Premio Nacional de Geografía 2018:

"Somos parte del medio ambiente, no somos espectadores externos"

"Somos parte del medio ambiente, no somos espectadores externos"
Belisario Andrade, Premio Nacional de Geografía 2018
Belisario Andrade, Premio Nacional de Geografía 2018
El profesor Andrade junto a un grupo de estudiantes del curso de Geomorfología en FAU
El profesor Andrade junto a un grupo de estudiantes del curso de Geomorfología en FAU

Doctor Geografía del Mar y de las Costas por la Universidad de Bretaña Occidental, (Brest, Francia) en 1981, ha desarrollado numerosas investigaciones en el ámbito de la Geografía Física, particularmente en cuestiones relativas a la geomorfología litoral y el manejo del borde costero y en los inicios de su carrera profesional fue consultor en el Ministerio de Obras públicas.

Se declara feliz de volver a impartir clases durante este semestre a su alma mater, donde ya se había desempeñado como académico a fines de la década del 70 y principios de los 80, cuando “funcionaron las grúas” y se lo llevaron al Instituto de Geografía de la PUC en Santiago, donde trabajó por más de 30 años, “jubilé en el año 2015 y me llamaron de la PUC de Valparaíso para que retomara las clases”. Andrade impartirá el ramo de Geomorfología en la Carrera de Geografía de la FAU.

Su ingreso al mundo académico lo señala como algo fortuito, “como todo en la vida tiene una parte de causalidad, yo no pensaba ser docente, pero se dio la situación en que me pidieron que me hiciera cargo de un curso y me gustó mucho, eso ya hace más de 40 años”.

El egresado del Liceo Manuel de Salas y titulado en la década del 70 en la U de Chile (cuando la carrera se impartía en la Facultad de Filosofía, Humanidades y Educación) se mostró sorprendido por el reconocimiento recibido, de hecho, ni siquiera sabía que estaba nominado, todavía se declara perplejo, pero también agradecido y emocionado.

“Recibo este premio con mucha modestia, si bien la investigación actualmente la he dejado por temas de edad y de algunas limitaciones físicas, producto de mis mal llevados 70 años, pero la docencia la sigo practicando con mucho gusto, porque es una de las labores más reconfortantes. Compartir con mentes jóvenes y ver cómo evolucionan, cómo pasan de jóvenes adultos a adultos jóvenes, es una transición hermosa, que a uno lo ayuda en lo espiritual y en lo profesional, en la docencia el que más gana y disfruta es el docente”

En cuanto al desarrollo de la disciplina encuentra que “es infinitamente superior que cuando yo comencé mis estudios universitarios. Hoy, bajo sus diferentes abanicos de intereses y espacialidades, cada día muestra una clara potencialidad para colaborar al desarrollo de la ciencia y de la sociedad, pero no solo económico, sino de manera más integral, de comprensión y de participación como integrantes del medio ambiente. Somos parte del medio ambiente no somos espectadores externos”.

Orgulloso padre de una hija y un hijo arquitectos, que en cuanto supieron la noticia lo felicitaron, incluso desde Holanda donde uno de ellos se encuentra haciendo un postgrado, confiesa que su primera reacción cuando le informaron que había recibió el premio Nacional de Geografía 2018, fue de incredulidad, “pensé que era broma. Me sentí muy emocionado y además muy contento de compartir el premio con Enrique Aliste”.

Asume que, como premio nacional, su voz es más autorizada que antes y ve que la profesión ha evolucionado “tanto en lo científico como en lo profesional, que están íntimamente unidos, creo que cada vez más el geógrafo se ha ido asentando, ganándose un espacio en el medio laboral, de trabajar cada vez más y participar cada vez más en el desarrollo de la sociedad”.

Como mensaje a las nuevas generaciones de geógrafas y geógrafos, les insta a que trabajen con mucho empeño y tengan fe a la disciplina geográfica, que traten de hacerla cada vez mejor y más seria, que se sientan orgullosos de ser geógrafos. “La inadecuada incorporación del hombre y sus actividades economías a un entorno natural que es finito, genera situaciones muchas veces dramáticas. Es labor de todo profesional, tratar de dar lo mejor para que su disciplina contribuya a una mejor calidad de vida de la sociedad en la que está inserto”

Andrade señala que todavía le cuesta dimensionar lo que significa el reconocimiento y consultado por su impresión de aportar un nuevo Premio Nacional a la U. de Chile, señala “no se imagina como me siento de feliz, pero no es que yo esté contribuyendo con un premio a la Universidad, todo lo contrario, es gracias a la Universidad y a mis profesores, porque tuve la suerte de tener grandes maestros, que obtuve este reconocimiento. Ahora estoy muy contento de volver y ser yo quien puede aportar”.