Avance disciplinario se encuentra en etapa experimental

Rápido, eficiente y barato: Estudiantes crean dispositivo para detectar la marea roja

Estudiantes crean dispositivo para detectar la marea roja
BiMaTox, el biosensor para detectar marea roja, se encuentra actualmente en etapa de experimentación.
BiMaTox, el biosensor para detectar marea roja, se encuentra actualmente en etapa de experimentación.
Catorce estudiantes de 1ro a 5to año de la carrera de Ingeniería en Biotecnología Molecular, son parte del equipo que diseñó este nuevo dispositivo.
Catorce estudiantes de 1ro a 5to año de la carrera de Ingeniería en Biotecnología Molecular, son parte del equipo que diseñó este nuevo dispositivo.
El dispositivo consiste en  una maquinaria molecular, capaz de reconocer la presencia de toxinas y sus concentraciones.
El dispositivo consiste en una maquinaria molecular, capaz de reconocer la presencia de toxinas y sus concentraciones.
Mientras siguen adelante con el desarrollo de un prototipo, los estudiantes planean competir con este modelo en el torneo mundial de Biología Sintética, iGEM, que se realiza anualmente en Boston.
Mientras siguen adelante con el desarrollo de un prototipo, los estudiantes planean competir con este modelo en el torneo mundial de Biología Sintética, iGEM, que se realiza anualmente en Boston.

Tomando herramientas de la Biología Sintética, a fines de 2016, un grupo de estudiantes de 1ro a 5to año de la carrera de Ingeniería en Biotecnología Molecular decidieron hacer frente a una problemática contingente en nuestro país y cuyas consecuencias son multidimensionales: La marea roja, fenómeno natural provocado por el incremento numérico de microalgas que generan toxinas marinas dañinas para animales y humanos. 

Tras meses de trabajo, el equipo llamado UChile-Biotec, llegó a la elaboración de BiMaTox, un biosensor de toxinas marinas que se encuentran en la marea roja, dirigido específicamente a la detección de Saxitoxina, una de las más abundantes de las costas chilenas.

"Este dispositivo, consiste en una maquinaria molecular, capaz de reconocer la presencia de toxinas y sus concentraciones", explicó Jorge Vielma, integrante del equipo que ha sido apoyado en este proceso por los académicos de nuestro plantel Benjamín Suárez, experto en toxinas marinas, Francisco Chávez, doctor en microbiología y Mauricio Díaz, ingeniero en biotecnología, además de la colaboración de Alejandra Oyarzo, estudiante de Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.

BiMaTox consiste en una maquinaria molecular, la cual se monta sobre una matriz polimérica -o en términos simples una matriz de celulosa o un papel-, que en presencia de la toxina sufriría una reacción química, produciendo una respuesta de color. "Es decir, esta sería una reacción colorimétrica, y este color podría ser visualizable al ojo humano, eso es lo interesante", afirmó el estudiante.

La idea del equipo -que ha recibido el soporte de los laboratorios SysmicroLab, LabTox, Merck y Fermelo-, es poder calibrar de alguna manera esta reacción y su respuesta, para que el dispositvo de un resultado al superar cierto nivel de toxina.

"Para nosotros la novedad de BiMaTox es científica y técnica, en el sentido que estamos utilizando técnicas y conocimiento de vanguardia como lo es la Biología Sintética", dijo Vielma.

En este mismo sentido, el estudiante subrayó el avance que este modelo supondría respecto al actual método de detección de toxinas paralizantes, el cual consiste en un bioensayo con ratones, utilizando inyecciones de muestras de mariscos potencialmente contaminadas. Pues pese a que éste un sistema certero, tiene costos elevados, un largo tiempo de reacción -entre 25 y 48 horas-, supone la utilización de miles de ratones y requiere de profesionales altamente capacitados en laboratorios certificados.

BiMaTox podría llegar a reducir el tiempo de detección de marea roja a tres horas, y sus creadores aseguran que de llegar un modelo final, sería "mucho más barato y eficiente" que el actual.

Competencia mundial

Con el diseño en una etapa experimental, los estudiantes fueron aceptados a participar entre el 9 y el 13 de noviembre en la competencia mundial de Biología Sintética, iGEM, que se realiza anualmente en Boston (Estados Unidos), y en la que participan presentando sus proyectos científicos, estudiantes de las universidades más prestigiosas del mundo. 

El camino a Boston no ha sido fácil. UChile-Biotec planea viajar con el equipo completo y para ello han debido salir a buscar financiamiento. Una campaña de crowfounding y la búsqueda de aportes al interior de la Universidad, y externamente en municipalidades, laboratorios y empresas, son parte de los esfuerzos que han hecho los jóvenes para estar presentes en el torneo. Y aún queda trecho por delante para poder llegar a Estados Unidos.  

"La idea es poder presentar ahí, eso nos serviría a nosotros para poder validar las metodologías, las herramientas que estamos utilizando y también para tener un horizonte de a quiénes podría beneficiar potencialmente nuestra tecnología", concluyó Vielma.