Obra transmitida vía streaming:

"ÍTACA": el retorno al expresionismo de Arturo Cariceo y Swen Hauser

"ÍTACA": el retorno al expresionismo de Arturo Cariceo y Swen Hauser
Volver al origen artístico de la pintura, es lo que se propusieron los artistas visuales, Arturo Cariceo y Swen Hauser, con su reciente producción "ÍTACA".
Volver al origen artístico de la pintura, es lo que se propusieron los artistas visuales, Arturo Cariceo y Swen Hauser, con su reciente producción "ÍTACA".
"La idea era retornar a la pintura, a la abstracción, a la gestualidad, a lo lúdico, al goce y el placer de los colores", dijo Arturo Cariceo.
"La idea era retornar a la pintura, a la abstracción, a la gestualidad, a lo lúdico, al goce y el placer de los colores", dijo Arturo Cariceo.
Diariamente durante dos semanas, los artistas se congregaron a pintar capa por capa la pulsion surgida en el momento.
Diariamente durante dos semanas, los artistas se congregaron a pintar capa por capa la pulsion surgida en el momento.
La propuesta incluyó la participación de gente invitada, como el diseñador gráfico del DAV, Rodrigo Wielandt y los hijos de ambos creadores.
La propuesta incluyó la participación de gente invitada, como el diseñador gráfico del DAV, Rodrigo Wielandt y los hijos de ambos creadores.
"Los pequeños hijos de Swen, que estando en la mejor edad para embetunarse junto con nosotros, lo hicieron de manera espectacular cerrando 2 semanas de intenso trabajo en flujo non-stop" dijo Cariceo.
"Los pequeños hijos de Swen, que estando en la mejor edad para embetunarse junto con nosotros, lo hicieron de manera espectacular cerrando 2 semanas de intenso trabajo en flujo non-stop" dijo Cariceo.
"ÍTACA se plantea como un fenómeno colaborativo contracultural plagado de leyendas urbanas apropiacionistas, alias colectivos y un ácido espíritu lúdico" contó el autor.
"ÍTACA se plantea como un fenómeno colaborativo contracultural plagado de leyendas urbanas apropiacionistas, alias colectivos y un ácido espíritu lúdico" contó el autor.
"ÍTACA" finalizó este viernes 24 de enero, cuando ambos artistas volvieron a pintar los muros de la sala para dejarlos en blanco tal como lo encontraron el primer días del trabajo.
"ÍTACA" finalizó este viernes 24 de enero, cuando ambos artistas volvieron a pintar los muros de la sala para dejarlos en blanco tal como lo encontraron el primer días del trabajo.

Del 13 al 24 de enero, el académico del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Arturo Cariceo, junto al artista visual también estudió en la Casa de Bello, Swen Hauser, comenzaron a desarrollar una obra, llamada ÍTACA, interviniendo una sala de clases del DAV, con la finalidad de retornar al origen sagrado del arte, mediante la búsqueda de integrar, de forma armónica, el Vacío y el Caos "aparente" Gestual.

Diariamente, durante dos semanas, los artistas se congregaron a pintar, capa por capa, la pulsión surgida en el momento. Un proceso que fue registrado y transmitido en las redes sociales vía streaming.

“La idea era retornar a la pintura, a la abstracción, a la gestualidad, a lo lúdico, al goce y el placer de los colores. También, fue un ejercicio de recobrar el origen sagrado del arte. En última instancia, lo artísticamente esencial”, detalló el profesor Arturo Cariceo, impulsor de la iniciativa.

Este trabajo fue divido en tres etapas. Primero, cada uno de los artistas pintó una parte del muro de la sala. Una segunda parte, consistió en la intervención que cada artista hizo sobre la pintura en proceso del otro, incluyendo, a su vez, la participación de gente invitada como el diseñador gráfico del DAV, Rodrigo Wielandt y los hijos de ambos creadores. Una tercera etapa y final, consistió en dejar el muro y la sala totalmente en blanco, tal como se encontraba antes de realizar esta obra. En esta oportunidad, además, se pintó el piso, reparando todo el espacio.

"Junto con Swen Hauser (quien fue mi primer ayudante en la Facultad de Artes) retornamos a la pintura -nuestro 'origen' artístico-, porque para nosotros la pintura es nuestra lengua madre en su forma más abstracta y gestual", aseveró Cariceo, quien tituló este trabajo como ÍTACA haciendo alusión a la pequeña y áspera isla ubicada al sur del Adriático, al oeste del Peloponeso, célebre por ser la patria de Ulises: “hermosa al atardecer” como la describe Homero en la Odisea, y que además metaforiza el regreso (“nóstos”) a los orígenes. 

"Para mí Ulises siempre ha sido el arquetipo del artista. Conocido por su largo viaje de regreso a Ítaca, errante, desafiando monstruos y prodigios, siendo un protegido de la diosa Atenea y perseguido por el enfurecido Poseidón. De allí que esta vuelta a pintar no sea un asunto aislado, resulta después de haber pasado -tanto Swen como yo- por un sin fin de andanzas artísticas", señaló el académico del DAV.

Este regreso a la pintura, le posibilitó a Arturo Cariceo viajar a su formación adolescente, de la mano de artistas abstractos pertenecientes a los grupos Rectángulo (Ramón Vergara Grez, Matilde Pérez) y Signo (Alberto Pérez). "Ellos fueron los formadores de muchos profesores que tuve en pregrado y postgrado. Además, igual como en aquellos primeros años, me dejé seducir por la obra de Carlos Maturana, Bororo, cuyo taller frecuentaba entonces", contó.

Y fue un volver que, a la vez unió a Cariceo con Swen a través del "neoísmo", recuperando ciertos aspectos de este "fenómeno colaborativo contracultural plagado de leyendas urbanas apropiacionistas, alias colectivos y un espíritu lúdico del cual participamos entusiastamente a finales del siglo pasado", puntualizó Cariceo, contextualizando que, "eran los primeros años de Internet y descubrir los nombres neoístas y colectivos de Karen Elliot, Monty Cantsin o Luther Blissett, hizo que no nos aburriéramos tanto en la escena artística de los años noventa. Esa es la gracia del neoísmo, lo colaborativo sin límites donde cualquiera puede participar de la autoría de una obra, incluso involuntariamente".

Ítaca moderna

Este proyecto de Arturo Cariceo enfatiza su legado del arte chileno que, el artista sintetiza en él, abordando elementos de la gestualidad del grupo Signo y la de Bororo (que "...fue uno de los mejores exponentes del gestualismo con marcado énfasis lúdico-hedonista, contra la dictadura mediante un compromiso político vinculado a la consciencia de lo efímero-vital"), lo que quedó plasmado en el muro; y, también la abstracción del grupo Rectángulo, expresado en la administración del 'Vacío' final que aborda todo el espacio. 

En la actualidad ÍTACA viene a recuperar y participar de ese espíritu bajo los actuales acontecimientos nacionales. Así lo consignó su creador: "Está presente en la fuerza de la mancha y el trazo, lo impredecible del resultado, las capas y capas de pintura que se van acumulando y que recuerdan nuestro paisaje urbano post-octubre. Es un tipo de arte, que no tiene miedo del qué dirán, es procesualidad en estado puro, contingencia alegorizada en ese flujo de ir y venir de inusitadas fuerzas plásticas, y -por sobre todo- la exaltación del 'Gesto', un gesto profundo, donde participan los sentimientos, en el sentido de improntar una huella que se desvanece".

Finalmente, Arturo Cariceo realizó un análisis de las etapas que dieron vida a ÍTACA, aseverando que "Hubo dos momentos maravillosos dentro de la obra, que hablan del temple contemplativo que nos motivó a realizar ésto de forma colaborativa: primero cuando Rodrigo Wielandt interviene nuestro trabajo (lo hizo en dos oportunidades), alterando lo que ya estaba gestándose, creando un nuevo frente expresivo. Segundo, cuando invitamos a nuestros hijos a intervenir la obra, en la etapa final, donde mi hijo, preadolescente, participó observando a su padre pintar; y, los pequeños hijos de Swen, que estando en la mejor edad para embetunarse, junto con nosotros, lo hicieron de manera espectacular cerrando dos semanas de intenso trabajo en flujo non-stop neoísta".

Finalmente, Arturo Cariceo señala que la experiencia de este trabajo le mostró que "el proceso de pintar se facilita enormemente cuando se 'elige' realizarlo desde la felicidad, como aprendí de Bororoporque la mayor de las rebeldías es crear desde el gozo".

El material en vivo y fotográfico que documenta ÍTACA será postproducido (time-lapsing, catálogo online) para ser exhibido en la plataforma electrónica institucional de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y en las redes sociales de la institución. Además, esta experiencia artística anuncia una próxima exposición en mayo 2020 en la Sala Juan Egenau.