Ante el escaso valor que, de acuerdo a la Sociedad Chilena de Física, las autoridades del país le han dado a la ciencia para enfrentar el debate surgido por el uso de perdigones antidisturbios y sus dramáticas consecuencias para las cientos de personas afectadas, este organismo le solicitó a un comité ad-hoc, integrado por académicos de las universidades de Chile y Austral, la elaboración de un informe con base científica que le permita a la ciudadanía calibrar los riesgos ante la aplicación de estas armas.
El trabajo analiza los distintos tipos de perdigones que existen de acuerdo a su composición, y establece que los empleados por Carabineros de Chile para disuadir una manifestación mediante la amenaza de causar daño físico a los participantes, corresponden a compósitos de plástico y metal, con un 18-20 por ciento de caucho y 23-35 por ciento de plomo, además de sílice, sulfato de bario y otros elementos.
Junto con ello, se especifica que los aspectos relevantes para determinar el daño causado por el perdigón en las personas son la energía cinética, la dureza del proyectil y su sección eficaz o transversal que impacta contra el blanco, citando un informe de Carabineros de 2012 para alertar que esta munición "hasta 25 metros de distancia, son capaces de traspasar una plancha de madera terciada de 9 mm de espesor. El mismo informe indica que en el caso del cuerpo humano el impacto de un perdigón podría producir estallido ocular incluso a la distancia de 30 metros.
El profesor Gonzalo Gutiérrez, académico de la Facultad de Ciencias y uno de los autores del informe, explicó que si se revisan el conjunto de los informes y pruebas técnicas elaboradas tanto por Carabineros como a nivel nacional e internacional por instancias científicas, "lo que correspondería sería el abandono del uso de perdigones o balines como medio disuasivo de manifestaciones, como lo han hecho la gran mayoría de los países del mundo".
Consultado si no era posibe pensar en el reemplazo de los actuales perdigones por otros compuestos en su totalidad por goma, el profesor Gutiérrez aseguró que habría que pensar en una munición "que tendría que salir a una mucho menor velocidad, tener menos masa y ser completamente elástico y flexible, pero aún así usados a corta distancia pueden causar daños severos o incluso letales", enfatizando en que en la actualidad la mayor cantidad de información sobre lugares donde aún se utilizan balines con este fin remiten al contexto del conflicto palestino-israelí.
Ciencia al servicio del país
Uno de los puntos en los que hace hincapié el informe de la Sociedad Chilena de Física es que el debate sobre el uso de perdigones ha estado marcado por la confusión entre opiniones y hechos objetivos. "Todavía en nuestro país no es común observar el ejercicio de un pensamiento crítico basado en evidencias y con un nivel mínimo de conocimiento científico. Hechos objetivos y opiniones personales parecen intercambiarse indistintamente. Esta falta de cultura científica básica le hace mal al país, y es particularmente perniciosa cuando se encuentra en dirigentes, medios de prensa, autoridades y tomadores de decisiones", plantea el documento.
En esa línea el profesor Gutiérrez aseguró que resulta indispensable trabajar por una mayor y mejor educación pública y científica en el país, y su desarrollo e impulso en las universidades del Estado, e impulsar una coordinación efectiva entre los diferentes órganos del Estado -Gobierno central, universidades, centros de investigación y de pensamiento- para que trabajen de manera mancomunada.
"Es realmente asombroso que un General Director de Carabineros y el Ministro del Interior, teniendo un sistema de universidades del Estado de primer nivel, no se apoyen en ellas para tomar decisiones basadas en evidencia", finalizó Gutiérrez.
Puede descargar el informe en el sitio de la Sociedad Chilena de Física.