Consejo de Facultad celebró el Premio Nacional de Humanidades del Prof. Marcos García de la Huerta

Consejo de Facultad celebró Premio Nacional de Humanidades

Con inmensa alegría, el decano, Prof. Carlos Ruiz Schneider, señaló que “este premio, tan justo y merecido, honra y reconoce, a nivel nacional del mundo de la cultura y las universidades a uno de  los miembros, como diría Andrés Bello, de la república de las letras por el valor, la profundidad de sus escritos y el significado de sus investigaciones”.  

El decano Ruiz destacó la obra del Prof. García de la Huerta en cuanto ha abordado el tema de valorizar y visibilizar las Humanidades en el espacio público y la importancia de relacionarlas con la educación pública. “El análisis teórico y filosófico de la técnica y la política, y la identidad cultural, temas en que el Prof. García de la Huerta ha incursionado con hondura y perspectivas lúcidas y originales”.  

Para Marcos García de la Huerta esta significación pública de las Humanidades debe incidir en otras disciplinas, como las ingenierías y la economía, para las cuales es importante entrar en contacto con la formación humanística. 

Humanidades en el espacio público

Entre las actividades públicas del Prof. Marcos García de la Huerta se encuentra la conferencia magistral con la que participará en el seminario internacional “La cuestión de las Humanidades” que se celebrará en el marco del noviembre cultural que prepara la Universidad de Chile. 

Allí abordará la figura de Andrés Bello, lo que representó en el momento de la fundación de la U. de Chile y cómo, internándose en la república, realizó una función pública excepcional. “La figura de este humanista muestra que las Humanidades tienen un significado en la formación ciudadana”, explica.  

En este sentido, destaca que la práctica filosófica está íntimamente relacionada con la comprensión de los problemas del mundo. Citando a Hannah Arendt -a quien trabajó en un libro recientemente publicado-,  el sentido de la frase “lo que yo quería era comprender” se ubica en el núcleo de la práctica filosófica.