Profesor Pablo Mendoza asciende a profesor Asociado: “Es genial tener la oportunidad de hacer que los estudiantes saquen lo mejor de sí mismos”

Profesor Pablo Mendoza asciende a profesor Asociado

El profesor Mendoza es Ingeniero Civil, Magíster en Recursos y Medio Ambiente Hídrico de la Universidad de Chile y Doctor en Ingeniería Civil de la Universidad de Colorado en Boulder. Además, es Investigador Asociado del Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC) y, desde 2017, docente del Departamento de Ingeniería Civil. En esta oportunidad nos habla sobre sus más recientes logros académicos.

¿Esperaba este ascenso por parte de la Facultad?

La verdad es que no esperaba que sucediera tan pronto. Para que te promuevan, tienes que reunir ciertos requisitos de trayectoria en cuanto a investigación, docencia y extensión, y yo no estaba seguro si los cumplía. Creo importante destacar que, si bien me ascienden a mí, el resultado refleja un trabajo colectivo, porque hay muchas personas con las que he trabajado desde que llegué al Departamento, en distintas instancias, incluyendo académicos/as, funcionarios/as y, especialmente, investigadores jóvenes y estudiantes muy talentosos y motivados.

¿Cómo fue tu experiencia al entrar al Departamento?

Entré al Departamento en julio de 2018 como académico, pero ya llevaba un poco más de un año trabajando como investigador asociado en el grupo Aguas del AMTC. Además de eso, soy ex alumno de la facultad, hice mi magíster en el departamento, así que ya conocía la cultura universitaria. Además, como estudiante conocí a varios profesores que ahora son mis colegas, así que ha sido súper bonito reconectar con ellos. A pesar de que ya no son mis maestros, siguen siendo referentes, especialmente quienes tienen más trayectoria, como Ximena Vargas, Yarko Niño y Aldo Tamburrino.

Uno empieza la carrera académica desconociendo muchos aspectos de la labor docente, como por ejemplo la gestión de los ramos, y he sido muy afortunado de conocer estudiantes (ayudantes y auxiliares) súper comprometidos, lo que ha sido un factor clave durante estos años. A fin de cuentas, uno se rodea de un equipo para hacer clases, y es importante el apoyo de los estudiantes y que estén contentos para que las clases sean algo entretenido, y ojalá épico.

Algo similar ocurre con los proyectos de ingeniería e investigación que desarrollamos en el DIC. Al final del día, terminas trabajando codo a codo con los/as estudiantes, quienes evolucionan hasta el punto en que se convierten en expertos en el tema y te muestran cosas nuevas. Ellos (los estudiantes), muchas veces ni siquiera se dan cuenta de que son buenísimos, y parte de nuestra labor como docentes es hacerles ver sus talentos. Es genial tener la oportunidad de hacer que los estudiantes saquen lo mejor de sí mismos.

Respecto al reconocimiento de Water Resources Research: ¿cómo surgió la idea de ser revisor?

Primero, me parece importante aclarar que la tarea de revisor es parte de la vida académica, siendo además una labor voluntaria y, por lo tanto, no remunerada. Tampoco recibes algún descuento para publicar tu paper (porque para publicar, varias revistas prestigiosas te cobran).

Todo empezó el año 2012, cuando publiqué mi primer paper en la revista Water Resources Research, a raíz de una investigación que desarrollé (acá en el DIC) en mi tesis de magíster bajo la supervisión de los profesores Ximena Vargas y James Mc Phee. En dicho estudio, evaluamos técnicas de modelamiento y asimilación para hacer pronósticos de caudales de crecida para el río Cautín en Cajón (región de la Araucanía). Al año siguiente, la misma revista me pidió revisar el primer paper y, desde entonces, no he dejado de hacerlo. En la academia es bastante común que, después de publicar por primera vez, entras en este juego, donde pasas de ser autor a revisor de otros pares que trabajan en tu área, pero en otros lugares del mundo. Así, todos los años uno recibe solicitudes para revisar papers, que a veces puedes aceptar y otras veces no, dependiendo de tu interés en el tema y de si tienes experiencia y tiempo para evaluarlo. Este último factor es súper relevante, porque hacer una revisión útil requiere bastante dedicación. Recuerdo que revisé mi primer artículo el año 2013, y el paper era incomprensible, indescifrable. Me demoré al menos cuatro días en leerlo y entenderlo, para después redactar un reporte coherente que los editores pudiesen revisar antes de mandarlo a los autores.

En términos prácticos, ¿en qué consiste la labor del revisor?

El trabajo de un revisor consiste en ayudar a los autores a que publiquen. Aunque a veces debas recomendar que rechacen un artículo, de todas maneras puedes dejar una retroalimentación para que los autores mejoren su trabajo y lo manden a la misma revista u otra.

El proceso se inicia cuando un autor o autora manda un artículo a alguna revista científica, sugiriendo además una lista de posibles revisores. Los editores hacen una revisión general al manuscrito, para chequear que su contenido esté dentro de la línea editorial de la revista y, si es así, lo envían a un grupo de posibles revisores, que pueden o no estar entre los nombres sugeridos por los autores. Si te llega un artículo, puedes decidir si lo tomas o no. A veces uno declina revisarlos por no tener el tiempo para darles la dedicación necesaria, o puede que simplemente no estés especializado en el tema. Cuando es una temática que me interesa mucho, trato de hacerme el tiempo y lo reviso. Uno aprende mucho en el proceso de revisión, y es muy útil si quieres mantenerte actualizado. Es una situación donde todos ganamos, a pesar de no tener una recompensa económica.

Durante el 2021 revisé artículos para varias revistas, aunque cada vez tengo menos tiempo para aceptar dicha tarea, porque mi principal objetivo en este momento es publicar con mis estudiantes. Entonces te vas dando cuenta que las prioridades cambian a medida que avanzas en la carrera académica. Cuando entré al departamento, tenía aún bastante tiempo para investigar, y sobre todo para programar, realizar simulaciones, etc. Luego fui involucrándome más en la docencia y ofreciendo cursos nuevos para mí, lo que implica que tienes que armar el material e ir probando qué cosas funcionan y cuáles no. Además, uno empieza a tomar estudiantes como memoristas y tesistas, lo que es una gran responsabilidad porque tú pasas a ser el encargado de que esa persona finalice exitosamente su trabajo.

¿Qué es lo que más te apasiona de las revisiones?

Lo más entretenido es que, al revisar, también estás estudiando, y a mi me encanta estudiar y aprender cosas nuevas. Por lo mismo, siempre estoy buscando papers, porque es la fuente de información primaria para conocer el estado del arte y ver cómo ha ido evolucionando la disciplina en que te desenvuelves. En los cursos que dicto trato de plasmar ese espíritu, subiendo papers como material complementario a U-Cursos, y generalmente uno o dos estudiantes se motivan y los leen. El semestre pasado me pasó algo increíble: una vez finalizados los exámenes, ¡una estudiante me escribió pidiendo que le mandara papers para leer en el verano! Esos e-mails son de los mejores que uno puede recibir. Al final, le mandé papers y terminamos haciendo un trabajo dirigido. Si bien nosotros como profesores estamos acá para formar ingenieros, independientemente de que algunos se vayan a la industria o terminen trabajando en investigación, es genial ver cómo uno puede contribuir a cultivar el pensamiento crítico en los estudiantes.

En relación a tu área de estudio, ¿qué sería lo más destacable?

Lo más fascinante es que el agua está en todo lo que nos rodea, puedes verla y saber que está ocurriendo con ella.

¿En qué proyectos estás actualmente?

Actualmente estoy ejecutando mi proyecto Fondecyt de iniciación en investigación junto con Nicolás Vásquez, quien es ingeniero civil y además mi primer estudiante de doctorado, y estudiantes de Magíster (Nicolás Cortés, Fabián Lema y Felipe Gateño). También participa como colaborador el Dr. Naoki Mizukami, quien es amigo y colega del National Center for Atmospheric Research (NCAR – Estados Unidos). El proyecto busca cuantificar la oferta hídrica natural en nuestras cuencas de la manera más realista posible, combinando observaciones con modelos numéricos. Lo bonito es que estas cuencas representan la diversidad existente en Chile desde el punto de vista físico y también hidroclimático. Es una linda oportunidad para aprender de la diversidad de nuestras cuencas y eventualmente, a través de proyecciones de cambio climático, analizar cómo la distribución espacial de regímenes hidrológicos podría cambiar, lo que tendría implicancias en la planificación hídrica a lo largo del territorio nacional.

Este proyecto va muy de la mano con la actualización del Balance Hídrico Nacional, liderado por la profesora Ximena Vargas desde el año 2017. Ambos proyectos se retroalimentan: por una parte, el Balance es más aplicado, abarcando todo Chile continental, mientras que el proyecto Fondecyt es más científico, pues busca mejoras metodológicas que luego aplicamos en el Balance para disminuir la incertidumbre en la estimación de variables hidrológicas.

Finalmente, estoy trabajando en proyectos de pronóstico de caudales lideradas por los profesores Miguel Lagos y James Mc Phee, y ejecutadas por un grupo de talentosos estudiantes e ingenieros/as del grupo Aguas del AMTC. Dichas iniciativas buscan mejorar la calidad de pronósticos de caudal en ríos de Chile Central, combinando información hidrológica (i.e., lo que sabemos sobre almacenamientos de agua en nuestras cuencas) con información climática (i.e., estado futuro de la atmósfera).