En la predicción de enfermedades psiquiátricas graves

El diagnóstico temprano como la mejor herramienta de cuidado

El diagnóstico temprano como la mejor herramienta de cuidado
Durante el encuentro se anunció la realización de un programa piloto para la pesquisa de los estados mentales de riesgo en nueve regiones del país.
La conferencia contó con destacados expertos nacionales y extranjeros

“Entre los grandes objetivos en psicosis en Latinoamérica y el mundo se encuentra el abordaje del estigma en enfermedades psiquiátricas, la detección de síntomas precoces, el retraso y detención del deterioro funcional y la recuperación temprana, además de las nuevas terapias farmacológicas, y la promoción de salud mental”, explica el doctor Pablo Gaspar, académico de la Clínica Psiquiátrica Universitaria y director de esta iniciativa junto al doctor Alejandro Maturana, resultado de un esfuerzo conjunto entre esa unidad, el Departamento de Neurociencia, el Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes, Imhay, y el Instituto de Neurociencia Biomédica; todos, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. 

“Todo partió por el desafío que representa la ampliación de cobertura que ha significado la existencia, desde hace diez años, de las garantías explícitas en salud para esquizofrenia (GES-Esquizofrenia), que permiten que los pacientes que tienen esa enfermedad psiquiátrica grave accedan gratuitamente a fármacos y terapias con profesionales capacitados. Esta es una iniciativa chilena muy pionera a nivel mundial y representa un avance muy significativo, en tanto esas personas han podido mejorar su pronóstico de forma significativa”.

Pero ese avance plantea nuevas metas, añade. “Y dentro de ellas está el tema central que abordamos en la  conferencia, como son las personas que no han desarrollado psicosis ni otras enfermedades psiquiátricas severas, pero que tienen un riesgo alto de desarrollarlas; son los estados mentales de riesgo. Desde Chile lideramos ese ámbito a nivel sudamericano, y organizamos estos encuentros con el interés de aunar esfuerzos clínicos e investigativos; así participaron, además de destacados expertos internacionales, representantes del Ministerio de Salud y de prestigiosas instituciones como son el BNI e IMHAY, con el fin de de detectar e intervenir precozmente a este tipo de personas”.

De hecho, agrega, “es tal la importancia de este tema para el Minsal que durante el evento se anunció que, en colaboración con la Clínica Psiquiátrica Universitaria, el Departamento de Neurociencias y en particular con mi laboratorio de investigación, Psiquislab, entre octubre y noviembre comenzará la realización de un programa piloto para la pesquisa de los estados mentales de riesgo en nueve regiones del país. Se trata de un flujograma de atención a las personas que parte con un test de tamizaje, que ya ha sido validado en la población chilena previamente por el doctor Daniel Núñez de la Universidad de Talca, que trabaja en conjunto con nosotros; eso es un avance enorme, porque pone de manifiesto lo productiva que es la colaboración entre el mundo universitario y el ministerio; en particular, con nuestra facultad, lo  que permite exportar ese conocimiento a la salud pública.

¿Está orientado a pesquisar a los individuos que a futuro podrían derivar en una psicosis?

Cuando se pesquisa una enfermedad psiquiátrica severa, del total de pacientes que se someten a este test u otro, o mediante entrevistas, podemos decir que a los dos años aproximadamente un 15% deriva en esquizofrenia, otro 10% a 15% en trastorno bipolar, y otro porcentaje similar a trastornos de personalidad, y cerca de la mitad de las personas no desarrolla ninguna enfermedad. Por eso, uno de los desafíos centrales de este tipo de programas es determinar qué subgrupo de pacientes están en mayor riesgo de desarrollar una enfermedad severa. Para eso es fundamental el seguimiento continuo y establecer intervenciones psicoeducativas, psicoterapéuticas y, en casos severos, farmacológicas. Es decir, se requiere de un equipo multidisciplinario en este tipo de intervenciones.

Estos pacientes por pesquisar, ¿podrían estar cursando cuadros que podrían haberse visto desencadenados o agravados por la pandemia?

La mayor ocurrencia de los estados mentales de riesgo tiene lugar entre los 10-12 años y hasta los 25-28 años; es decir, en adolescentes y adultos jóvenes. El cerebro del adolescente está sometido principalmente a tres niveles de riesgo: uno es el biológico, como son los cambios fisiológicos y hormonales; otro es el factor psicológico individual y familiar, con las presiones vocacionales, cambios en el estilo de vida, de hábitos alimenticios, estableciendo su propia autonomía, y el último son las presiones sociales.  Todos conocemos las consecuencias del estallido social y de la pandemia, que también cambiaron los hábitos y la manera en cómo reaccionamos a estas situaciones; obviamente que el encierro y el aislamiento, junto con lo otro, hacen de que algunas personas puedan tener una mayor vulnerabilidad. Si a eso le sumamos acceso fácil a drogas, sobre todo marihuana, y ahora que hemos visto que podrían crecer los índices de violencia intrafamiliar y por ello la exposición a trauma, las personas que ya tienen factores de riesgo, pueden estar más vulnerables.

Inteligencia artificial aplicada a la predicción de estados de riesgo

En el encuentro contaron con expositores como la doctora Frauke Schultze-Lutter, del Departamento de Psiquiatría y Psicoterapia de la Universidad de Heinrich-Heine en Düsseldorf, Alemania, quien “nos habló acerca de un tipo de paciente en este ámbito que se cree que tiene mayores predictores de desarrollar una enfermedad psiquiátrica severa”. A su vez, la doctora Cheryl Corcoran, profesora asociada de Psiquiatría y líder del Programa en Riesgo de Psicosis en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York, “nos habló de la investigación del lenguaje y la psicosis, y en ese tema pudimos mostrarle un proyecto pionero que están liderando la doctora Alicia Figueroa de nuestro laboratorio Psiquislab y el doctor Mauricio Cerda, del Centro de  Informática Médica y Telemedicina de nuestra facultad, quienes en conjunto con lingüistas, ingenieros, informáticos médicos y académicos del BNI y de la Clínica Psiquiátrica, están orientados a entender las alteraciones del lenguaje de manera automatizada, mediante inteligencia artificial, y analizando en qué paciente, de acuerdo a características especiales de su discurso, por ejemplo en su coherencia semántica, se podría predecir el desarrollo de determinadas enfermedades psiquiátricas. Además, en nuestro laboratorio hacemos una predicción con potenciales biomarcadores electroencefalográficos, en los que participan un equipo de investigadores como son los doctores Rolando Castillo, Rocío Mayol, Sebastián Corral y Maria Belén Aburto, entre otros.

El doctor Gaspar concluye que cada una de estas conferencias tiene como fin avanzar en el desarrollo de colaboraciones que vayan en el beneficio de los pacientes; en esta oportunidad, la modalidad online “nos permitió llegar adonde nosotros no habíamos podido hacerlo antes, y así hacer que la Universidad de Chile, contribuya a disminuir las brechas sociales, llevando este conocimiento a los rincones más apartados del país”.

De esta forma es como destaca que durante esta segunda conferencia “lanzamos una cápsula psicoeducativa dirigido a público general, que es un video de tres minutos que explica con dibujos a los adolescentes qué son los estados mentales de riesgo, como reconocerlos y cuando consultar a un profesional de salud: este tipo de iniciativas son una ayuda directa a nuestros profesionales y pacientes. Y el año pasado, en la primera versión de nuestra conferencia, presentamos un manual psicoeducativo en el mismo tema, también dirigido a los jóvenes; en ambos casos, aunando  esfuerzos de ilustradores, investigadores y clínicos en apoyo a la psicoeducación”.