Hans Stange, Claudio Salinas y Carlos Ossandón

Profesores del ICEI publican libro que analiza la investigación en comunicación en Chile y América Latina

Profesores publican libro que analiza estudios en comunicación

La impostura Crítica: desventuras de la investigación en comunicación es el título del libro que acaban de publicar los profesores Hans Stange, Claudio Salinas y Carlos Ossandón. El texto hace un análisis del estado de los estudios de comunicación en Chile y el continente en los últimos 30 años.

El libro se construye de artículos de los profesores de la Casa de Estudios y los aportes de Paco Sierra, director de la Unión Latinoamericana de Estudios de Economía Política de la Comunicación de la Comunidad Europea; y Antoine Faure, académico de la Universidad  Finis Terrae. Cabe señalar que fue coeditado por la editorial Comunicación Social de Salamanca (España) y el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile.

Para Claudio Salinas en la actualidad es muy difícil que los libros de comunicación y de epistemología de la comunicación sean unitarios: "Nosotros pensamos la publicación como ensayos, pero siempre como un libro unitario, no una compilación de artículos. Cada ensayo responde a una cuestión del campo de estudios de la comunicación. Es un texto que discute sobre la racionalidad actual en la investigación en el área, que se podría extrapolar en las ciencias humanas y sociales, que son presa de un conocimiento pro statu quo: investigaciones que dicen ser críticas, pero que no están interpelando la realidad ni vinculando los contextos sociopolíticos", indicó.

Stange agrega que por esto último es que se habla de impostura: "Es decir, ¿qué tan crítica es la investigación en comunicación? Lo que hicimos fue, primero encontrarnos, y luego reflexionar sobre la discrepancia entre las perspectivas que se declaran y cómo se hacen. Y hallamos que una parte importante de la literatura del área utilizan autores críticos en sus marcos teóricos, pero en la práctica sus métodos son contenidistas, funcionalistas y tienden a lo cuantitativo, por lo que de sus resultados no se desprenden reflexiones críticas", comentó.

Ataque a la estructura

De acuerdo con Salinas la publicación es muy atingente a lo que está pasando en el contexto chileno, porque se hace preguntas similares a las del estallido social: "Uno mira el 18 de octubre pasado, en todos los niveles, y la gente comienza a cuestionarse la vida cotidiana, las prácticas investigativas, la institucionalización de la investigación en la universidad, el arte, toda la estructura comienza a discutirse. De alguna forma nosotros, sin saber que iba a ocurrir de la forma en que ocurrió, el ejercicio que hacemos es colocar la investigación en comunicación en Ciencias Sociales dentro de una estructura: En este caso la estructura académico-universitaria, que también sufre de esta cuestión esquizofrénica, dice ser una cosa pero en la práctica se hace otra", comentó.

Stange acota que la Universidad, institución que declara su independencia, autonomía, capacidad de producir distancia crítica cuando observa y examina fenómenos, pero en la práctica -por la manera en que están financiadas y presionadas hacia un sistema productivista- esa independencia termina siendo interpelada por el día a día de la investigación: "O sea, un investigador que tiene que gastar la mitad del tiempo en conseguirse fondos, en administrarlos, que tiene que construir no una reflexión de largo plazo, si no que un currículo y preocuparse del impacto de sus citas, en la práctica no puede generar ese espacio y distancia para la crítica", indicó.

Y luego agrega que en el campo de la comunicación además "nos hemos contado la historia de fases y teorías de forma coherente: Hay una etapa de crítica ideológica en los 70, crítica cultural en los 80, de crítica identitaria en los 90, como si fueran etapas y enfoques que se suceden lineal y coherentemente. Y eso, cuando lo contrastamos con los hallazgos, de nuevo no se condice con la práctica del área. Cuando se dice que hay una crítica ideológica,  tenemos investigaciones propositivas. Cuando se suponía que había una crítica cultural, tenemos investigaciones de otro tipo, etc. Ahí hay una segunda tesis: nuestra manera de contarnos la historia del campo es lo que nos impide ver esta discrepancia entre lo que pensamos y cómo realmente la investigamos".

"¿Para qué investigamos? Para devolverlo a la sociedad, ¿no? Si nos enclaustramos en nuestros cubículos eso no tendrá nunca lugar. La investigación social tiene que ser para y con la sociedad, para poder pensar el presente y proyectar un futuro", sentenció Salinas.

Se prevé realizar un lanzamiento del libro en abril próximo en el ICEI.