investigaciones académicas que se hagan del trabajo de la Galería y su colección. “Nos interesa potenciar el extraordinario trabajo de la Galería Gabriela Mistral en sus 25 años de historia y su manera de entender la creación, que creemos es compartida en la Universidad”, sentenció el Director de la DICREA.
El rol de la U y la GGM
El sello que conmemora los 25 años de existencia de la Galería Gabriela Mistral y la celebración del convenio establecido entre ambos entes, se refleja en las actividades organizadas en conjunto. Tal es el caso de la exposición Varias cuerdas para un solo trompo que se inaugurará este jueves 19 de noviembre a las 19:30 horas y que busca poner en escena un fragmento representativo de artistas que han desarrollado sus trayectorias impulsados por el principio creativo polimorfo propio de la Universidad de Chile.
¿Cuál ha sido el papel de la Universidad en el desarrollo del arte nacional? Es el cuestionamiento central de esta exposición curada por académico del Departamento de Artes Visuales, Enrique Matthey, junto al teórico del arte y curador, Ignacio Szmulewicz, que busca dar a conocer la creación artística de la Facultad de Artes y la función pública de la Universidad de Chile, a través de la reflexión sobre el rol público que tienen tanto la GGM, de larga trayectoria a nivel de las artes visuales en Chile, como la Dirección de Creación Artística de la Universidad de Chile.
Es así como los artistas y profesores del Departamento de Artes Visuales, Pablo Ferrer, Tomás Fernández y Adolfo Martínez, junto a los artistas Jaime Alvarado, Milena Gröpper, Diego Lorenzini y María Gabler, a pesar de contar con intereses diversos, se unen en la exhibición dando cuenta de la unificación de algunos principios artísticos, principalmente de los que guían la sensibilidad, que da cuenta de la compleja relación entre tradición y vanguardia.
“La tradición ha significado una vinculación con la enseñanza, con el pasado y con la herencia que provienen desde la función republicana de la Universidad a mediados del siglo XIX, pasando por todas sus mayores transformaciones. Por vanguardia nos referimos a la labor experimental y expansiva que han jugado ciertos actores al interior de la Universidad para acoger e impulsar las transformaciones que ese modelo original ha ido sufriendo en el tiempo”, se lee en el proyecto curatorial de Matthey y Szmulewicz.
De allí que Varias cuerdas para un solo trompo sea una instancia sumamente atractiva para evidenciar la tensión que atraviesa la producción y enseñanza artística al interior de un marco histórico e institucional, a través de las obras de estos siete artistas.
Sobre las obras
A través del arte y la creatividad, las obras evidencian la experimentación y el trabajo con parcelas de la vida que son consideradas irrelevantes, que se encuentran a la deriva, o bien que son reactivas al actual sistema capitalista.
“Las obras de Pablo Ferrer, Tomás Fernández, Jaime Alvarado y Milena Gröpper, abordan este problema desde la pintura: una pintura en particular interesada en los aspectos olvidados, en los detritus de la imagen y de la historia, que sólo pueden ser explorados por ese proceso intenso de la pintura”, dijeron los curadores y agregaron: “La obra de Diego Lorenzini genera una enorme iconografía visual donde el exceso y las formas inventadas generan un universo nuevo e incomprensible. Finalmente, María Gabler y Adolfo Martínez exploran desde el objeto y el espacio los espacios ocultos e invisibles y los recuerdos incrustados en la memoria personal”.
De este modo, es esa tradición, ese espacio de protección, autonomía e historia, la que permite el desarrollo de un tipo de experimentación diferente a la de la ciencia, la tecnología o la política, donde el progreso es fundamental. Aquí, los elementos reactivos o regresivos son esenciales para una mirada distinta de la realidad, según lo aclarado por Matthey y Szmulewicz.
Es así como la curatoría de Varias cuerdas para un solo trompo -denominada así para ejemplificar la idea de un proceso de aceleración, exceso e irracionalidad que emerge desde una concentración y focalización de manera reiterativa en asuntos punzantes y dolorosos que por su continuidad van generando una inscripción- deja una espacio significativo para la presentación de aquellos procesos inconscientes y extendidos donde los artistas se encierran muchas veces.
Un debate y otras acciones
Cabe destacar que esta exhibición incluye una serie de actividades complementarias que servirán de puntos de discusión más amplios. Primero, se explorarán las vertientes más experimentales dentro de la creación de la Universidad: la performance, la intervención urbana y el arte comunitario. A esto se sumará un debate histórico que permita poner en tensión a dos figuras relevantes al interior de la historia de la Universidad: Eduardo Martínez Bonati (pre-73) y Gonzalo Díaz (post-73).
La invitación es para asistir a la inauguración de la exposición Varías cuerdas para un solo trompo, que se llevará a cabo el jueves 19 de noviembre a las 19:30 horas en la Galería Gabriela Mistral, ubicada en Alameda del Libertador Bernardo O’Higgins #1381, Metro Moneda. La entrada es liberada y permanecerá abierta al público hasta el domingo 10 de enero del 2016 de lunes a viernes de 10: 00 a 19:00 horas.
Como parte de las actividades complementarias se llevará a cabo el debate El rol de la Universidad y el galerismo público en el arte chileno, que contará con la participación de los profesores y artistas Eduardo Martínez Bonati y Gonzalo Díaz el miércoles 25 de noviembre a las 19:00 horas en la Sala Domeyko de la Casa Central de la Universidad de Chile, ubicada en Alameda del Libertador Bernardo O’Higgins #1058.
Además, el martes 1 de diciembre a las 18:00 horas en la Sede Las Encinas de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, se llevará a cabo una presentación de los procesos artísticos colaborativos y comunitarios de Viviana Bravo, Ángela Ramírez y Alicia Villareal. Durante el tiempo que dure la muestra, se realizará el ciclo de acciones en el espacio público de los artistas egresados del Departamento de Artes Visuales, Sebastián Calfuqueo, Cristian Inostroza y Paula Urízar.