VID expone sobre Género y Pandemia en conferencia internacional

VID expone sobre Género y Pandemia en conferencia internacional
VIDGen realizó el primer catastro al interior de la Universidad de Chile, destinado a conocer el impacto de la pandemia en la comunidad académico-científica.
VIDGen realizó el primer catastro al interior de la Universidad de Chile, destinado a conocer el impacto de la pandemia en la comunidad académico-científica.
 Jefa de VIDGen, Catalina Lamatta.
Jefa de VIDGen, Catalina Lamatta.
Las mujeres pasaron a tener un déficit del 46,2% en el mundo laboral, mientras que los hombres solo un 36,2%. Por su parte, la perdida del empleo de las trabajadoras informales alcanzó un 55%.
Las mujeres pasaron a tener un déficit del 46,2% en el mundo laboral, mientras que los hombres solo un 36,2%. Por su parte, la perdida del empleo de las trabajadoras informales alcanzó un 55%.
Socióloga especialista en género y directora del Observatorio de Datos y Estadísticas de Género (ODEGI), Mabel Araya.
Socióloga especialista en género y directora del Observatorio de Datos y Estadísticas de Género (ODEGI), Mabel Araya.
Las mujeres ocuparon en promedio 5,4 horas semanales en acompañamiento de tareas escolares y 17,8 horas tareas domésticas.
Las mujeres ocuparon en promedio 5,4 horas semanales en acompañamiento de tareas escolares y 17,8 horas tareas domésticas.
Socióloga de VIDGen, Javiera Ravest.
Socióloga de VIDGen, Javiera Ravest.
El 81% de las mujeres participantes del estudio aplicado por VIDGen indicó que, tras la crisis sanitaria, sus jornadas de trabajo se han visto incrementadas producto del trabajo no remunerado.
El 81% de las mujeres participantes del estudio aplicado por VIDGen indicó que, tras la crisis sanitaria, sus jornadas de trabajo se han visto incrementadas producto del trabajo no remunerado.

Dando a conocer los resultados de la encuesta "Trabajo Remoto y brechas de género en contexto de emergencia sociosanitaria", recientemente la Unidad de Género de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VIDGen) de la Casa de Bello, expuso en la 43rd International Association for Time Use Research Conference de IATUR. El evento reunió a diversos especialistas para debatir sobre la investigación del uso del tiempo en la generación del conocimiento y la elaboración de políticas públicas frente a cambios globales.

A casi dos años del inicio de la pandemia mundial por COVID-19, el país cuenta con cerca de dos millones de casos confirmados. Esta situación ha impactado a la sociedad de manera transversal, sin embargo, de acuerdo con un informe presentado por Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), esta generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región.

Pese a que las mujeres representan una parte crucial para enfrentar los desafíos de esta crisis sociosanitaria, el organismo regional de las Naciones Unidas estimó que alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas se encontrarían en situación de pobreza, más de 23 millones en comparación con el año 2019.

Bajo este preocupante escenario, la VIDGen realizó el primer catastro al interior de la Universidad de Chile, destinado a conocer el impacto de la pandemia en la comunidad académico-científica, las desigualdades de género, los usos del tiempo en trabajo y educación, y los impactos sobre la salud, el teletrabajo, la productividad y la digitalización.

La herramienta se llevó a cabo durante el mes de septiembre de 2020 y fue aplicada a 646 personas, de las cuales el 67% se declararon mujeres, el 32,4% fueron hombres y un 1,1% se categorizó como personas disidentes.

Según la jefa de VIDGen, Catalina Lamatta, “nuestro interés era principalmente tener información respecto a las condiciones de trabajo en contexto de pandemia, porque intuíamos que brechas de género asociadas al desequilibrio entre el trabajo que se denomina “remunerado” y el “no remunerado” -principalmente a las labores domésticas y de cuidados-, se agudizarían”, manifestó.

A su vez, Lamatta destacó la relevancia de abordar estos temas para el desarrollo de políticas públicas. “Estas pretenden dar soluciones a problemas comunes, problemas que son de todos y todas, por defecto deberían considerar una perspectiva inclusiva, pues algo que impactará la vida de una comunidad, requiere la mirada de la diversidad que la conforma. Buscar más y mejores metodologías que permitan lograr esto, es una tarea fundamental. Por ello, nos parece prioritario el rol activo de la Universidad, en el sentido de promover internamente una visión crítica e inclusiva, una perspectiva de género en la generación del conocimiento”.

El trabajo y las desigualdades tras la pandemia

De acuerdo con documento “Mujeres en tiempos de esperanza, crisis y pandemia” de la Biblioteca del Congreso Nacional, las desigualdades de género en el mercado laboral se encuentran directamente asociadas a la división sexual del trabajo y a la injusta distribución de la carga de labores domésticas y de cuidado.

La socióloga especialista en género y directora del Observatorio de Datos y Estadísticas de Género (ODEGI), Mabel Araya, complementó que “los roles y estereotipos de género que surgen a partir de este proceso han tenido como consecuencia que el trabajo no remunerado, especialmente el doméstico y de cuidados, recaiga principalmente en las mujeres, y que incluso, aquellas que participan del mercado laboral lo hagan en mayor proporción en áreas del conocimiento relacionadas con los cuidados. Por ejemplo, ha sido reflejado desde ODEGI Chile que, para las ocupaciones de educación y de salud, figuran entre las actividades económicas del país con mayor prevalencia de mujeres. Pese a ser sectores altamente feminizados, las remuneraciones de las mujeres son significativamente menores que las de los hombres que trabajan en el mismo sector”.

Los problemas económicos y sociales han impactado de forma desproporcionada a las mujeres, potenciando estas desigualdades y significando la disminución en el número de empleadoras por el cierre de varias empresas. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indicó que las mujeres pasaron a tener un déficit del 46,2% en el mundo laboral, mientras que los hombres solo un 36,2%. Por su parte, la perdida del empleo de las trabajadoras informales alcanzó un 55%.

La especialista Araya explicó que “a partir de 2020 con la llegada de la pandemia, se profundizó la crisis de cuidados, generando un retroceso considerable de la participación laboral femenina, lo que rompió con la tendencia que se venía dando desde hace años, que indicaba el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo. Por su parte, aquellas que aún mantienen sus labores remuneradas han incrementado sus horas totales de trabajo, al tener que compatibilizar los cuidados de personas dependientes, niñas y niños y tener que seguir cumpliendo con sus responsabilidades laborales. De hecho, existe evidencia, dentro de estudios del teletrabajo, que las mujeres quedan relegadas a los peores espacios dentro de las viviendas para ocupar como oficina, como lo son los comedores, living y cocina.”

De esta forma, las mujeres ocuparon en promedio 5,4 horas semanales en acompañamiento de tareas escolares y 17,8 horas tareas domésticas. En los hogares, el 56% de las mujeres son las encargadas de cocinar, el 53% de la limpieza, el 53% lava ropa y un 51% cuida a hijos o personas mayores.

Desafíos tras el teletrabajo en la UCH

Según una encuesta aplicada en septiembre 2020 por CADEM, el 31% de las personas encuestadas se encontraba teletrabajando, de las cuales 44% se consideraban mujeres.

A nivel de la Universidad de Chile, el 81% de las mujeres participantes del estudio aplicado por VIDGen indicó que, tras la crisis sanitaria, sus jornadas de trabajo se han visto incrementadas producto del trabajo no remunerado. Por su parte, el 40% de los encuestados han disminuido sus ingresos durante la crisis, además de no contar con un espacio adecuado para llevar a cabo sus funcionas de manera remota.

Para la Socióloga de VIDGen, Javiera Ravest, “lo que más nos ha llamado la atención ha sido el desequilibrio de tiempo entre hombres y mujeres en el trabajo no remunerado. En ese sentido, creemos que las discusiones sobre la regulación del empleo en los sectores públicos y privados, deben considerar esta dimensión. También, observamos el efecto de la digitalización de las labores, y la superposición entre el trabajo remunerado y el no-remunerado. Es decir, la interrupción e incompatibilidad entre ambas formas de trabajo”, comentó.

El estudio determinó que en materia de factor humano, las personas distinguen un apoyo entre sus pares y compañeros, significando que exista una percepción generalizada de la flexibilidad del trabajo ante asuntos domésticos. Asimismo, se indica que las jefaturas han podido adaptarse al nuevo contexto, estableciendo plazos de realistas y planificados.

En términos de productividad científica, se observó una disminución moderada en los productos escritos por investigadoras, llegando a generar un artículo o capítulo menos en comparación con el año 2019.

Bajo este contexto, Ravest finalizó que “instrumentos como la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, son fundamentales para producir información confiable y generalizable sobre las dinámicas de trabajo no remunerado y patrones de uso de tiempo, que permitan, por ejemplo, actualizar la propuesta de reducir los tiempos de trabajo remunerado. Eso permitirá tomar mejor decisiones (como la regulación del empleo), pero también reconocer problemáticas que deberían colectivizarse y/o remunerarse”.