Cartas - RyP 99

Cartas - RyP 99

Señor Director:

En la revista RyP Nº 98, al pie de una carta de mi autoría en la que cito expresiones del general René Schneider, hay una nota del editor en la que advierte que la existencia de “cualquier situación anormal, desde el punto de vista legal” no basta para legitimar una intervención castrense contra un poder del Estado. Efectivamente, para que una intervención militar sea legítima las “situaciones anormales” deben atentar gravemente contra la estabilidad política y el orden institucional de la República, como ocurrió en Chile en el año 1973.

Ciertamente el tema es espinoso, sobre el cual formularé algunos comentarios. En épocas de crisis, de polarización, violencia, anarquía, destrucción de la economía y quiebre del orden institucional, los políticos de ambos bandos –gobierno y oposición– acuden a los cuarteles para solicitar el apoyo o la intervención de las FF.AA. Son los propios ciudadanos quienes incitan a los militares a intervenir. Como dijo Alberto Edwards Vives: “si el sable se levanta, es porque las otras fuerzas sociales han caído en la impotencia”.

Las FF.AA. y Carabineros, como la historia lo ha demostrado, constituyen el último recurso para conjurar amenazas o repeler agresiones externas y para afrontar graves situaciones de subversión interna que pongan en riesgo el orden institucional de la República, intereses vitales de la patria o la supervivencia del Estado.

Adolfo Paúl Latorre

Abogado

RyP: Estimado lector, desde hace más de cuatro décadas, incontables textos –incluso uno de su autoría– se han escrito sobre el golpe de Estado de 1973. Por ello y además por motivos de espacio, hemos sintetizado su carta a lo medular de su opinión. A modo de comentario, en RyP entendemos que todos los golpes de Estado terminan con los ordenes constitucionales establecidos. Toca a las otras ciencias sociales y a la filosofía del derecho discernir si existe un carácter diferencial que permita distinguir entre golpes más o menos justificados o, si se quiere, más o menos legítimos. Advertimos, por otra parte, que RyP está orientada a informar y analizar, mensualmente, sobre asuntos de la coyuntura internacional, con talante universitario y el máximo posible de objetividad. Por ello, no tenemos la pretensión de dar una opinión dirimente sobre un debate interno tan “espinoso”, que no se resigna a convertirse en historia y que, por lo mismo, tiende a reciclarse con los temas y problemas del presente.