“Una excelente noticia para la región”. Así definieron el acuerdo Mercosur-Unión Europea el ex subsecretario de Relaciones Exteriores y académico de la Universidad de Chile, Alberto van Klaveren; el ex Director General Adjunto de la OMC, Alejandro Jara; el ex Director de Desarrollo Económico de Cepal, Osvaldo Rosales, y el ex Ministro de Energía, Andrés Rebolledo, quienes en el marco de un nuevo Mediodía IEI analizaron los alcances y potencialidades de dicho acuerdo dado a conocer a la opinión pública el 28 de junio recién pasado.
La actividad, moderada por la Directora del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, profesora Dorotea López Giral, contó con la asistencia de más de 60 personas, las cuales quisieron participar de la reflexión y análisis de expertos en la materia, quienes coincidieron en calificar el acuerdo como muy beneficioso para la región, toda vez que -a su juicio- revitaliza el multilateralismo y reivindica el rol de Europa en la arena internacional.
Asimismo, destacaron que de ratificarse el mismo, 30 países de la región tendrían acuerdos comerciales con la UE, los cuales incluirían capítulos muy similares de servicios, inversiones, compras públicas, entre otros, temas que no están considerados en la mayoría de los acuerdos intraregionales.
Lo anterior constituiría un paso decisivo para una efectiva integración regional, apoyada en el libre movimiento de bienes, servicios, inversiones y personas.
Los grandes desafíos
Los panelistas invitados también coincidieron en que este acuerdo se dio gracias a la coyuntura política que viven tanto los países del Mercosur como de la UE en su conjunto. Sin perjuicio de lo anterior, los grandes desafíos radicarían en lograr la ratificación del mismo por parte los parlamentos de dichas naciones.
En este sentido, destacaron que, en el caso de Argentina, el Gobierno de Mauricio Macri ve el acuerdo como un triunfo político y económico. Sin embargo, la nación vecina vive un clima eleccionario, donde la población está poco enterada e interesada en el tema y donde la oposición (el sector de Cristina Fernández) se ha mostrado bastante reticente a este acuerdo.
Por su parte, Brasil también celebró el acuerdo. Pese a ello, el tratado impondría bastantes restricciones desde el punto de vista medioambiental para el gobierno de Bolsonaro.