Coronavirus: Mutación genética, transmisión zoonótica y perfiles de dispersión

Coronavirus: Mutación genética, transmisión zoonótica y dispersión

El día 30 de diciembre de 2019 fue identificado un virus como causante de enfermedad de infección respiratoria en 41 personas en la ciudad de Wuhan, China. Estas personas habían visitado un mercado de alimentos marinos (Huanan Seafood Market) de esta ciudad.

El día 11 de enero de 2020 se difundieron las secuencias genómicas del virus y se determinó que corresponde a una nueva cepa de un virus clasificado como del grupo de los coronavirus, con alto grado de similitud al virus SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) y al virus MERS (Síndrome Respiratorio del Medio Este).

El SARS surgió en los países del sudeste asiático en el año 2003, contagiando a 8.422 personas y causando 916 muertes, es decir, una mortalidad alrededor del 10%. Este virus no llegó a Chile.

El nombre “coronavirus” es debido a las espinas en forma de corona que presentan en su superficie. Estos infectan murciélagos, cerdos y mamíferos pequeños. Pueden mutar fácilmente y pueden transferirse desde animales a humanos y de un humano a otro.

Con respecto a la transmisión, se ha descrito que las 6 cepas anteriores a la cepa descubierta en Wuhan, son capaces de infectar a humanos. Se puede transmitir al toser, besar y al contactar saliva. 

Los científicos no están seguros de cómo la nueva cepa de coronavirus infectó por primera vez a las personas en China. Lo que se conoce de SARS y MERS es que las proteínas presentes en la capa externa del virus permiten que se adhiera a las células en el tracto respiratorio del hospedero. Para infectar a nuevos hospederos los genes del virus sufren mutaciones que alteran las proteínas de su superficie, lo que les permite adherirse a células de nuevas especies. En el caso del SARS, el virus se transfirió de los murciélagos a las civetas (mamíferos pequeños parecidos a los gatos) antes de adquirir la capacidad de infectar a los humanos. En el caso de MERS, los camellos sirvieron como el animal intermediario. Los coronavirus también pueden transferirse directamente a los humanos, sin mutar o pasar a través de una especie intermediaria.

Hasta la fecha, los científicos no están seguros de qué animal originó el nuevo coronavirus o si pasó a través de una especie intermediaria antes de infectar a los humanos.

Dadas las historias anteriores de transmisión zoonótica de coronavirus emergentes, como SARS y MERS, un grupo de científicos evaluaron patrones de vuelo internacional desde Wuhan, China, para anticipar posibles perfiles de dispersión de la enfermedad (publicado en Journal of Travel Medicine). Analizaron, además, un Índice de Vulnerabilidad de Enfermedades Infecciosas (IDVI), que representa la capacidad de un país para prepararse, manejar tratamientos y contener enfermedades infecciosas. Determinaron que existen 20 ciudades con vuelos de destino frecuente desde Wuhan, principalmente en Asia, además de Sydney, Victoria, Australia, Dubai y UAE, las únicas ciudades fuera de Asia. Afortunadamente, todas ellas poseen un IDVI alto, que les permitiría una alta capacidad de contención del virus. Los principales centros asiáticos son los sitios de exportación más probables si esta epidemia continúa, y los funcionarios de salud pública ya están en alerta en esos lugares.

En la actualidad, la información clínica es muy limitada respecto de la infección de esta nueva cepa, ya que faltan datos con respecto a la fuente animal del virus, la ruta de transmisión, factores de susceptibilidad del hospedero (edad, entre otros), el período de incubación del virus, patogénesis, epidemiología, respuesta al tratamiento con antivirales existentes y los hallazgos de la autopsia.

Ante cualquier consulta, visite la página web del MINSAL 

Referencias

NBCI

The Wall Street Journal

The BMJ

Journal of Travel Medicine

FUENTE: Dra. Claudia Lefimil y Dra. Carla Lozano, académicas Instituto de Investigación en Ciencias Odontológicas (OCOD), Facultad de Odontología Universidad de Chile.