Profesor Maximiano Atria:

"Los documentos de Le Corbusier nos interpelan a pensar cómo es el espacio donde vivimos"

Maximiano Atria: "Los documentos de Le Corbusier nos interpelan"
El profesor Maximiano Atria es el curador de esta muestra realizada gracias al esfuerzo de diferentes  académicos de la U. de Chile y representaciones de otras instituciones.
El profesor Maximiano Atria es el curador de esta muestra realizada gracias al esfuerzo de diferentes académicos de la U. de Chile y representaciones de otras instituciones.
"Qué va a pasar, que están haciendo los arquitectos; esas son preguntas que se pueden hacer mirando los dibujos de Le Corbusier", plantea Atria.
"Qué va a pasar, que están haciendo los arquitectos; esas son preguntas que se pueden hacer mirando los dibujos de Le Corbusier", plantea Atria.
La exposición estará disponible hasta el 22 de enero en el MAC Parque Forestal, mientras que los resultados del whorkshop LC50 están en la sede Quinta Normal.
La exposición estará disponible hasta el 22 de enero en el MAC Parque Forestal, mientras que los resultados del whorkshop LC50 están en la sede Quinta Normal.

Entre 1928 y 1964 datan los dibujos y mapas que integran esta exposición en recuerdo de los 50 años de la muerte del destacado arquitecto suizo nacionalizado francés, la cual está compuesta por medio centenar de documentos inéditos en Chile y algunos nunca antes exhibidos en Latinoamérica. “Son obras que tienen más de cinco décadas, pero que mantienen una vigencia en el sentido que son tremendamente modernos y todavía interpelan la manera cómo uno mira la ciudad”, planteó Maximiano Atria.

Si bien Charles-Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Corbusier (1887 - 1965), nunca visitó nuestro país, tuvo fuertes vínculos con arquitectos chilenos, los que son relevados en esta muestra que está abierta a todo público en el MAC Parque Forestal gracias al trabajo del Departamento de Arquitectura y del Archivo de Arquitectura Chilena del Instituto de Historia y Patrimonio, ambos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U. de Chile, y del préstamo de la la Fundación Le Corbusier de París, en alianza con el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Ministerio de Vivienda, entre otras organizaciones.

Pero esta muestra, que estará disponible hasta el 22 de enero, no sólo tiene fines conmemorativos. Como explicó el académico, los materiales “tienen un sentido histórico, ya que son piezas originales, que representan un momento de la historia de la arquitectura moderna que es invaluable, pero también tienen una intención de interpelar al presente”.

¿Cómo es que este material nos interpela?

Nos interpela al presente en el sentido de qué ha pasado con la arquitectura y el urbanismo desde 1965, cómo han evolucionado las ciudades y la vivienda, en qué han quedado todas las propuestas de vivienda colectiva y de mejoramiento del espacio urbano y la incorporación de la arquitectura como una herramienta de desarrollo de Le Corbusier. Qué va a pasar, que están haciendo los arquitectos; esas son preguntas que se pueden hacer mirando sus dibujos.

Respecto a la planificación urbana, ¿qué nos falta incorporar en nuestras ciudades hoy en relación a los parámetros que posicionó este arquitecto?

Un legado identificable de la obra de Le Corbusier es que no es necesariamente separable la arquitectura del urbanismo, y que en cierto modo el rol del arquitecto, de quien proyecta el espacio, tiene que dar tanta atención tanto al diseño de un dormitorio y de una casa, como al ordenamiento de una ciudad de tres millones de habitantes. Esa visión uniforme de la arquitectura y el urbanismo, no como disciplinas separadas, sino que como una misma manera de pensar un problema es una cosa que hoy está un poco desaparecida en la híper especialización. Quizás es momento de repensar esa concepción unitaria de la arquitectura y el urbanismo.

Le Corbusier generó un impacto mundial. ¿Cómo se da particularmente en América Latina?

Esa influencia no se dio a través de proyectos construidos, sino que a través de ideas, a través de la inspiración, a través de arquitectos, políticos y funcionarios que, inspirados en las ideas de Le Corbusier, impulsaron una renovación de la arquitectura.

Para Le Corbusier América, como África, Asia e India, eran lugares donde existía una especie de libertad de la historia, eran los continentes donde la modernidad podía tomar vuelo, entonces para él América Latina fue un lugar de promesa, que él visitó esperando que fuera el lugar donde él podría hacer realidad todos sus ideas, que no fue, en concreto, pero sí hubo una serie de arquitectos que siguieron su camino como Oscar Niemeyer, Lúcio Costa, Emilio Duhart y Enrique Gebhard.

El legado de Le Corbusier se extralimita a la arquitectura…

Le Corbusier era arquitecto, pintor, urbanista, escritor, polemista, editor, escultor, o sea, tenía una visión de que la arquitectura no era sólo construir edificios, sino que era atacar todos los ámbitos posibles de la estética. Él en su pasaporte cuando llenaba su profesión ponía “Hombre de letras”, no ponía arquitecto, en parte porque no tenía formación de arquitecto, pero también porque le interesaba que todos esos ámbitos de la cultura estaban representados en la manera cómo él hacía, escribía, pintaba, pero la arquitectura sigue siendo el espacio donde él dejó la huella más importante.

¿Cómo se dio la relación con Chile?

Tuvo una relación muy difícil, como tuvo en general con todos los países de América Latina. Para el caso de Chile lo que hay son contactos esporádicos. El primer contacto es con Matías Errázuriz que es el cliente que le encarga una casa en Zapallar, que no se hace. Posteriormente, hay contactos con arquitectos chilenos que trabajaron en su oficina, Roberto Dávila que fue el primero, para quien hizo un pequeño pre anteproyecto de un taller en Santiago Poniente que está en la exposición; después vino Roberto Matta, el pintor, que también era arquitecto, que trabajó un periodo corto en su oficina, y finalmente Guillermo Jullian que fue el arquitecto que llegó a trabajar el ‘59 y que heredó sus proyectos inconclusos.

En Chile tuvo un grupo de seguidores muy fuerte, arquitectos formados principalmente en la U. de Chile, en los año ’30 como Waldo Parraguez, Enrique Gebhard y Juan Borchers, que fueron los grandes impulsores de que en Chile, cuando hubo que tomar medidas para reconstruir el terremoto o cuando hubo que definir estándares de construcción, esos estándares y esos ejercicios de reconstrucción se hicieran siguiendo principios modernos.

Otro de los elementos de esta conmemoración es la exposición del resultado del workshop LC50. ¿Por qué abordar este legado a partir de este tipo de trabajo?

Tiene que ver con que la idea no era sólo conmemorar el aniversario o la efeméride, sino involucrar una mirada de presente y de futuro en esto, por lo tanto se incorporó a los estudiantes de arquitectura a través de los workshop que se hicieron en cinco ciudades donde se les invitó a pensar lugares conflictivos de esta ciudades en términos de espacio público, no a la manera que lo hubiera hecho Le Corbusier, sino que inspirados en una mirada urbana integral. El resultado de los cinco está siendo expuesto en el MAC Quinta Normal.