El Consejo Científico Asesor está compuesto por seis científicos, académicos e investigadores que pertenecen a Centros de Investigación y Desarrollo, universidades y sociedades científicas chilenas, además de tres representantes de Institutos Tecnológicos Públicos del sector en agricultura y alimentación. El objetivo de esta instancia es contribuir a la implementación de la Política Nacional de Desarrollo Rural y al fortalecimiento de los sectores forestal, agrícola y alimentario en Chile.
El profesor Horacio Bown, vicedecano y académico del Departamento de Gestión Forestal y su Medio Ambiente de la Facultad, y presidente de la Sociedad Chilena de Ciencias Forestales, fue convocado a ser parte de este Consejo Asesor por su destacado trabajo en la línea de investigación del uso y aplicación de modelos basados en procesos productivos para la toma de decisiones en cuantificación de carbono, cambio climático, uso del agua, entre otros.
“Personalmente pienso que esta es una gran iniciativa porque da voz al conocimiento científico, y permite mostrar cómo la ciencia aplicada puede contribuir a resolver problemas reales de la sociedad en búsqueda del bien común. El hecho de poder representar a la Universidad de Chile y a las Ciencias Forestales en este comité me parece de gran relevancia y responsabilidad puesto que los desafíos a nivel país en el sector silvoagropecuario son gigantes, por ejemplo en términos de sostenibilidad, escasez hídrica y carbono neutralidad, entre otros. Solo el trabajo mancomunado, interdisciplinario, comprometido y sostenido en el tiempo de toda la comunidad vinculada a las ciencias podrá contribuir a solucionar los grandes problemas que nos aquejan como sociedad”, sostuvo el profesor Bown, respeto a su nominación.
El académico agregó que tiene “la esperanza de que esta iniciativa se transforme en una política de Estado, más que la iniciativa de un gobierno en particular, con continuidad en el tiempo, que permita darle un mayor realce a las ciencias silvoagropecuarias como base para el diseño de mejores políticas públicas”.
La Política Nacional de Desarrollo Rural, que está enfocada en mejorar la calidad de vida y las oportunidades en las zonas rurales, fue lanzada este año después de casi una década de trabajo colaborativo entre diferentes actores del sector silvoagropecuario que elaboraron su diseño.
Este Consejo Científico Asesor fue convocado por los Ministros Andrés Couve, de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación; y Antonio Walker, de Agricultura, para cubrir las diferentes disciplinas temáticas del sector silvoagropecuario.
Durante la etapa inicial, el comité realizará un diagnóstico integrado y coherente de la evidencia científica en el sector silvoagropecuario, que permita recomendaciones para el diseño de políticas públicas del Ministerio de Agricultura.
“Desde mi disciplina, mi misión será relevar los bosques como generadores de una multiplicidad de productos y servicios ecosistémicos en un marco de sostenibilidad, como también su restauración y rehabilitación para contribuir al bienestar ambiental y espiritual del país”, puntualizó el profesor Bown.
Pensando en el desarrollo estratégico al que apunta la Política Nacional de Desarrollo Rural, el académico de CFCN detalla que “la sostenibilidad del sector silvoagropecuario debiera ser el principio rector de las políticas públicas del Ministerio de Agricultura en los próximos años. Por sostenibilidad me refiero a la impulsión armónica de los distintos pilares del desarrollo de un país, de órden económico, social, ambiental y espiritual, que busquen el bien común, con una visión de equidad intergeneracional, de manera que las futuras generaciones reciban un país bien cuidado y productivo. Desde la perspectiva de los bosques, creo que algunos de los aspectos importantes a considerar es como éstos pueden contribuir a la carbono neutralidad del país hacia el 2050, como los bosques pueden contribuir a mitigar la escasez hídrica y como éstos pueden contribuir al bienestar material y espiritual de la nación”.
Las zonas rurales son la fuente principal de alimentos para sostener el abastecimiento de nuestro país y tienen una importancia estratégica vital para el desarrollo de nuestra economía, por esta razón, se hacía imperante contar con una política nacional que regulase e impulsase el crecimiento del sector silvoagropecuario mejorando la calidad de vida de sus habitantes y su entorno.
“Creo que el desarrollo de políticas públicas del sector silvoagropecuario debe ser integral considerando todos los subsectores simultáneamente. Pienso que ya es tiempo que la planificación territorial comience a jugar un rol más preponderante en el desarrollo de políticas públicas obviamente en el marco de los principios fundamentales que establezca la nueva Constitución de la República. En el ámbito de los bosques existe espacio para desarrollar variadas políticas que incentiven nuevos cultivos mejor adaptados a las condiciones de sequía, control más estricto de la tala ilegal de los bosques nativos para la producción de leña, generación de nuevos bosques orientados a la mitigación de gases de efecto invernadero, y restauración de ecosistemas degradados, entre otros. Un aspecto que me parece central es conocer en profundidad a los usuarios de las políticas públicas que se desarrollarán”, manifestó el profesor Bown, respecto a los factores que deben tomarse en consideración para la implementación de la Política Nacional de Desarrollo Rural.
Al hacer la presentación del Comité, el Ministro Couve planteó cinco ámbitos estratégicos donde es necesario vincular la evidencia científica con las necesidades del sector público y privado: agua y suelo, recursos forestales, fruticultura, ganadería y tecnologías emergentes y economía local.
Por su parte, el Ministro Walker destacó la necesidad de contextualizar la evidencia científica que avale las decisiones que se están tomando en políticas públicas en términos de producción alimentaria y forestal en armonía con el medio ambiente, en un marco de sostenibilidad.