Amy D'Amico, investigadora del Instituto Smithsoniano:

"Lo que espero es que los alumnos puedan ver que la ciencia es una opción a seguir"

Investigadora del Smithsonian Institute analizó reformas educacionales

La reforma a los modelos tradicionales de enseñanza de las ciencias ha sido uno de los principales intereses en la vida profesional de la académica del Instituto Smithsoniano, Amy D’Amico. La especialista en educación, quien actualmente supervisa las iniciativas de desarrollo profesional y liderazgo en el Smithsonian Science Education Center (SSEC), fue una de las tres expertas que visitó nuestro país para conocer los 14 proyectos de experimentación científica que forman parte del proyecto “Laboratorios portátiles”, programa impulsado por la Fundación Allende Connelly y el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, que aproxima el quehacer científico a los escolares chilenos a partir de laboratorios de bajo costo.

Durante su estadía en nuestro país, la profesora D’Amico y sus pares se reunieron con estudiantes de pregrado, postgrado, profesores escolares y académicos universitarios involucrados e interesados en la iniciativa. En este marco, comentó además sobre su experiencia en Estados Unidos, la tensión entre el mundo académico y político en relación al cambio climático y los procesos de reforma a la educación en Chile.

Usted ha participado en diversas iniciativas relacionadas con la reformulación de la enseñanza de las ciencias en colegios a partir de la experiencia de la investigación. ¿Cuáles han sido los principales resultados de esos proyectos?

Cuando llegué al Smithsonian hicimos un estudio a gran escala que tuvo un impacto importante por su amplitud. Esa fue una investigación financiada por el Departamento de Educación de Estados Unidos, que llegó a 60 mil estudiantes anualmente, y que buscaba evaluar la implementación de una reforma de educación en ciencias. A partir de este estudio, que realizamos en los Estados de Texas, Carolina del Norte y Nuevo México, vimos que los logros de los estudiantes aumentaron, particularmente en aquellas tareas donde había que medir el desempeño. Queríamos demostrar que funcionaba en todas partes, así que lo hicimos en distritos rurales, suburbanos y urbanos. Pero tuvimos que estudiar varios años para ver el efecto, no pasó en un año, en tres recién vimos el impacto. En Carolina del Norte, por ejemplo, aún estamos observando su efecto a largo plazo y seguimos reuniendo información y datos.

En base a esa experiencia, ¿cuál es su percepción del impacto que pueden tener estos nuevos modelos de enseñanza alejados de la formación tradicional?

La teoría que actúa sobre el modelo de reforma a la educación de las ciencias en Estados Unidos es lo mismo que se está implementando en Chile. Todo el trabajo que se ha hecho acá tiene mucho que ver con lo que nosotros también hacemos en nuestros esfuerzos por un cambio sistémico, una reforma integral. De hecho, la relación entre Chile y el Instituto Smithsoniano se puede remontar a comienzos de los '90 y nuestro modelo curricular se utiliza acá en algunas escuelas. Lo que espero es que podamos ver resultados similares a los que se están apreciando aquí en Chile, que los alumnos puedan ver que la ciencia es una opción a seguir. También, de forma menos directa, que los alumnos pueden entender mejor de qué se trata la ciencia, por qué es importante para la sociedad y cómo tomar decisiones basadas en evidencia.

En este sentido, aprecia una similitud de roles entre el Instituto Smithsoniano y la Universidad de Chile en términos de su misión pública como instituciones preocupadas por la educación pública…

Nuestra misión es el incremento y la difusión del conocimiento, que es muy similar al objetivo y misión de la Universidad de Chile. El Smithsonian recibe financiamiento del gobierno nacional y federal para mantener los 19 museos con los que contamos. Pero además tenemos nueve centros de investigación y centros de llegada a la comunidad, y los fondos nacionales del gobierno permiten mantener los museos abiertos y gratis. El Centro de Educación del Smithsonian, por ejemplo, no recibe recursos del gobierno nacional, por lo que también tenemos que postular y competir por fondos, como también lo hace la Universidad de Chile. En este contexto, creo que nuestra institución, tal como la Universidad de Chile, juega un rol muy importante en la cultura y en la sociedad, proveyendo experiencias educativas y recursos para la sociedad en general y en todas las disciplinas, al igual como lo hace la Universidad de Chile. Somos un centro educativo y cultural y remover esto sería muy dañino.

Cambio climático y reformas en Chile

Hay señales políticas en Estados Unidos que parecen contradictorias con posturas de la Academia. Principal ejemplo, decisiones sobre cambio climático.

El Smithsonian está dedicado a incrementar y difundir el conocimiento. Es una institución dedicada al arte, a la cultura, a la historia y a la ciencia y apoyamos lo que el conocimiento nos indica. Entonces, basado en el conocimiento, la gran mayoría de los científicos creemos que el cambio climático es una realidad y un tema global. En base a esto, nuestro secretario participó en la Cumbre de Optimismo de la Tierra del año pasado, encuentro donde nuestra institución fue una de las promotoras del término Antropoceno, que describe el momento geológico actual en relación al primer impacto ambiental de carácter planetario que hemos generado los humanos.

¿Cómo aprecia la discusión que se ha desarrollado en Chile respecto a las reformas educacionales, particularmente en el nivel superior?

Sólo conozco algunas cosas. En términos generales, me parece muy bien que los alumnos se hayan empoderado y hayan tomado en sus manos la decisión de impulsar una educación de calidad. Que los alumnos se involucren activamente en su aprendizaje es algo muy positivo. En este contexto, la relación entre educación superior y educación pública es muy importante y alentadora porque fortalece al conjunto en lugar de separar los elementos que lo componen y, finalmente, se fortalece el sistema. La educación superior a veces se queda en una torre de marfil que está muy alejada de todo y resulta inalcanzable para el resto de la sociedad. Por eso, yo percibo como un logro muy positivo que cada vez una mayor cantidad de alumnos tengan más oportunidades y acceso a la educación superior.