Camilo Morales, sobre pandemia y crianza:

"Si a esta situación que ya es tremendamente ansiógena, uno le agrega que tiene que responder a un ideal de madre o padre, se vuelve algo muy inabordable"

Crianza de niños, niñas y adolescentes en medio de la Pandemia
"El cuidado de las infancias y juventudes no es una cuestión que podamos resolver de manera individual o solo en el contexto familiar", señaló Morales.
"El cuidado de las infancias y juventudes no es una cuestión que podamos resolver de manera individual o solo en el contexto familiar", señaló Morales.
"Es importante transmitir es que esta es una situación transitoria y que en algún minuto se van a ir normalizando ciertas cosas", recomendó el experto.
"Es importante transmitir es que esta es una situación transitoria y que en algún minuto se van a ir normalizando ciertas cosas", recomendó el experto.

¿Cómo enfrentar la pandemia con los niños, niñas y adolescentes? ¿Qué rutinas y hábitos deberíamos adoptar con ellos durante el aislamiento? ¿Cómo contener la incertidumbre y malestar que les genera esta situación? Fueron algunas de las preguntas que surgieron durante los cerca de 40 minutos de conversación online con el psicólogo clínico y experto en infancia de la Facultad de Ciencias Sociales, Camilo Morales.

"Los niños, niñas y adolescentes son una población muy vulnerable en este contexto de pandemia. Hace un par de semanas el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha sacado declaraciones señalando cómo la vida de los niños y sus experiencias se van a ver perturbadas no sólo por las situaciones de encierro y confinamiento, sino también por los efectos de esta crisis va a tener en una serie de ámbitos de la vida que ya están siendo perturbados, y que tienen que ver con los procesos educativos, la dificultad en torno a los vínculos, el abandono de los espacios públicos de los niños y jóvenes. Todos esos elementos de contexto es importante tenerlos en consideración a la hora de pensar cómo esta pandemia está afectando a esta población de nuestro país.", comenzó señalando el coordinador del Núcleo de Estudios Interdisciplinarios sobre Infancias.

Y antes de dar respuesta a las preguntas de quienes se conectaron a la transmisión hecha vía Facebook Live, el investigador enfatizó que: "El cuidado de las infancias y juventudes no es una cuestión que podamos resolver de manera individual o solo en el contexto familiar. Es importante instalar una mirada social, colectiva y de política pública para entregar soportes a las familias y los niños para poder hacer más abordable esta situación, y no responder solamente desde los ideales de productividad y eficiencia, que a la larga dificultan el poder tener entornos de cuidado y bienestar que hagan más asimilable esta experiencia tan compleja que estamos viviendo como sociedad".

A continuación, la síntesis con las preguntas formuladas por el público durante la transmisión.

¿Cómo deberíamos abordar y explicar el tema de la pandemia con los niños y niñas y adolescentes?

Los niños son actores sociales y participan de las discusiones que surgen en torno a este tema. Ellos no están marginados, y están al tanto por distintos medios; las televisiones están prendidas en las casas, los papás o los cuidadores que están con ellos conversan sobre esto, entonces, circula información. En ese sentido, los niños saben y tienen alguna aproximación a lo que estamos viviendo. Desde ahí es muy importante no subestimar las capacidades de los niños para darse cuenta de lo que estamos viviendo. La actitud de los adultos debiese ser la de estar disponibles para acoger sus inquietudes y preguntas, como una señal de poder manifestarles de que hay un interés por saber cómo viven ellos esta situación, que a todos nos deja en un momento donde tenemos que aprender a convivir con la vulnerabilidad y la incertidumbre. Partiendo de la base que estamos en esas condiciones es relevante que estemos como adultos disponibles para acoger las distintas preguntas e inquietudes que puedan tener los niños en esta situación.

¿Existen recomendaciones más precisas para enfrentar esta situación con grupos específicos, como niños migrante o en situación de discapacidad?

Las infancias y las adolescencias son diversas, y cuando estamos pensando en los efectos que va a tener la pandemia, y que insisto, no sólo se circunscribe al contexto de encierro y confinamiento que estamos viviendo ahora, sino a las consecuencias que vamos a tener el mediano y largo plazo, es súper importante diferenciar que los efectos de lo que estamos viviendo afectan a los niños en función de su grupo etario, de sus condiciones de vida y de los distintos contextos en que realizan su vida cotidiana.Por supuesto que la población migrante y los niños en situación de discapacidad están en una situación de mucha mayor vulnerabilidad respecto de cómo enfrentar esta pandemia, en términos del acceso a ciertos apoyos que pueda ofrecer la red pública para mantener ciertos vínculos con las comunidades en que participan. Desde ahí, que más allá de las recomendaciones particulares, es súper importante mirar este problema con una mirada que también involucre a la política pública y con medidas que vayan dirigidas específicamente a la población de niños, niñas y adolescentes, tomando en cuenta su diversidad.

En el caso de los adolescentes, ¿qué guías se pueden dar a los padres en cuanto a los límites, las rutinas, las tareas escolares, etc.?

Sobre los adolescentes, y en general con los niños, niñas y jóvenes, una de las dificultades que puede aparecer a propósito de esta situación del confinamiento y el encierro, es que nosotros en tanto adultos, nos hacemos ciertas expectativas de lo que queremos de los niños en estas circunstancias. Probablemente en el caso de los adolescentes, opera algo en esa línea, y cuando uno piensa en los límites, las libertades y las rutinas, el tema no pasa tanto por lo que el adulto tiene que instalar o imponer para la vida cotidiana de un niño, niña o adolescente, sino más bien, cómo construimos con el otro esos nuevos límites, esas nuevas rutinas, en un escenario que es anormal para todos. Ahí una de las cuestiones relevantes es cómo uno lo entiende no sólo en términos individuales, sino como uno lo propone a todo el grupo familiar que está viviendo una situación compleja. Todo lo que involucra sostener y hacer conciliar el teletrabajo, la educación a distancia, la vida familiar, cómo nos organizamos en una rutina, son aspectos importantes para que todos y todas puedan participar de la dinámica familiar que se quiere construir.

¿Cómo lidiar con el aburrimiento en la casa? ¿Hay estrategias que podamos aconsejar a los padres?

Más que una estrategia, la reflexión que me surge es para quién es un problema el aburrimiento. Hay una cuestión cultural que está súper instalada respecto a una especie de mandato o exigencia de tener que ser súper productivo y activo. Visto así el aburrimiento parece un problema, pero el tema tiene que ver también con cómo podemos ir desactivando estas exigencias de hiperactividad y productividad, que no permiten aprender a estar a solas, a tener que lidiar con ciertos momentos en que hay que echar mano a los propios recursos para crear, inventar o desarrollar una actividad más espontánea. En ese sentido el aburrimiento también tiene una función. Y claro, aparece este miedo de que los niños se vayan a aburrir, pero los adultos debemos permitir que los niños vayan encontrando sus propios modos para ir resolviendo sus espacios de aburrimiento. Esto también es parte de la confianza en el otro y una estrategia para desarrollar métodos para la arreglársela en vida cotidiana.

¿Es normal que el encierro cause más pataletas o rabietas por parte de los niños y niñas, y cómo debemos enfrentar estos episodios?

El contexto de encierro y confinamiento y la incertidumbre que están hoy instaladas, va a generar reacciones esperables en un escenario de estas características. Todos de alguna manera vamos a estar en situaciones en que nos encontremos más irritables, con menos paciencia, más agotados, y eso por supuesto que influye en los niños y los adolescentes. Debemos entender las rabietas o pataletas como el modo que los niños tienen para expresar su malestar y ansiedad en torno a la situación en que estamos. Ahí hay una cuestión bien importante, sobre todo para los niños más pequeños, que no tienen la capacidad de verbalizar cómo están siendo afectados por la pandemia. Lo primero que debemos instalar, y que puede ser una estrategia súper útil para acompañar a los niños en esta situación, es aprender a observar y a escuchar los modos no verbales que tienen los niños para expresar su sufrimiento y malestar, que puede también manifestarse en dificultades para dormir y comer, y otros elementos que hablan sobre cómo los niños enfrentan esta situación. El tema es cómo interpretamos y aprendemos a ponerle palabras a esas situaciones que los niños no pueden verbalizar.

Respecto a la relación de los niños con sus pares, ¿debemos propiciar la conexión virtual con ellos y con qué frecuencia?

Una de las cuestiones que permite enfrentar esta situación es cómo nos podemos mantener vinculados a otros que son significativos para la experiencia en este caso de los niños, niñas y adolescentes. Y ahí los pares tienen un lugar relevante en esta situación, y tenemos mucho que aprender de los niños y los jóvenes, porque probablemente los modos de mantenerse vinculados no van a ser los que nosotros esperamos.

Por ejemplo, los videojuegos colectivos, plataformas como Tik-Tok, Instagram u otros espacios virtuales, les permitirán mantenerse conectados y contar con un espacio de pertenencia importante. Esto hay que verlo como un apoyo y no como un adversario, en el entendido que los niños pasen más tiempo viendo estos dispositivos.

¿Cómo manejar la ansiedad del encierro y la exigencia de la educación a distancia en los niños con espectro autista?

Algo que es importante relevar para todos los niños es justamente cómo generamos condiciones cotidianas que sean lo menos ansiógenas posibles. En ese sentido se van a dar situaciones no sólo en niños del espectro autista, sino en niños que estaban en sus procesos de adaptación al jardín infantil o que estaban ingresando al colegio, en los cuales se instala una ruptura en ese proceso que era importante para ellos. Esto implica también un llamado a las instituciones educativas, respecto a cómo se responde a continuar ciertos procesos educativos y de aprendizaje, no solo en cuanto a contenidos y currículum, sino cómo mantenemos el espacio de mantenerse vinculados más allá de las tareas y las guías.

Es sumamente importante hacer un llamado a repensar el lugar de la educación en este momento y cómo pueden ser espacios de bienestar de los niños más allá de aprendizajes formales. Es relevante para los padres y los niños mantenerse vinculados, no sólo en el sentido de guiar actividades que los padres puedan hacer en las casas, sino más bien en hacer presencia y acompañarlos.

¿Cómo responder a las preguntas de los niños sobre el futuro de esta situación, cuando ellos quieren saber, por ejemplo, hasta cuando estaremos encerrados, qué pasará con este virus?

Creo que estamos todos un poco ansiosos porque hay una incertidumbre y no sabemos muy bien lo que va a pasar. Lo que es importante transmitir es que esta es una situación transitoria y que en algún minuto se van a ir normalizando ciertas cosas, y es bueno que vayamos hablando de eso también, señalando que hoy no estamos igual que el día uno, que se están generando nuevas informaciones, que se están tomando nuevas medidas, que los profesionales de las distintas disciplinas están apoyando a la población, etc. Yo creo que esos mensajes, por supuesto no resuelven toda la ansiedad, pero si van introduciendo la idea de que hay otros que se están ocupando y nos están ayudando en este contexto.

¿Qué podemos aconsejar a los padres, madres y cuidadores para regular su propia angustia en este contexto?

Lo primero es mencionar que para cuidar a un niño se requieren de otros soportes que no solamente pasan por las capacidades que puedan tener los padres y las madres para tener que arreglárselas con sus propias ansiedades y dificultades en torno a las exigencias que impone el cuidado de un niño. En ese sentido, es súper importante cómo uno también busca generar a la distancia espacios de apoyo y colectivo que permitan hablar de cómo estamos viviendo esta situación en tanto madres, padres y cuidadores.

Otro de los problemas que tiene esta cultura tan individualista es que en el cuidado infantil se ha instalado una vertiente que está puesta en la competencia: quién lo hace mejor, quién es mejor padre, mejor madre. Hay una cultura instalada en esa línea y en la que los padres no pueden fallar. Y si a esta situación que ya es tremendamente ansiógena, uno le agrega que tiene que responder a un ideal de madre o padre, se configura una situación muy inabordable. Por lo mismo, el poder pedir ayuda, mantenerse vinculado con otros y que uno pueda hablar y expresar lo que le pasa, permite abrir al menos un espacio para que otros nos acompañen y nos aconsejen.

El uso de pantallas y redes sociales se ha incrementado con el aislamiento, ¿cómo podemos prevenir a los niños de los peligros que conllevan estas instancias?

Una manera de poder resguardar estos peligros o amenazas circunscritos al ámbito de las redes sociales es conocer y acompañar a los niños y los adolescentes en la vinculación con esos dispositivos. Por distintas razones se da la situación que se entrega acceso a plataformas y dispositivos y los niños quedan un poco solos en eso, y ahí la recomendación a los padres más que limitar o prohibir es conocer cómo funcionan estas plataformas, qué hacen, con quién se encuentran, qué situaciones van conociendo, y puede ser un espacio para ir conociendo estos espacios que hoy permiten mantener los vínculos.

¿Cómo manejar con los niños el posible retorno a clases presenciales que ya están planteando las autoridades?

El tema del regreso a clases instala una serie de preguntas, expectativas y fantasías que no son tan fáciles de manejar en un escenario donde además se van entregando algunos mensajes que tienen cierta contradicción. Sobre eso, lo importante es ir transmitiendo que los espacios educativos van a existir, y podemos pensar en la posibilidad de un retorno presencial cuando estén las condiciones de cuidado aceptables. Lo otro tiene que ver con un aspecto que se ha hablado poco, y que es cómo pensar el retorno más allá de la salud biológica. Es central que los espacios educativos puedan pensar cómo se va integrando esta experiencia de confinamiento. Creo que es muy problemático retomar sin poder dar lugar a lo que estamos viviendo como sociedad, y el papel de la educación tiene que ver justamente con una invitación a pensar con otros cómo estamos viviendo este proceso como comunidad, y eso es un elemento que a la larga no sólo permite elaborar la situación sino que son elementos que protegen, cuidan y dan apoyo para este retorno.