Declaración pública del Departamento de Filosofía

Declaración pública del Departamento de Filosofía

Hemos sido testigos de una de las manifestaciones más amplias y contundentes de rechazo a las injusticias sociales que haya tenido lugar en la historia del Chile reciente. Expresada tanto en la movilización social, como en la reacción del gobierno a declarar el “Estado de emergencia”. Este estado de excepción constitucional ha sido llevado más allá de lo que la propia constitución permite, cuando de facto la autoridad militar actúa como si estuviésemos en estado de sitio y no de emergencia.

La presencia militar en Santiago y regiones, asociada al ejercicio sistemático de la violencia en las calles, amparada bajo el “Toque de queda”, y en particular, en los barrios periféricos, han instalado un clima de gran inquietud, ansiedad y temor. A este respecto, los datos del INDH, así como de la Comisión de DDHH del Colegio Médico de Chile, son lapidarios y denuncian con énfasis la vulneración de derechos de las personas. Los datos a nivel nacional cifran por sobre dos mil los detenidos, más de mil heridos, y sobre una decena de muertos, cuestión que afecta a adultos, jóvenes y niños. El INDH ha iniciado cinco querellas por muertes, ocho por violencia sexual y diez recursos de amparo. Ha habido allanamientos y tortura. Todas estas acciones jurídicas apuntan hacia agentes del Estado.

Dado este escenario, como Departamento de Filosofía:

  • Condenamos enérgicamente todas las formas de violencia que impidan el diálogo reflexivo que debe ser lo propio de la democracia y la filosofía.
  • Deploramos enfáticamente la violencia institucionalizada y las restricciones a la libertad de los ciudadanos.
  • Demandamos la revocación del Estado de excepción y el retiro de las fuerzas militares de la calle.
  • Exigimos retornar a condiciones mínimas de libertad de acción en una república que desea ser respetuosa de cada uno/a de sus ciudadanos y ciudadanas.
  • Llamamos a nuestra comunidad a no renunciar al diálogo racional y democrático como único canal para resolver las dificultades.

Sin esas condiciones elementales, es imposible hacer academia seria y responsable. Ni investigar ni enseñar son actividades que se puedan hacer libremente en el estado de excepción que nos aqueja. Esas maneras antidemocráticas de gobernar atentan decididamente contra las condiciones de la reflexión, el diálogo y la enseñanza. Todos aspectos esenciales del ejercicio reflexivo y democrático que anima al quehacer filosófico tal como lo concebimos y deseamos. Creemos que bajo las elementales condiciones que pedimos en esta declaración, la Filosofía y las Humanidades pueden colaborar significativamente a comprender nuestra actual situación, a profundizar en sus ideas y aportar así al debate nacional.