Entrevista al prof. Eduardo Carreño en Revista Nueva Minería y Energía

Sudáfrica: Un país de contradicciones y oportunidades

Sudáfrica: Un país de contradicciones y oportunidades
Edición Abril Revista NME

Hace 25 años que Sudáfrica le puso fin al oscuro período del apartheid, y hace un cuarto de siglo también gobierna el partido Congreso Nacional Africano (ANC), en un principio de la mano del ex Presidente y Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela.

La culminación del apartheid suponía el fin a una segregación racial liderada por una elite blanca, que generaba profundas desigualdades. Sin embargo, la sociedad sudafricana aún sufre los efectos de esa época.

Según el Banco Mundial, Sudáfrica es el país más desigual del mundo. Los hogares más ricos del país son casi 10 veces más ricos que los hogares pobres, y los niveles de pobreza son más altos entre la población negra. No solo eso. De acuerdo al último Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, el país africano se ubica en el lugar 113, de un total de 189 países.

Su desempeño económico también ha sido magro. El 2019 creció solo un 1,4%, afectando de esta manera, la posibilidad de mejorar la calidad de vida de poco menos de 60 millones de habitantes.

Para el académico del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Eduardo Carreño, la actual situación social y política de Sudáfrica puede resumirse en una sola palabra: incertidumbre.

“Tras las elecciones presidenciales de 2019, el Congreso Nacional Africano -partido gobernante desde 1994- no ha logrado sacudirse de los escándalos de corrupción, lo que se ha traducido en un desgaste a nivel de liderazgo del presidente Cyril Ramaphosa, impidiéndole a éste aprovechar la mayoría de escaños que disfruta su partido en la Asamblea Nacional”, señala el experto a Revista Nueva Minería y Energía.

Y es que a lo largo de los años, la aspiración de este país ha sido liderar el continente africano, además de actuar como interlocutor entre África y Occidente. Pero este proyecto se ha visto condicionado por el activo papel diplomático que ha jugado Nigeria y, en menor medida, Egipto.

El analista del IEI también sostiene que su consideración como “economía emergente” en el marco de los BRICS (conjunto de países calificados de economías emergentes como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), permitió paliar la caída de su prestigio internacional tras el alejamiento de la vida política de Nelson Mandela.

No obstante, la contracción económica, la incapacidad gubernamental para gestionar los problemas sociales y el avance de la delincuencia, han impedido que Sudáfrica se pueda consolidar como potencia regional con alcance global.

Relaciones con Chile

A pesar de sus problemas y desafíos, varios han sido los países con los cuales Sudáfrica ha construido lazos de distinta índole. Chile no es la excepción.

Desde la época colonial británica en África meridional se forjaron los vínculos entre ambos países. Y aunque hoy Sudáfrica constituye el primer socio comercial chileno en el continente africano, su presencia en la economía chilena es marginal.

Así lo revelan las cifras. Las importaciones locales registraron sólo US$ 75,5 millones en 2018, mientras que las exportaciones chilenas a Sudáfrica contabilizaron poco más de US$ 136 millones.

Sin embargo, tanto Chile como Sudáfrica mantienen un poderoso lazo en común: las riquezas minerales que yacen bajo tierra, y que representan una oportunidad a la hora de reforzar sus relaciones comerciales. Pues si bien esta industria ha aportado aproximadamente el 6% del PIB a Sudáfrica, la nación también destaca por ser un importante productor de oro, diamantes, hierro, platino y carbón, además de albergar operaciones relevantes de cromo, vanadio, titanio, entre muchos otros minerales.

Asimismo, el país africano cuenta con importantes actores mineros, como la gigante Anglo American -presente en Chile con relevantes operaciones, como Los Bronces- y la compañía minera Gold Fields, que recientemente aterrizó en Chile de la mano de su proyecto Salares Norte, el cual obtuvo la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA).

Ubicado en la Región de Atacama, el proyecto también fue aprobado para su ejecución por parte de la compañía sudafricana. El objetivo de la iniciativa, dicen en Gold Fields, apunta a explotar mineral en el yacimiento Salares Norte para el procesamiento aproximado de 2 millones de toneladas de mineral al año (Mtpa), para producción de metal doré y su venta a terceros.

La explotación de minerales de oro y plata se realizará a través de operación minera a rajo abierto; procesamiento del mineral por un sistema de chancado; sistema de molienda; extracción de minerales mediante esquema híbrido de lixiviación cianurada convencional, Merrill-Crowe y carbón en pulpa (CIP) para recuperación de oro y plata.

“Tendremos un peak de 2.700 empleos durante la construcción de la mina, la que esperamos esté lista en dos años. En tanto, durante la fase de operación generaremos en promedio 900 puestos de trabajo”, explicó Max Combes, director del proyecto minero.

Por otra parte, los proveedores mineros nacionales han visto atractivas oportunidades de negocios en Sudáfrica. Ejemplo de ello es el acuerdo alcanzado por Enaex, filial del Grupo Sigdo Koppers, para convertirse en socio estratégico en el área de explosivos y fragmentación de roca de Sasol South Africa Limited, compañía de productos químicos y energía de origen sudafricano.

El gerente general de Enaex, Juan Andrés Errázuriz, destacó dicho acuerdo y la importancia que tiene el mercado africano.

“Por su tamaño, África es actualmente el tercer mercado del mundo y presenta un significativo potencial de crecimiento, a cuyo desarrollo podemos aportar con el amplio conocimiento, tecnología e innovación que venimos desarrollando en la industria de la fragmentación de roca para la minería”, dijo el ejecutivo.

La reciprocidad comercial también se ha visto reflejada en el hecho de que más de una veintena de compañías sudafricanas se hayan instalado en Chile en el último tiempo, específicamente en el rubro minero, cubriendo un amplio abanico de actividades, que van desde la explotación minera hasta soluciones integrales en control de polvo y tratamiento de residuos, pasando por el aprovisionamiento de maquinarias y equipos mineros y servicios de ingeniería, entre otras.

Pero a juicio de Eduardo Carreño, del IEI, se debiera potenciar aún más la relación entre Chile y Sudáfrica. Desde su punto de vista, la gira que la ex Presidenta Michelle Bachelet realizó por África Austral (Sudáfrica, Angola y Mozambique) en 2014, abrió la puerta a nuevos mercados y oportunidades en varios ámbitos estratégicos.

“Tampoco debemos desaprovechar la experiencia sudafricana en el sector telecomunicaciones y en la industria del turismo, áreas en las cuales nuestro país puede encontrar aprendizajes significativos”, comenta el académico universitario.

¿Qué futuro le depara entonces al intercambio entre ambos países? ¿Cuáles son los retos más importantes que deberá resolver Sudáfrica en los próximos años? Las preguntas son varias, pero en opinión del profesor Carreño, para que Sudáfrica logre un mayor posicionamiento en el concierto internacional, deberá solucionar diversos desafíos a nivel interno. Entre ellos, destaca la crisis de legitimidad de su sistema político, el clivaje entre personas negras y blancas en varios ámbitos del quehacer social, y la necesidad de reactivar una economía contraída, que en los últimos cinco años no supera el 2% de crecimiento del PIB.