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FAU cierra la Conmemoración de sus 170 años de la enseñanza de la arquitectura y los 75 años de su fundación

FAU cierra la Conmemoración de sus 170 años

La primera actividad que dió comienzo al mes de Conmemoración, se realizó el martes 13 de octubre a través de un conversatorio denominado “El legado de la Arquitectura y los Desafíos para un Nuevo Chile”. El encuentro contó con la participación del Rector de la U. de Chile, Prof. Ennio Vivaldi; el Decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U. de Chile (FAU), Prof. Manuel Amaya; el Decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la PUC, Prof. Mario Ubilla; y la Presidenta de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile, arq. Mónica Álvarez de Oro. El conversatorio fue moderado por el académico Max Aguirre.

Durante un mes, desde el 13 de octubre al 13 de noviembre de 2020 (ver agenda sitio FAU UChile), se realizarán diversas actividades remotas, tales como Conversatorios y Charlas Magistrales con reconocidos arquitectos y arquitectas, como Alfredo Jaar (Premio Nacional de Arte),  Germán del Sol y Juan Sabbagh (Premios Nacionales de Arquitectura), Smiljan Radic, Miguel Eyquem, Alberto Sato, Mónica Álvarez de Oro. Asimismo, durante este período se llevarán a cabo premiaciones y reconocimientos a integrantes de los cuatro estamentos de la comunidad de la FAU y un tributo al Cuadro de Honor conformado por destacados/as profesores/as por su trayectoria profesional y académica.

El Rector Ennio Vivaldi, en homenaje a los 170 años de la arquitectura en Chile, dio pie a su intervención con palabras del poeta Pablo Neruda “Una permanencia de piedra y de palabra’. Aquí se resume la solidez de lo permanente y la fragilidad de las palabras, de estos conocimientos, su carácter efímero. Es un momento de una profunda reflexión sobre el inicio de una arquitectura propia, de construir una nación nueva, es impresionante asumir que nuestras naciones comienzan a establecer su propia identidad y personalidad tan sólo hace sólo 200 años. Tempranamente, casi como la misma Universidad de Chile, la arquitectura comienza a tener un perfil y una personalidad propia como arquitectura chilena y por eso es muy cautivante este momento histórico, donde se funda una nación”. 

Por su parte, el Decano Manuel Amaya sostuvo que “hoy estamos celebrando los 170 años de la enseñanza arquitectura y los 75 años de la  Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, quiero  destacar las otras disciplinas que se cultivan en la Facultad, diseño y geografía, que han llegado a complementar los estudios del territorio habitado”.

170 años de la primera cátedra: el legado de la arquitectura

Durante el gobierno del Presidente Manuel Bulnes, Claude-François Brunet Debaines fue contratado como arquitecto del Gobierno de Chile en 1848. El 24 de julio de 1849, siendo rector de la Universidad de Chile Andrés Bello, Debaines presentó el proyecto de fundación de la Escuela Práctica de Arquitectura de la Universidad de Chile, que buscaba satisfacer la necesidad de obras públicas del país. La Escuela fue creada según decreto, el 17 de noviembre de 1849, comenzando sus funciones el año 1850, bajo la dirección del arquitecto francés, quien fijó los principios de lo que debería ser una Escuela de Arquitectura para nuestro país.

“La Universidad de Chile fue la primera universidad en impartir esta enseñanza a nivel latinoamericano, creó un manual del ramo para la docencia y un programa de estudio. La enseñanza de la arquitectura se impartió en el Instituto Nacional y tenía una duración de 2 años y 6 meses de práctica. Lo importante es que durante los 7 años que estuvo en Chile, Brunet Debaines plantó las semillas de la enseñanza de la arquitectura”, relató el Decano Manuel Amaya.

Mónica Álvarez de Oro, sostuvo que “la arquitectura nació como servicio al hombre, luego cuando se convirtió en oficio y posteriormente en profesión, se fue transformando y fue sirviendo más bien a las élites, a los gobiernos y a la iglesia. Pero desde hace un tiempo,la arquitectura -y las universidades son muy relevantes y tienen el deber de hacerlo- ha puesto su centro en servir al ser humano y poner a las personas como centro de la obra de arquitectura, de urbanismo. Creo que en el  futuro no podemos perder nunca de vista el ser humano y el porqué estamos haciendo obras de arquitectura”.

En tanto, el Decano Mario Ubilla destacó la importancia de trabajar con la Universidad de Chile, “ha sido muy significativo porque los estudiantes de ambas facultades han podido compartir y formarse juntos. Además, trabajar con la Universidad de Chile también supone una actividad republicana, una actividad de necesaria vinculación con una tradición  formadora”.

En relación al legado, el Decano Ubilla dio a conocer el nacimiento en 1894 de la carrera de arquitectura en la PUC, donde emergió al alero de la Facultad de Ingeniería , “fue un curso muy puntual para ingenieros, pero tuvo tal éxito que al año siguiente ya formaliza la carrera de arquitectura. Desde el año 2000 en adelante, tiene como sesgo importante el ingreso de la investigación a la Facultad, que se formaliza en el proyecto y en la formación de los estudiantes. Una arquitectura interdisciplinar, que incorpora paisaje, teoría, historia, nuevas materialidades, etc.”

Futuro y presente de la arquitectura

En contexto de pandemia y ante la crisis social que perdura, se les consultó a los panelistas respecto de los desafíos de la arquitectura en esta etapa histórica.

“Los desafíos postpandemia van a ser orden social, cultural, economicos y politicos. Junto con ello el rol del Estado y las organizaciones comunitarias van a ser muy importantes y claves para la reducción de las inequidades en el territorio. Esta pandemia develó lo que estuvo oculto por muchos años, la gran inequidad socio-territorial, ahora tenemos la oportunidad de repensar el territorio, repensar los barrios, los espacios públicos, la vivienda. Tenemos una gran oportunidad de incidir en las ciudades, en los territorios, es la oportunidad de construir una nueva relación con nuestra sociedad y con nuestra ciudades”, sostuvo el Decano Amaya.

Por su parte, Mónica Álvarez señaló que “tenemos un claro pendiente y grave, que es la planificación urbana de nuestras ciudades, Los arquitectos y arquitectas no hemos podido levantar lo importante que es la planificación urbana para que existan políticas públicas adecuadas. Como asociaciones gremiales y escuelas de arquitectura, podemos llegar a levantar estos temas para que sean políticas de Estado. Hoy nuestras grandes ciudades son sumamente fragmentadas, muy inconexas  y descompensadas. La AOA, estamos luchando para que lleguemos a tener  ciudades justas, equitativas, compactas e integradas. Pienso que el ‘debe’ de la arquitectura es más hacia el urbanismo”.  

El Decano Mario Ubilla coincidió con la idea de que será en la ciudad donde se darán todas las batallas y las problemáticas del habitar: “éstas deben ser enfrentadas con la bondad del que se forma en los valores del conocimiento y con cierta posición desde la vida, el joven estudiante debe entender que las ciudades son muy injustas e inequitativas, situaciones que se explican desde lo técnico y desde las políticas públicas, pero también desde la creación. Debemos usar palabras como la belleza, la ciudad debe ser bella, la palabra ternura, la ciudad debe entregar cultura, palabras que nos quedan cada vez más lejos en la formación. Debemos instalar lógicas del habitar una  buena ciudad, así como instalar la necesidad de vincularnos con otras disciplinas”. 

Pabellón del Viento

El Pabellón del Viento estará instalado del 13 de octubre al 13 de noviembre en la explanada de la FAU en el marco de esta conmemoración. Esta arquitectura temporal, del reconocido arquitecto Domingo Arancibia, quien expuso en el Programa Yap Constructo en conjunto con el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) “La Luz del Cochayuyo” en 2018, define su proyecto como "un espacio en constante cambio, un manto que recoge los avatares del tiempo en donde existe la constante fluctuación del manto suspendido". 

El Pabellón del Viento es un espacio cubierto por una liviana tela de más de 500 m2, importada desde Japón y que pesa 2 kgs. La tela se mueve en función del viento generado por una serie de ventiladores sistematizados por un sistema digital arduino. El Pabellón ha podido instalarse en su integridad, gracias a donaciones de privados: Ventiladores Kendal, Vanghar, Alving Ingenieros, NEOMAQ Rental, RM Energía, Plataforma Arquitectura, Colegio de Arquitectos de Chile, Museo de Arte Contemporáneo y la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile (A.O.A).