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Expertos analizaron la problemática de la alimentación en tiempos de COVID-19

Expertos analizaron la problemática de la alimentación por COVID-19

Con exposiciones de expertos y expertas en la materia desde la FAO, la Universidad de Chile, el Banco Mundial y representantes de organizaciones civiles se generó un importante espacio de discusión y reflexión en torno a la situación que enfrenta nuestro país en esta crisis social, económica y sanitaria que ha desatado la enfermedad COVID-19, respecto a la mantención de la cadena de abastecimiento, la alimentación de la población y la resiliencia de productores familiares y consumidores. 

 “La agricultura es un activo relevante en nuestro país y latinoamérica. Este conversatorio es un acierto y contribuye para la reflexión de decisiones futuras”, señaló el Dr. Mario Maino, Decano de Favet, en sus palabras para dar comienzo al encuentro, destacando la importante participación de FAO en esta crisis al hacer un esfuerzo de informar oportunamente a la población para tomar medidas para mitigar de alguna forma su efecto.

El primer expositor fue Luiz Beduschi, Oficial de Política en Desarrollo Territorial de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y El Caribe, quien presentó relevantes cifras para demostrar que la crisis ha significado un aumento considerable de la pobreza y la pobreza extrema en Chile, así como también en Latinoamérica y el Caribe, bordeando el 40 y el 15% respectivamente entre el año 2019 y el 2020. “Es la peor crisis desde la Gran Depresión”, enfatizó. 

El experto de la FAO señaló que en nuestro país ya se ha visto avances con los diseños de la Políticas de Desarrollo Rural, y de Alimentación y Nutrición. Sin embargo, el desafío se presenta en la implementación de estas.

“Una dieta saludable es extremadamente cara. Tenemos que hablar sobre cómo hacemos que los precios de frutas, verduras y hortalizas sean más accesibles, generar más producción, acortar los circuitos y modernizar el sector”, afirmó Beduschi, agregando que debemos enfrentar las desigualdades a nivel territorial.

Desde la Universidad de Chile, la académica Sofía Boza, experta en economía agraria y profesora de la Facultad de Ciencias Agronómicas, apuntó a que el impacto de la crisis por COVID-19 no ha sido tan grande en la Agricultura Familiar Campesina ya que trabajan en espacios más pequeños y con grupos reducidos de personas que comercializan sus productos en circuitos cortos.

“Sin embargo, la incertidumbre radica en la inserción en los mercados, que sí han estados muy afectados por esta crisis, donde se dificulta el tema del financiamiento para la producción del próximo año. Qué es lo que va a pasar con los exportadores de los agronegocios, cómo va a estar la demanda en sus países de destino”, alertó la profesora Boza, explicando que hay ciertas estrategias de resiliencia implementadas, pero que no pueden aplicarse de la misma manera para todos los sectores.

Para dar a conocer el rol del Banco Mundial en esta emergencia, Ana Cristina Canales y Farbod Youssefi explicaron las medidas que ha tomado esta organización internacional para adaptar sus programas y proyectos para apoyar a pequeños productores a mitigar los efectos de esta crisis sanitaria por COVID-19.

“En Chile, las alianzas productivas son bajas en la Agricultura Familiar Campesina y altas a nivel empresarial, pero son necesarias para disminuir riesgos y protegerse frente a crisis y cambios de precios. Esto se logra con asociatividad”, puntualizó Canales, diferenciando que cada respuesta o solución que propone el Banco Mundial para mitigar la crisis se debe adaptar a la historia y realidad local. 

Por su parte, Youssefi señaló que “el Banco Mundial cuenta con herramientas a nivel global para ayudar a buscar opciones de inversión”. La organización cuenta con un sistema de medición para ubicar a los países con mayor o menor dificultad para invertir en agronegocios.

“Con el financiamiento del Banco Mundial se están canalizando varias acciones para superar esta crisis”, destacó Youssefi, dando como ejemplo que, en India, se está prestando servicios bancarios operacionales a mujeres productoras, así como empuje a innovaciones en cadenas de valor hacia la descentralización, alternativas de plataformas y soluciones digitales para resolver dificultades en las cadenas de suministros.

Panel de conversación

Tras las exposiciones de las expertas y expertos y sus análisis sobre el abastecimiento, la alimentación y estrategias para superar la crisis, se dio paso a un panel de conversación donde cuatro mujeres representantes de organizaciones civiles de diferentes países contaron de su experiencia en sus lugares de residencia al enfrentar esta pandemia.

Bruna Garretón, de la “Cooperativa Huellas Verdes”, apoya a pequeños productores que se basan en principios de sustentabilidad y agroecología. En su organización hacen canastas solidarias para apoyar a familias vulnerables y darles la oportunidad de acceder a alimentos frescos y saludables.

Durante esta pandemia, los sistemas de distribución de los productos y canastas han sido llevados a cabo solo por socios de la cooperativa con el fin de disminuir riesgos de contagio, extremar medidas de higiene y asegurar la inocuidad de los alimentos.

Desde Buenos Aires, Argentina, se conectó Miguela Varela de la organización “Alimentos Cooperativos”, una red que une productores de la agroindustria familiar que está ligada a la producción de alimentos primarios, a la industralización, comercialización y al consumo organizado.

En el país vecino, la crisis económica lleva años alterando los valores de los productos frescos como frutas, verduras y hortalizas y durante la pandemia eso se vio aún más reflejado en los grandes supermercados. A través del comercio digital y la organización de su red, “los consumidores han podido acceder a estos alimentos a precios justos y no especulativos”, destacó Varela asociando el éxito a una fuerte campaña comunicacional por redes sociales para fortalecer su propio trabajo colaborativo, promover la alimentación saludable y apoyar a los productores de la agroindustria familiar.

Isabel Vara se unió a este espacio virtual desde la Universidad de Córdoba, España, donde su iniciativa de estrategia alimentaria “Alimentando a Córdoba” ha tenido un gran éxito ya que el gobierno local y organizaciones de la sociedad de civil de productores y productoras se han unido en un plan de trabajo para la alimentación saludable, sostenible y equitativa. Llegando incluso a lograr la inversión del gasto público en la compra y distribución de estos productos para entregar a la población que no puede acceder, por ejemplo, a través de los colegios.

Sin embargo, la pandemia afectó fuertemente esa estrategia y forzó al gobierno local a tomar otras prioridades en su gasto, reduciendo el presupuesto de alimentación saludable, cambiándola por otra más económica. A su vez, los productores dejaron de tener comercialización a través del ecomercado y los canales HORECA (Hoteles, restaurantes y casinos). “Hemos tratado de mantener una distribución solidaria para las familias a través de la red de producción campesina y una tienda electrónica”, señaló Vara manteniéndose positiva de cara a esta crisis.

Desde la Caleta Estaquilla, localidad de Los Muermos en la Región de los Lagos, se unió a la conversación la vicepresidenta de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (CONAPACH) Zoila Bustamante. “El 70% de los productos frescos que se consumen en Chile son producidos por nosotros”, afirmó la dirigente que también es presidenta de CODEMA, Corporación Observatorio del Mercado Alimentario, que reúne a las organizaciones de base del denominado canal agropesquero alimentario tradicional, fundada en conjunto con la FAO.

“Somos la primera línea de la alimentación, somos los que abastecemos al pueblo cuando no hay grandes empresas”, declaró Bustamante, afirmando que esta crisis ha afectado el sector, pero que no es primera vez que enfrentan una situación tan grave, pues tras terremotos o catástrofes naturales que ha sufrido el país, siempre los agricultores familiares, pescadores artesanales y feriantes son quienes sacan adelante el abastecimiento de alimentos a lo largo del territorio.

La dirigente propuso además que organizaciones como la suya deberían participar en la generación de políticas públicas para una alimentación saludable, y que el Gobierno, a través de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) se pueda generar una compra estable a los pequeños productores y pescadores artesanales para alimentar a las niñas y niños del país con productos saludables y nacionales.

Revisa el conversatorio en el link