Columna de Opinión:

Un camino para luchar contra la desertificación y la sequía

Un camino para luchar contra la desertificación y la sequía

Cada 17 de junio, Naciones Unidas promueve la celebración del Día Mundial de lucha contra la desertificación y la sequía, este año enfatizando la acción temprana, individual y colectiva, que contribuya a mitigar ambos efectos y particularmente el de la sequía para la vida en el planeta.  De hecho, se estima que más del 75% de la población mundial se verá afectada por las sequías hacia mitades de este siglo, afectando preeminentemente a las naciones más pobres pero también en forma creciente a las más ricas.

Chile no es la excepción, y muy por el contrario, se encuentra entre los países que ya están más fuertemente afectados por las sequías, lo que se prevé se volverá aún más crítico por las condiciones que define el cambio climático. Y la condición más relevante está relacionada con una disminución de las ofertas de agua en el tiempo. Estudios recientes sugieren que las precipitaciones han declinado casi monotónicamente en gran parte del territorio chileno, tendencia que se proyecta continúe en un futuro cercano. De hecho, por ejemplo, en los últimos 30 años la precipitación media normal anual de Santiago bajó desde los 300 mm a los 180 mm y la de Talca de 700 mm a 500.mm. También se sabe que las precipitaciones en gran parte del país se están concentrando en un menor número de tormentas, pero con mayores temperaturas del aire, favoreciendo la ocurrencia de aluviones de respuesta rápida. Adicionalmente, la “isoterma cero” o línea de nieve, ha ascendido considerablemente durante los últimos 50 años, lo que se traduce en un menor almacenamiento de nieve y, por tanto, de la disponibilidad de agua en la época de deshielo, que coincide con los meses de mayor demanda del recurso hídrico.

Por otra parte, el consumo de agua en Chile ha aumentado sostenidamente, lo que se evidencia por la evolución que ha tenido el número de asignaciones de derechos de aprovechamiento de agua. Todo lo anterior, ha originado un número creciente y preocupante de conflictos sociales por el recurso hídrico. A lo anterior se suma una larga historia de degradación de los suelos y los ecosistemas, de a lo menos cinco siglos, que hacen que las cuencas hidrográficas no funcionen en la forma adecuada, lo que agrava aún más la crisis climática que enfrentamos. Es decir, la situación de oferta del agua se verá drásticamente reducida y esto exige acciones concretas.

En este marco, el agua es clave para el bienestar de nuestras comunidades y el desarrollo sostenible de nuestro país, así como para mantener los equilibrios ecosistémicos, la conservación de la biodiversidad y la vida. A su vez, este recurso puede transformarse en un elemento de devastación y pérdidas materiales y humanas, mientras que su escasez impacta sustancialmente en los territorios, generando migraciones y pérdidas económicas sustantivas para los territorios locales y para el país.

Abordar la crisis climática en la que nos encontramos requerirá un conjunto de acciones coherentes en distintos niveles de decisión, abarcando desde la política pública hasta las acciones individuales que cada uno de nosotros podamos aportar. La Universidad de Chile en su rol de universidad nacional y pública, propone contribuir a la solucion de los problemas nacionales desde la enseñanza, la investigación y la difusión del conocimiento a la sociedad; y en el ámbito específico de la crisis climática y de las soluciones colectivas que podamos impulsar como sociedad, una de sus iniciativas se materializa en la creación de una nueva carrera de pregrado en Ingeniería en Recursos Hídricos.

La idea es que este nuevo profesional integre lo ecológico, lo social y lo tecnológico y contribuya a desarrollar estrategias para la gestión sostenible e integrada de las cuencas hidrográficas, conciliando metas ambientales, sociales y económicas de todos los usuarios del agua. Y esto significa preparar profesionales con capacidades para trabajar en escenarios de incertidumbre climática y con una menor oferta de agua, en un contexto que nos obliga a la mantención de los equilibrios ecosistémicos. 

La carrera de Ingeniería en Recursos Hídricos en la Universidad de Chile, abrirá sus puertas para el proceso de Admisión 2023, y genera la esperanza de que estos profesionales en un plazo de cinco años empezarán a integrarse a diversas instancias públicas y privadas, con capacidades para alcanzar y generar respuestas coherentes a las demandas de un medio físico, ecológico y social que exige un uso eficiente del agua, y ello con el objetivo final de contribuir a asegurar la sustentabilidad ambiental, económica y social de Chile.

Tenemos la convicción que esta carrera constituye una necesidad impostergable que contribuirá sustancialmente a la sostenibilidad hídrica de nuestro territorio, colaborando en equipos interdisciplinarios, orientados al bien común de nuestra sociedad.