Congreso Latinoamericano de Oncología Pediátrica, realizado del 16 al 21 de noviembre

Investigadores de Fac. de Medicina y Hosp. Calvo Mackenna obtienen primer lugar en SLAOP 2021

Premian a investigadores de Fac. de Medicina y Hosp. Calvo Mackenna
Enfermeras Verónica de la Maza, Sara Sáez, Elisa Cabrolier y Claudia Concha.

La investigación fue posible gracias al trabajo en conjunto de ambas instituciones las que, tras diseñar el proyecto, lograron adjudicarse financiamiento de la Fundación Nuestros Hijos, el cual se ejecutó entre marzo de 2017 y noviembre de 2019. Fue realizado por profesionales médicos y de enfermería de la Unidad de Oncología y Transplante de Médula Ósea, TMO, del Hospital Luis Calvo Mackenna, como son Elisa Cabrolier, María Soledad Fernández, Sara Sáez, Claudia Concha, Carolina Nicklas y la enfermera Valeska Fuentes, quien falleciera en junio de este año, siendo motor de esta investigación. Además, participaron el doctor Juan Pablo Torres y la enfermera Verónica de la Maza, de la Unidad de Investigación del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente de la Facultad de Medicina, y Magdalena Castro de la Unidad de Investigación y Epidemiología de la Universidad Finis Terrae.

Según explica la enfermera De la Maza, “este estudio surgió atendiendo dos cuestiones relevantes: por una parte, el temor de los padres a ocasionar dolor a sus hijos al administrarles de manera subcutánea el medicamento G-CSF que se utiliza para el tratamiento de la neutropenia, que es una afección por la que hay menos glóbulos blancos que lo normal, por lo que previene infecciones y preparación de la sangre para la recolección de ciertos tipos de glóbulos sanguíneos; y, por otra, la incertidumbre de los equipos clínicos en torno a la seguridad y eficacia del catéter subcutáneo para la administración del mismo medicamento”.

A ello, añade que la experiencia de las enfermeras oncológicas pediátricas a nivel local, sugiere que, tanto para los niños como para sus cuidadores, la administración diaria del medicamento G-CSF por inyección subcutánea es considerada como una experiencia incómoda y estresante, tal como ocurre con otros procedimientos médicos, pudiendo causar estrés anticipatorio, lo cual explica incluso en algunos casos, la resistencia a asistir a los controles médicos por el miedo a las punciones. Actualmente, la decisión de usar o no el catéter subcutáneo para la suministrar este fármaco depende de los equipos médicos, por lo que en algunos casos, debido a la falta de evidencia sobre la eficacia de este método, preferían no utilizarlo. “Es por eso que el objetivo de este estudio fue generar evidencia para demostrar que no existe diferencia en la eficacia, tolerancia y seguridad de la administración de G-CSF, ya sea a través de catéter subcutáneo o mediante punción directa, con el fin de mejorar la calidad de la atención en salud de esta población, tomando en cuenta sus aprehensiones y disminuyendo el número de punciones al que se ven sometidos, sin alterar la eficacia del medicamento”, comenta.

Según explica la investigadora, este estudio debiera fomentar en los equipos de salud el uso del catéter subcutáneo para la administración del medicamento, por el importante impacto que este podría tener en los pacientes y sus familias. Esto, debido a que “los resultados demuestran una fuerte preferencia por este catéter  por parte de los niños pequeños y sus padres, ya que su uso reduce la ansiedad y el malestar asociado con la administración de fármacos través de la punción subcutánea directa. Los resultados obtenidos son similares a los ya publicados en igual población, y muestran que ofrecer esta vía de administración permite alcanzar un recuento de neutrófilos –tipo de glóbulo blanco que ayudan al cuerpo a combatir infecciones- en un plazo adecuado”.

Respecto del reconocimiento, la enfermera De la Maza dice que “lo recibimos muy contentas y con  mucho orgullo y satisfacción. Es un gran reconocimiento, además, a nuestra querida amiga y jefa Valeska Fuentes, quien ya no está con nosotras, porque sin su empuje y liderazgo este trabajo no habría sido posible”.

Trabajo entre instituciones: sumar miradas que apunten al niño o la niña

El esfuerzo realizado por la Unidad de Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y la Unidad de Oncología del Hospital Luis Calvo Mackenna ha permitido consolidar un grupo científico con capacidad para adjudicarse proyectos concursables muy competitivos. Ya en el año 2010 contaron con tres proyectos financiados por la Fundación Nuestros Hijos, otros tres que se adjudicaron recursos FONIS y un séptimo estudio fue respaldado por el propio centro asistencial. “Hemos demostrado que el trabajo en equipo, así como la unión de ámbitos clínicos y académicos,  es imprescindible para obtener resultados productivos y de calidad en investigación; en ese sentido tenemos que agradecer sobre todo el apoyo incondicional de los doctores María Elena Santolaya, Juan Pablo Torres y Mauricio Farfán, académicos de la Unidad de Investigación que siempre  han respaldado desde el diseño hasta la publicación en todos los proyectos adjudicados”, concluye la académica.

Actualmente, ambas unidades están trabajando en dos proyectos: el primero de ellos es un estudio descriptivo y transversal en 15 hospitales públicos pertenecientes al Programa Infantil de Drogas Antineoplásicas, PINDA, para determinar las necesidades educativas y las principales fuentes de información de los cuidadores de niños con cáncer, en las distintas etapas del tratamiento, para así dar sustento a la futura creación del Programa Educativo Estructurado para Cuidadores de Niños con Cáncer a nivel nacional. El segundo es un estudio experimental que se realizará en cinco hospitales públicos también pertenecientes al PINDA y prospectivo, para determinar los efectos de un programa de adherencia para cuidadores de niños con leucemia linfoblástica aguda en etapa de mantención, en la tasa de adherencia al tratamiento de quimioterapia oral y frecuencia de eventos clínicos adversos relacionados con la enfermedad. Además, están diseñando un nuevo proyecto para evaluar los efectos del uso de robot humanoide en niños y adolescentes con cáncer, en el grado de tolerancia y afrontamiento en la toma de muestras clínicas de sangre, y cómo ayuda para realizar terapia ocupacional en niños hospitalizados en la Unidad de Trasplante.