El lunes 7 de septiembre, Francisco Martínez, Decano de la FCFM presentó ante la Comisión Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado de la República, una propuesta titulada "Derechos de consumo igualitarios transables: para un crecimiento económico con equidad".
Durante su presentación, la autoridad delineó el contexto nacional e internacional de su propuesta: sequía y estallido social en Chile, plebiscito para una nueva constitución, pandemia, cambio climático, además del riesgo de reducción de los puestos de trabajo debido al avance de la robotización.
“La propuesta trata de construir una sociedad equitativa y resiliente, es decir, una sociedad que resista estos embates, manteniendo el crecimiento económico. La medida que propongo tiene el carácter de estructural, es decir, es estable, modifica en sus fundamentos a nuestro sistema y provee una solución permenente al problema de la equidad”, indicó.
De esta manera, expuso las principales líneas de un nuevo instrumento basado en derechos de consumo. “Es un sistema que provee derechos de consumo sin condiciones a todo ciudadano, que son distribuidos igualitariamente sin diferenciar entre personas”.
Y explicó: “Los derechos de consumo son transables, es decir, se permite la compra y venta de estos derechos, y están inspirados en la noción de los bonos verdes en economía ambiental, creando un nuevo mercado de derecho que redistribuye -automáticamente- el ingreso o consumo”.
“En esta propuesta, el mercado es concebido como un instrumento que sirve como mecanismo para lograr una distribución más equitativa del consumo, es decir, es instrumental para lograr objetivos de eficiencia y eficacia tanto para el crecimiento económico como para lograr mayor equidad”, detalló.
El mercado de derechos de consumo igualitarios y transables
En el mercado de derechos de consumo propuesto, las transferencias de recursos que ocurren no se ven afectadas por los precios de equilibrio de los bienes y servicios, sino que sólo dependen de la distribución del gasto de la población. Esto permite una implementación simplificada del instrumento basada en una regla de transferencias: cada individuo transa derechos por dinero en un monto predecible y calculable ex-ante el consumo.
Durante su presentación, el decano detalló la propuesta: "Tenemos una persona pobre y una persona rica, pensemos que la persona pobre tiene un ingreso y consumo de $10 y la persona rica tiene un ingreso y consumo de $90 (asumiendo inversión nula, sin ahorros); el coeficiente de Gini asociado a eso es 40%. Cuando se impone este sistema de derechos de consumo para comprar un bien se requiere no sólo pagar el precio en dinero, sino también en derechos. Lo importante es que cada vez que uno va a pagar por un bien de consumo, además del dinero, uno paga también en derechos”.
En el contexto de este nuevo instrumento, explicó Martínez, dado el pago del consumo en dinero y derechos y que los derechos se distribuyen por el Estado de manera igualitara en un monto igual al gasto medio en consumo, se producen excedentes de derechos en las personas pobres y de dinero en las adineradas. “De esta manera, los ricos demandan una mayor cantidad de derechos para consumir con sus ingresos, y a los pobres le sobran derechos pues tienen ingresos menores al promedio, por lo tanto, hay una oferta y demanda de derechos, que se transan libremente, dando origen a un nuevo mercado de derechos de consumo”. En ejemplo anterior, se transan 20 derechos por $20, el consumo se distribuye quedando en $30 para la persona pobre y 70 para la rica, cayendo el Gini a la mitad.
Cabe destacar, que con en este nuevo mercado de derechos de consumo, se garantiza la reducción de la desigualdad económica entre las personas, situación que se reflejaría en que el coeficiente de Gini del gasto cae a la mitad de su valor original porque es una propiedad del instrumento. Aplicando los datos de la Encuesta Casen 2017 mostró que las transferencias anuales serían del 8% del PIB de ese año y el índice cae de 0,36 a 0,18.
Finalmente el Decano de la FCFM destacó la urgencia de discutir y aportar nuevas visiones al desarrollo económico y social de nuestras sociedades, en especial de Chile: “Muy pronto tendremos la discusión de un nuevo acuerdo social, como lo es el plebiscito para aprobar una nueva constitución. En este contexto estos temas son muy relevantes. Discutir esta propuesta es urgente, porque enfrentamos un triple estallido y otras coyunturas: el estallido social, la pandemia, el cambio climático, la robotización, etc. Todas exigen transformaciones estructurales para satisfacer las expectativas de la sociedad. Esta propuesta también es innovadora porque reemplaza las tareas del Estado por un mercado. Además, es necesaria para cumplir la promesa ética de equidad a la sociedad chilena", finalizó.