Participación social y política más allá de las votaciones en urnas

Participación social y política más allá de las votaciones en urnas
Más allá de las recientes elecciones, el académico Claudio Duarte, recuerda que la tendencia a la baja participación electoral se ha prolongado en los últimos 30 años.
Más allá de las recientes elecciones, el académico Claudio Duarte, recuerda que la tendencia a la baja participación electoral se ha prolongado en los últimos 30 años.
Si bien existe un mecanismo tradicional para emitir sufragio en las urnas, hay otras variadas formas de participación democrática y eso bien lo saben y han manifestado jóvenes del país.
Si bien existe un mecanismo tradicional para emitir sufragio en las urnas, hay otras variadas formas de participación democrática y eso bien lo saben y han manifestado jóvenes del país.

La inscripción automática y el voto voluntario en Chile comenzó a regir el 31 de enero de 2012. Sin embargo, en el último tiempo ha surgido con fuerza la idea de retornar al voto obligatorio debido a la baja votación de las recientes elecciones, específicamente de convencionales constituyente y de gobernadores regionales (gores). Las cifras de la elección de segunda vuelta de gobernadores regionales (gores), realizadas el pasado 13 de Junio, causaron preocupación tras alcanzar un 19, 62% del padrón, es decir 2.558.962 de 13.040.819 del total nacional.

A fines de mayo, la Sala de la Cámara de Diputados y Diputadas aprobó la nueva reforma constitucional que busca reponer la obligatoriedad del sufragio y así revertir la baja participación de la gente en las últimas elecciones. La votación en la Cámara Baja obtuvo 107 a favor, 16 en contra y 23 abstenciones, después de eso, el texto retornó a la Comisión de Gobierno Interior para el debate en particular de algunas de las indicaciones presentadas.

Más allá de las recientes elecciones, académicos de la Facultad de Ciencias Sociales como el docente del Depto. de Sociología, Claudio Duarte, recuerdan que la tendencia a la baja participación electoral no es nueva sino que se ha prolongado en los últimos 30 años.

Si bien existe un mecanismo tradicional para emitir sufragio en las urnas, hay otras variadas formas de participación democrática y eso bien lo saben y han manifestado jóvenes del país. A partir de investigaciones realizadas por el Núcleo de Investigación en Juventudes, es posible determinar que ha habido una fuerte crítica de los(as) jóvenes a procesos políticos electorales desde principios de los 90 debido a que, entre otras razones, sienten que después de las elecciones los políticos se olvidan de la ciudadanía.

“Los y las jóvenes señalaban que había una clase política que gobernaba solo para ellos(as). Por tanto, una manera de criticar era no participar de procesos electorales por parte de los jóvenes. La activación juvenil se mantuvo tras dictadura (y fueron más visibilizados desde el 2001 con el mochilazo)”, explica Duarte. No obstante, no se fue ni se ha ido a ver a los y las jóvenes en los barrios, donde se han desarrollado experiencias de movilización barrial de la cual universitarios aprendieron sobre los colectivos y qué se hacía en los barrios populares.

En los barrios, recalca, ha habido una constante participación juvenil por lo que la baja votación, al menos entre los(as) jóvenes, piensa que puede deberse a la Pandemia sumado a la desconfianza social y más transversal hacia la clase política, que emergió con fuerza posterior al estallido social.

¿Votación es igual a participación?

Por otro lado, prefiere no utilizar la palabra “participación” al referirse a procesos eleccionarios, pues significa “hacerse parte” y “tomar parte de los procesos”. La gente asiste a votar, “y eso es lo que permite que se reproduzca la votación. Pero aumentar la votación -de manera forzada- no dice nada de la participación ya que eso implica que la gente se incumba. Tenemos que generar una dinámica social donde la voz del pueblo sea escuchada, eso si sería participación y luego se podría traducir en votación”, argumenta el académico de Sociología.

Si la votación sigue siendo un proceso eleccionario a desarrollarse cada cuatro años sin que las personas se sientan parte y participen efectivamente, no es válida a su juicio. Por su parte, si los(as) candidatos(as) jóvenes electos(as) recientemente se alejan de la población tampoco sirve de nada, más bien, según el investigador experto en juventudes, hay que generar un diálogo permanente entre constituyentes y el pueblo, de lo contrario la sociedad podría estallar socialmente a cada momento.

Participación juvenil constante y desde otras veredas

Respecto de la mirada social hacia las juventudes en el país, comenta que ha habido un fuerte estigma en torno a las razones de no querer votar por parte de los(as) jóvenes, sin escuchar sus argumentos de porqué deciden no votar. Lo cierto es que las juventudes chilenas siempre han estado inmiscuidas en política, mas no en la política electoral. Hay un contexto que los provoca o no a hacerse parte y también se suscita una ruptura generacional. Por ejemplo, “hoy mueven o plantean que el eje del discurso de los mayores es activarse contra la dictadura, y que no lo hacían por miedo. Entonces, hay allí un planteamiento de los(as) jóvenes de hacerse espacios de gobierno”, afirma.

Una deuda pendiente que subsiste desde comienzos de los 90 es privilegiar la organización popular de base, pero al respecto surge la interrogante desde las juventudes “¿qué alternativa proponemos? Los jóvenes están buscando alternativas y, una vez más, espacios de poder”, reflexiona.

Relata que desde el Núcleo Juventudes de la Facultad de Ciencias Sociales, se han realizado trabajos con escuelas para analizar y generar condiciones reales de participación, para que aquello que se haga y decida se haga junto a los(as) jóvenes, no sin ellos(as), y así cuenten con alternativas de propuesta y participación emanadas de ellos(as) mismos(as).

Para eso, es preciso formarles con el fin de desarrollar esa capacidad de participar, de opinar y argumentar, así como también comprometerse con lo que se propone y monitorear o revisar su puesta en marcha. ¿De qué modo? A través de diálogos intergeneracionales. El Núcleo ha desarrollado algunos espacios de diálogo de manera participativa para opinar y resolver cuestiones, que va más allá de responder solamente encuestas.

Al interior de los gobiernos locales se suele pensar y actuar desde la organización formal e institucional, sin embargo, la junta de vecinos no es la única forma de organización. Otros ejemplos de organización, cuenta Claudio Duarte, son comités sobre temas y problemas de agua, otros ligados al deporte y actividades recreativas, por mencionar algunos. En este sentido, resulta gravitante reconocer las formas de organización propias o pensadas por las y los jóvenes, así como aceptar el modo en que las culturas juveniles se organizan, y reconocer que existe una diversidad de modos de organización y participación social juvenil.

Además de un amplio abanico de formas de participación también destaca que existe una diversidad de contenidos de interés, como la educación, medio ambiente, economía y autonomía, derechos sociales, entre tantos otros temas que les preocupan, tanto a ellos(as) como al resto de la sociedad chilena.