Como asociación han realizado diversas manifestaciones y encuentros para concretar la creación de un senado universitario en la institución. ¿En qué etapa de este proceso se encuentran actualmente?
Estamos en uno de los momentos más relevantes de esta demanda que hemos planteado, el de acelerar el proceso de instalación del senado universitario. Si bien los plazos están establecidos en el Estatuto -y a más tardar en febrero de 2020 debiera estar funcionando-, la asociación de funcionarios ha planteado a través de distintas formas de expresión y movilizaciones internas nuestra necesidad de avanzar, y quizás el encuentro de hoy también es una forma de manifestar esto.
Estamos en proceso de negociación al interior de la Universidad, donde Rectoría ha recogido nuestra demanda. Desde nuestro punto de vista, no hemos podido avanzar al ritmo que desearíamos. Por lo tanto, quisimos acelerar con esta gira que emana desde la asociación de funcionarios, donde con recursos propios aceptamos la invitación que nos hizo el Vicepresidente del Senado de la U. de Chile y creamos esta comitiva.
Yo diría que aún estamos en un proceso un poco entrabado a nivel institucional. Todavía no vemos una fecha probable de concreción de esto, a pesar de que estamos muy cerca de las fechas legales que lo exigen. Por lo tanto, me atrevería a decir que aún estamos en un escenario de ambigüedad. Sin embargo, tenemos súper clara nuestra demanda, y con la visita que estamos haciendo al Senado de la Universidad de Chile vamos descubriendo que es mucho más relevante el poder instituir prontamente esta instancia.
¿Qué importancia tiene el encuentro entre la Asociación y el Senado de la Universidad de Chile en el proceso de implementación de un órgano similar en la Universidad de Aysén?
Lo principal es aprender de las buenas prácticas que tiene el Senado de la U. de Chile. Ese es nuestro principal objetivo, poder aprender e ir descubriendo cómo se ha ido instalando este órgano. Obviamente, tomando en cuenta los matices que correspondan, ya que nuestra institución tiene una escala muy diferente a la de la U. de Chile. Sabemos que el Senado, por lo tanto, tiene una envergadura distinta. Sin embargo, las prácticas son parecidas. La forma de dialogar y la visión triestamental son parecidas. Tienen el mismo espíritu.
Lo más más importante también es aprender de los procesos democráticos. Eso es muy relevante instaurarlo en nuestra universidad. Me refiero a procesos democráticos que se den de forma oficial y legal, que estén basados en lo que estipulen nuestros estatutos, más allá de las buenas voluntades. Aquí en la U. de Chile el proceso está establecido, funciona de manera normativa.
¿Cómo proyectan el vínculo con el Senado de la Universidad de Chile en el futuro?
Nosotros esperamos que miembros del Senado Universitario formen parte de este proceso de reflexión en Coyhaique, en nuestra casa. Y que participen de los espacios que hemos logrado negociar con la rectora.
¿Qué significa la figura de senado universitario para ustedes? ¿Por qué creen que es necesario implementarlo?
Yo diría que hay una finalidad en sí misma, que es la democracia. El espacio triestamental no está configurado hoy en nuestra universidad, no está definido de manera normativa. Por lo tanto, la democracia para nosotros es un objetivo y un fin en sí mismo. Yo creo que es necesario incorporar a los distintos estamentos de la universidad en las discusiones de visión estratégica de la casa de estudios. Hoy nuestro plan estratégico no fue construido colectivamente y eso lo hemos planteado abiertamente. Si estuviera el senado universitario funcionando esa discusión se hubiera dado en su seno. Por lo tanto, el cómo nos apropiamos de un plan estratégico a largo plazo es vital. Es no tan sólo de largo plazo, sino que también ayuda a acelerar el proceso en el corto plazo. Es decir, nos vemos mucho más involucrados en el proceso de instalación de la universidad.
¿Qué valor le otorgan a la triestamentalidad en las instancias de gobierno universitario y toma de decisiones?
Es fundamental tener todas las opiniones representadas en estos miembros elegidos democráticamente. Para nosotros es fundamental y es muy parecido al concepto de democracia. Es plantear que, si la universidad está constituida por académicos, funcionarios y estudiantes, las tres voces deben confluir en el mismo espacio. Es imposible pensar en una universidad donde los académicos sólo discutan asuntos académicos, los estudiantes asuntos estudiantiles y los funcionarios discutan sobre temas de salarios o acerca de reivindicaciones, que son muy legitimas. Pero aquí de lo que estamos hablando es de la construcción de un proyecto de universidad a largo plazo, una universidad estatal para la Región de Aysén.
¿Cuáles son las dificultades que han tenido para llevar a cabo el proceso de implementación de un senado universitario en Aysén?
Para empezar, todavía no es algo que pudiéramos decir que es un proceso establecido. Nos han abierto el espacio en el Consejo Superior para reforzar nuestra demanda. Se ha planteado y es comprensible -quizás a nosotros nos cuesta internalizarlo-, que el senado universitario no es prioridad versus otras normas o políticas que deben instaurarse. Por lo tanto, el Consejo Superior está sobrecargado de actividades. Nosotros decimos justamente lo contrario, ya que si estuviera el senado funcionando le descargaríamos una gran cantidad de funciones en las que hoy el Consejo debe avanzar. Pero claro, nos hemos encontrado con la dificultad de que este asunto no parece ser una prioridad.
Para nosotros, desde que establecimos nuestra asociación vimos que el senado debiera recoger un espacio de mayor resolución en el ámbito de estos tres estamentos, porque sabemos que no es un órgano que toma las definiciones, no es un órgano resolutivo. Es un órgano normativo, pero sabemos que la democracia contribuye a lo resolutivo.