Desarrollo científico en la Antártica: Los desafíos y beneficios que el continente blanco ofrece al mundo

Desarrollo científico en la Antártica: Desafíos y beneficios
Un equipo de investigadores e investigadoras de diferentes facultades de la Universidad de Chile participan, año a año, en una expedición científica a la Antártica.
Un equipo de investigadores e investigadoras de diferentes facultades de la Universidad de Chile participan, año a año, en una expedición científica a la Antártica.
La expedición de los cientìficos es organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH), donde aplicaron diversos trabajos en dicho territorio prístino.
La expedición de los cientìficos es organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH), donde aplicaron diversos trabajos en dicho territorio prístino.
"Ecología de la influenza virus aviar en Antártica: rol de las aves migratorias en la introducción de influenza en la población de pingüinos", se denomina el proyecto que encabeza el Dr. Víctor Neira.
"Ecología de la influenza virus aviar en Antártica: rol de las aves migratorias en la introducción de influenza en la población de pingüinos", se denomina el proyecto que encabeza el Dr. Víctor Neira.
Desde los años 50 la temperatura promedio anual en dicho continente ha aumentado casi 2,5 grados, mucho más rápido que el resto del planeta.
Desde los años 50 la temperatura promedio anual en dicho continente ha aumentado casi 2,5 grados, mucho más rápido que el resto del planeta.
Fue el último continente descubierto en el planeta y es uno de los pocos rincones de la Tierra que permanecen casi inalterados.
Fue el último continente descubierto en el planeta y es uno de los pocos rincones de la Tierra que permanecen casi inalterados.
Sabemos que la Antártica es el continente más frío, seco y con vientos intensos, donde solo los organismos adaptados a estas condiciones extremas logran sobrevivir.
Sabemos que la Antártica es el continente más frío, seco y con vientos intensos, donde solo los organismos adaptados a estas condiciones extremas logran sobrevivir.
Detrás de sus gruesas paredes de hielo se esconde un pasado que nos permite aprender mucho sobre los fenómenos naturales actuales.
Detrás de sus gruesas paredes de hielo se esconde un pasado que nos permite aprender mucho sobre los fenómenos naturales actuales.

Un equipo de investigadores e investigadoras de diferentes facultades de la Universidad de Chile participaron, a principios de año, en una expedición científica a la Antártica con el fin de estudiar diversos temas de interés y utilidad, tanto para la ciudadanía como para el futuro del planeta.

Durante el verano, cuando el trabajo de campo es intenso en el continente helado, los expertos integraron una expedición organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH), donde aplicaron diversos trabajos en dicho territorio prístino, formularon preguntas y alcanzaron algunos avances en la búsqueda de respuestas.

Uno de ellos se denomina “Ecología de la influenza virus aviar en Antártica: rol de las aves migratorias en la introducción de influenza en la población de pingüinos”.

En el proyecto, aun en curso, participa el académico del Laboratorio de Virología Animal de Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, Dr. Víctor Neira.

El especialista precisó que el objetivo del estudio es obtener resultados sobre el posible contagio de influenza aviar en aves migratorias que afectaría, principalmente, a especies de pingüinos que habitan en el continente blanco.

A través de esta iniciativa -explicó Neira-, se busca entender la ecología de dicha enfermedad, que se puede transmitir de animales a humanos, y que ha ocasionado las peores pandemias de los últimos siglos. “Las rutas migratorias de las aves transportan estos virus alrededor del mundo, pero no se sabe con certeza lo que pasa en el extremo sur del planeta”.

“En ningún caso podemos introducir algún tipo de enfermedad a los pingüinos, lo que se hace es tomar muestras y con eso podemos ver si estos tienen anticuerpos contra el virus y si ellos tienen el virus presente, a través de la obtención de muestras orales. La idea, además, nos permitirá conocer bien el germen, estar preparados para, si existe alguna posibilidad de que estos virus salten la barrera interespecie y en este caso incluso saltando desde aves hasta los humanos”, afirmó.

El académico del Laboratorio de Virología Animal de Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, Dr. Víctor Neira, recalcó su experiencia en la Antártica, continente calificado como un laboratorio estratégico para la humanidad.

Relató que fiordos, canales, glaciares, componen este gigantesco y prístino lugar, que reúne condiciones excepcionales para el desarrollo de la investigación básica, pero también de las ciencias aplicadas.

“Básicamente allá es como estar en otro planeta, a veces caminando por las islas se imagina estar pisando la luna. Es muy bonito convivir con la vida silvestre autóctona, es prácticamente indescriptible, y después que uno va por primera vez se queda enganchado, se enamora, cada vez va a tratar de ir porque es un lugar apasionante”, argumentó.

Según la Enciclopedia Visual Antártica del INACH, desde los años 50 la temperatura promedio anual en dicho continente ha aumentado casi 2,5 grados, mucho más rápido que el resto del planeta.

El calentamiento global ha revertido el congelamiento, debilitado a los glaciares que se formaron durante millones de años y está poniendo en duda su condición de “aislamiento”.

Eso está relacionado con lo que estudia en la Antártica la académica y doctora en Ciencias con mención en Microbiología de la Universidad de Chile, Julieta Orlando.

La investigadora analiza la biodiversidad en el continente blanco, tanto de animales como microorganismos, para poder inferir cómo las especies llegaron a esa distribución específica, para luego predecir cómo se distribuirían, por ejemplo, ante el escenario de cambio climático.

Estamos enfocados en dos tipos de microorganismos, metanógenos, que producen metano, y los desnitrificadores, que producen óxido nitroso. Esos dos gases pueden contribuir al cambio climático por efecto invernadero y, entonces, retroalimentar. En algunos casos es perjudicial, ya que tendrían a producir más de estos gases nocivos para el planeta, pero también podrían verse afectados, entonces pueden ser una misma solución. Esos escenarios son los que estamos tratando de descifrar e inferir próximamente”, subrayó.

Hoy por hoy, todavía se discute quién pisó la Antártica por primera vez, aunque lo que sí se sabe con certeza es que fue un hombre. Sin embargo, ahora las mujeres han tomado el relevo y se han lanzado a la conquista del Polo Sur.

Al respecto, la microbióloga de la Universidad de Chile, Julieta Orlando, precisó que dichos lugares extremos son difícil de enfrentar, pero cada vez más -aseveró- existe presencia femenina en este tipo de proyectos científicos impulsados por el INACH.

“Llamativamente había más mujeres que hombres en varios de los grupos, de hecho, nuestro proyecto está formado por cuatro investigadoras principales y dos hombres. Para nosotras no ha sido una dificultad la Antártica, no tenemos problemas para encontrar nuestros espacios, que se requiere que sean diferentes en algunos aspectos, incluso, en las bases militares, que en su mayoría son hombres, se respeta esa diversidad”, aseveró.

Sabemos que la Antártica es el continente más frío, seco y con vientos intensos, donde solo los organismos adaptados a estas condiciones extremas logran sobrevivir. A pesar de que también se le considera un lugar prístino, se ha comprobado que posee una abundante y muy diversa comunidad microbiana y que se ve continuamente sembrada por microorganismos que no son propios del lugar. Este hecho, sin lugar a dudas, tiene que ver con la llegada del hombre y la globalización que implica. A pesar de ello, debiese ser uno de los lugares menos proclives a ser afectados por la multirresistencia de las bacterias, abriendo la posibilidad de encontrar nuevas fuentes de moléculas con potencial antimicrobiano.

El profesor Andrés Marcoleta, del Departamento de Biología de la Universidad de Chile, participa en el plan sobre la resistencia de ciertas bacterias a los antibióticos, buscando entender cómo ha desarrollado esta defensa.

La iniciativa se desarrolla en alianza con el “Proyecto 1.000 Genomas”, lo que les permite trabajar con tecnología de punta para realizar análisis de las muestras en el lugar sin la necesidad de trasladarlas a Santiago, lo que puede evitar alteraciones.

Uno de los científicos a cargo de este proyecto pionero es Miguel Allende, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, quien explicó cómo aporta su trabajo a la labor de descifrar la resistencia de ciertas bacterias a los antibióticos, y entender cómo éstas se han desarrollado.

El Proyecto 1.000 Genomas busca caracterizar secuencialmente a la mayor cantidad de especies posibles, que sean endémicas de Chile, de interés productivo, patógenos o simplemente un interés patrimonial. También es interesante saber cómo se han adaptado a ese hábitat y qué tipo de metabolismo y mecanismos de resistencia al frio u otro tipo de resistencias ambientales tienen. Todo ese tipo de información es útil no solo para entender cómo lo hacen, sino que también aprovechar esa información para otras especies “, dijo. Antártida-científicas-chilenas-EFE-Felipe-Trueba.

Aunque el académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, Miguel Allende, aporta desde Santiago a la investigación que impulsa el profesor Andrés Marcoleta, aseveró que su trabajo es fundamental para estudiar la biodiversidad de la Antártica con el fin de elaborar nuevos antibióticos para la farmacología, pero que no es la única utilidad que se podría dar a labor donde se utiliza a la Antártica como laboratorio natural.

En el caso del grupo de Andrés Marcoleta, ellos están interesados en obtener nuevos antibióticos. Todos los microorganismos producen anticuerpos para defenderse de otros microorganismos, y los que allí se encuentran nunca han sido estudiados desde ese punto de vista. Entonces, hay una oportunidad muy grande para descubrir nuevas moléculas que sirvan de drogas en beneficio de la salud humana y animal”, expresó. 

Fue el último continente descubierto en el planeta y es uno de los pocos rincones de la Tierra que permanecen casi inalterados. Detrás de sus gruesas paredes de hielo se esconde un pasado que nos permite aprender mucho sobre los fenómenos naturales actuales.

Muchos estudios realizados en la región han permitido viajar al pasado geológico, como también conocer más sobre la historia del sistema solar, encontrar la posible cura para el alzhéimer y hasta terminar con la resistencia de las bacterias.

Distintas investigaciones sobre magnetismo terrestre, sobre el manto atmosférico y los programas biológicos globales han logrado desentrañar numerosos problemas terrestres. Uno de estos casos emblemáticos fue la exploración sobre la estratósfera que dio a conocer el progresivo vaciamiento de la capa de ozono.

Sin embargo, según la Academia de Ciencias de Estados Unidos, este laboratorio natural se desvanece poco a poco. En su conjunto, está perdiendo hielo a un ritmo seis veces más rápido que hace cuatro décadas.