Columna de Opinión de académica Carolina Muñoz, directora de Género, Diversidades e Inclusión del ICEI

En defensa del género, el feminismo y las diversidades en la Universidad

En defensa del género, el feminismo y las diversidades en la UCh

En el límite de sus atribuciones constitucionales, los diputados Cristóbal Urruticoechea (Partido Republicano) y Harry Jürgensen (Renovación Nacional) oficiaron a la Universidad de Chile y a la Universidad de Santiago para que  informen “sobre los cursos, centros, programas y planes de estudio que se refieran a temáticas relacionadas con estudios de género, ideología de género, perspectiva de género, diversidad sexual y feminismo”. Piden que las autoridades universitarias entreguen en detalle las características de estas actividades académicas y que se individualice ” a los funcionarios o docentes que están a cargo de ellos”.  Además solicitaron que se informe acerca de los recursos que se destinan a estos cursos, centros, programas y planes de estudio,  sin que quede claro cuál es el propósito de este requerimiento de información.

Cabe señalar que ambos parlamentarios son los autores de un proyecto de reforma a la  Constitución que “prohíbe  las acciones obscenas, impúdicas o con contenido sexual explícito en marchas, protestas y manifestaciones sociales”, presentado en junio de este año. Su propósito es “prohibir toda manifestación pública que atente contra la familia, la moral y las buenas costumbres”.

El insólito oficio a las universidades ha causado un profundo rechazo en las comunidades académicas, entre las y los docentes y también entre las y los estudiantes. En primer lugar, porque se está amenazando  la autonomía de las universidades  públicas y  la libertad de cátedra, tradición más que centenaria. En segundo término, porque se busca amedrentar a quienes desarrollamos actividades académicas vinculadas con las perspectivas feministas, de género y de las disidencias sexuales.

Desde hace décadas, la Universidad de Chile y otras universidades del Estado han desarrollado actividades de docencia, investigación, creación y vinculación con el medio, en el pregrado y posgrado, desde los pensamientos feministas. Conceptos como “género” no solo forman parte del trabajo académico desde hace tiempo, sino que están incorporados en planes, proyectos y políticas de Estado. Su incorporación, debate y transformación han renovado el conocimiento en las distintas disciplinas, reconociendo la riqueza de las diversidades que conforman nuestra sociedad.

En el caso del Instituto de la Comunicación e Imagen, donde hago docencia desde hace diez años, la perspectiva feminista ha permitido enriquecer la formación de periodistas con sentido crítico, comprometidos con los derechos humanos, la libertad de expresión y el derecho a la información de cada persona.

Los diputados, con estos oficios, parecen desconocer que el tiempo de los rectores delegados quedó, afortunadamente,  en el pasado y que no está en sus atribuciones inmiscuirse en los contenidos académicos de las universidades.  También ignoran que el avance del conocimiento no puede ser detenido por razones religiosas o políticas, como ocurrió en otros períodos de nuestra historia. Quizás lo que buscan es replicar  estrategias de manipulación política empleadas por  representantes de partidos conservadores de Estados Unidos, Brasil o España que desconocen los aportes de los feminismos, el calentamiento global, los derechos humanos, la pandemia e , incluso, que la Tierra es redonda.  Todo ello con el propósito de desinformar en tiempos de campañas regionales, parlamentarias y presidenciales.

Finalmente, queremos hacer presente que el Estado de Chile desde hace décadas viene trabajando por la igualdad de derechos sin distinciones, promoviendo políticas públicas para la equidad de género. Así lo establece, entre otros instrumentos internacionales ratificados por nuestro país, la CEDAW, cosa que los parlamentarios también parecen ignorar.