Enrique Aliste, vicerrector de Investigación y Desarrollo:

“El principal objetivo es poner en práctica la Política de Investigación, Creación Artística e Innovación”

Vicerrector Aliste: Pondremos en práctica la Política de Investigación
"Aquí se está construyendo conocimiento de muy buena calidad y con un altísimo nivel de productividad, pero los recursos que se asignan son insuficientes", enfatiza Enrique Aliste respecto a los excelentes resultados del país y la Universidad de Chile en investigación, pese al escaso financiamiento del sistema.
"Aquí se está construyendo conocimiento de muy buena calidad y con un altísimo nivel de productividad, pero los recursos que se asignan son insuficientes", enfatiza Enrique Aliste respecto a los excelentes resultados del país y la Universidad de Chile en investigación, pese al escaso financiamiento del sistema.
"En la creación artística, queremos seguir apoyando lo que se ha hecho, pero también nos gustaría que la creación artística dialogue mucho más con el campo científico y viceversa", destaca respecto a uno de los desafíos que asumirá como vicerrector.
"En la creación artística, queremos seguir apoyando lo que se ha hecho, pero también nos gustaría que la creación artística dialogue mucho más con el campo científico y viceversa", destaca respecto a uno de los desafíos que asumirá como vicerrector.

El profesor Aliste confiesa correr con cierta ventaja respecto a las tareas que le ha tocado asumir como vicerrector de Investigación y Desarrollo, tras ser ratificado en este cargo por la Rectora Rosa Devés. Es que el académico fue convocado a esta importante labor el pasado mes de marzo, durante la gestión del ex Rector Ennio Vivaldi, en sucesión del profesor Flavio Salazar, quien fue designado por el Presidente Gabriel Boric como ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Estos meses, según relata, “le permitieron tomar vuelo”, conocer en detalle el trabajo de los equipos de esta Vicerrectoría y también tener un ideal de futuro para la investigación, la innovación y la creación artística en la Universidad de Chile.

A esta experiencia previa, primero trabajando junto a la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo y luego encabezándola, se suma una vasta trayectoria académica, principalmente en el ámbito de la geografía social y cultural, labor que le valió la obtención del Premio Nacional de Geografía en 2018, distinción otorgada por la Sociedad Chilena de Ciencias Geográficas (SOCHIGEO). “Tenemos la convicción de que la Universidad de Chile está al servicio del país y que todo lo que realicemos va a ser siempre pensando en el propósito de contribuir de forma concreta a la sociedad”, enfatiza en esta entrevista el académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y Doctor en Geografía y Estudios del Desarrollo, quien también ha participado en distintas iniciativas para desarrollar y promover la inter y transdisciplina y la internacionalización de la Casa de Bello.

- ¿Cómo proyecta este nuevo período en relación a las principales tareas de esta Vicerrectoría?

El principal objetivo es poner en práctica la Política de Investigación, Creación Artística e Innovación, que fue una construcción colectiva de la Universidad, impulsada desde el Senado Universitario, por supuesto, pero donde tuvimos un papel activo en apoyar el levantamiento de este proceso participativo. Lo que corresponde ahora es materializarla como algo prioritario, donde hay orientaciones y directrices que son bastante claras en distintos ámbitos, con distintos ejes y énfasis. Creemos que este trabajo va a permitir materializar una perspectiva colaborativa y participativa y consolidar una posición que la Universidad ha construido durante mucho tiempo.

Este liderazgo es posible verificarlo en diversos rankings que evalúan de manera objetiva el desempeño de las instituciones, donde los criterios asociados a la investigación han permitido consolidar la posición de la Universidad a nivel nacional y regional. Eso es algo que no se hace solo y tampoco es un rol que le compete a una sola vicerrectoría en particular. En el fondo, es resultado de la capacidad, el empuje, el compromiso y la convicción con la que trabajan las y los académicos de la Universidad. Nosotros no podemos sino estar al servicio y empujando a que esto efectivamente pueda avanzar en ese mismo propósito. Y avanzar en ese propósito, desde mi perspectiva y la del equipo, es hacer todo lo posible para que la comunidad científica y creativa de la Universidad sienta que esta Vicerrectoría está para apoyarles en sus tareas.

- Uno de los desafíos permanentes es el contexto cada vez más competitivo de acceso a financiamiento. ¿De qué forma se enfrentará este escenario cada vez más complejo?

Tenemos que ser capaces de definir un conjunto de estrategias. Entre ellas, un rol que nos compete como Vicerrectoría, y que es parte de nuestro deber con la gestión de la Rectora Devés, es apoyarla en todo lo que acompañará el proceso de incremento del aporte del Estado a temáticas vinculadas a la ciencia, la tecnología, la innovación y la creación. Eso significa estar muy atento a todo lo que esté sucediendo en el entorno inmediato de la Universidad, y también a nivel de lo que se pueda trabajar colectivamente en conjunto con las distintas instituciones que realizan investigación en Chile. Por un lado, con el CUECH, ya que para nosotros es vital fortalecer y dinamizar el desafío de las universidades del Estado y su compromiso con lo público; pero también con las del CRUCH, donde también hay una historia colaborativa en términos científicos muy larga y rica en términos de los beneficios que obtiene el conjunto de la sociedad y el país.

Para nosotros también es importantísimo construir una red de colaboración mucho más activa con instituciones del Estado que son relevantes para la investigación científica. Podemos hacer una larga lista de instituciones del Estado que producen información y que están generando, y necesitan generar, un conocimiento avanzado para dar robustez a las políticas. Lo lógico es que nosotros como Universidad nos pongamos al servicio en un trabajo colaborativo con estas instituciones. También necesitamos fortalecer la colaboración con el sector privado, con todos los que se ha colaborado y con otros con los que se podría colaborar, ya que hoy resulta vital la articulación de todo tipo de redes del conocimiento, lo que involucra también la dimensión internacional. La VID ha venido propiciando, a través de proyectos de internacionalización, la construcción de nexos muy sólidos, particularmente con países de Europa y con algunos de Asia. En América es donde quizás tenemos el desafío de enriquecer y fortalecer fuertemente nuestros nexos de colaboración científica, a nivel latinoamericano y americano.

- El escaso porcentaje del PIB que el país destina a investigación ha significado la pérdida de proyectos importantes en los últimos años ¿Cuáles son las expectativas respecto a los anuncios del Gobierno?

El modelo de financiamiento que existe no solo es muy competitivo, sino que además va definiendo ciertas prioridades que pueden responder a una coyuntura en particular, pero que puede dejar de ver otros problemas que a lo mejor son relevantes desde el punto de vista de las oportunidades. Si hace cinco años atrás alguien hubiese presentado un proyecto de investigación que abordara medidas para un confinamiento efectivo de la población ante situaciones de pandemia, lo más probable es que nadie lo hubiese financiado. La investigación tiene que hacerse cargo de cosas que a veces parecen impensables o menos urgentes que otras. Asimismo, tenemos que dimensionar todo lo que significa pensar en un futuro que tiene esa complejidad y dinamismo. Quizás ese es uno de los desafíos grandes que tenemos que promover a nivel político, en qué se traducirá este incremento del presupuesto para tratar de llegar al 1% del PIB.

Si empezamos a analizar las iniciativas Milenio, a nivel de núcleo o de instituto, o de equipos Fondecyt que se quedan sin financiamiento o sin continuidad después de un trabajo de muchos años, también tenemos una pérdida de oportunidad gigantesca. Es algo que se vio reflejado con dramatismo en los últimos años, con muchos proyectos de muy buena calidad que quedaron sin financiamiento, tanto, que se llegó a este sin sentido de los proyectos aprobados sin financiamiento, que daba cuenta de proyectos muy buenos, pero que no lograban financiamiento.

Chile es uno de los países que tiene la más alta productividad científica en América. Estamos debajo de Brasil y de Argentina en términos de volumen, pero cuando vemos la productividad per capita es posible constatar que nuestra productividad es altísima, más alta que la de Argentina y de Brasil. Aquí se está construyendo conocimiento de muy buena calidad y con un altísimo nivel de productividad, pero los recursos que se asignan son insuficientes. Entonces, ahí tenemos un argumento que debemos ser capaces de desarrollar. Como VID, tenemos la necesidad y la responsabilidad como actores dentro del sistema nacional de investigación en que esta es una razón importantísima para el incremento de los fondos que corresponda.

- Pensando especialmente en el trabajo inter y transdisciplinario, ¿qué oportunidades observa para fortalecer la articulación colaborativa interna?

La VID ha venido esforzándose por establecer una colaboración interna mucho más estrecha para abordar desafíos país que tienen carácter inter y transdisciplinar. Un papel importante lo ha jugado la Unidad de Redes Transdisciplinarias, que ha permitido consolidar redes que ya existían en torno a temas como envejecimiento, reducción de riesgo de desastres y medioambiente, entre muchos otros. Esos son pasos que se han dado, y lo que nos corresponde es que eso se vaya ampliando y permita consolidar otros ámbitos. En ese sentido, creo que el desafío es permanente porque también la sociedad nos desafía de manera constante a pensar y repensar temáticas que las contingencias nos enseñan que son muy dinámicas. Tenemos el deber de anticiparnos y responder a la visualización de temáticas nuevas para abordar investigación de vanguardia.

Por otra parte, se ha visualizado la necesidad de divulgar la labor científica, de creación artística y de innovación. El desarrollo de la actividad científica debe ir acompañada de una comunicación a nivel interno y externo. La Universidad ha logrado crear una plataforma de comunicación muy sólida, que dialoga con los distintos quehaceres dentro del plantel. La investigación, la innovación y la creación artística no solo tiene que comunicarse para que se conozca lo que se está haciendo, también permite retroalimentar efectivamente los intereses y la visualización de oportunidades de colaboración al interior de nuestra Universidad y también hacia afuera, con otras instancias. Al igual que la Unidad de Redes Transdisciplinarias, que ha hecho un trabajo extraordinario en términos de visualizar y destacar que al igual que los papers o la creación de libros o artículos es importante que se generen documentos que sean capaces de comunicar lo que se produce a nivel científico, pero llevarlo en caminos que faciliten el diálogo con el ejercicio de la política pública. Una parte importante de nuestros hallazgos es que a veces son difíciles de comunicar en relación a su impacto en la vida cotidiana. El desafío nuestro es visibilizar los avances y conocimientos que permitan mejorar la vida de la población, particularmente en el diseño de políticas. Si hace 30 años atrás hubiésemos estado hablando de que la información climática iba a ser relevante para tomar decisiones en materia de política pública, todos nos habrían mirado con extrañeza.

- ¿Qué prioridades específicas tendrá su gestión para investigación, para innovación y para creación artística?

Necesitamos impulsar una estrategia que permita dinamizar la participación de jóvenes investigadoras e investigadores, partiendo desde el nivel doctoral. Para eso, queremos establecer un programa de cooperación mucho más estrecho con la Dirección de Postgrado y Postítulo, con el objetivo de trabajar de manera conjunta en torno a las investigaciones doctorales y postdoctorales.

Dentro de la innovación, en tanto, nos parece fundamental que se abra un área que no hemos desarrollado activamente a nivel institucional, que es la de innovación social. Esto implica cuestionarnos sobre un futuro que será muy distinto a la realidad que conocemos hoy, porque los desafíos climáticos son diferentes, porque las formas de ejercer o enfrentar los procesos democráticos va a ser probablemente distinta a lo que conocemos, porque las plataformas de interacción tecnológica en la sociedad también crean nuevos desafíos. Es una inmensidad de desafíos que exigen que avancemos en el ámbito de la innovación social de una manera creativa, pero sin dejar de priorizar la innovación tecnológica, que es de suma relevancia para el país.

En la creación artística, queremos seguir apoyando lo que se ha hecho, pero también nos gustaría que la creación artística dialogue mucho más con el campo científico y viceversa. Algo que nos ha enseñado el contexto nacional e internacional es que la interconexión entre ciencia y arte, que antes parecía algo difícil de pensar, ha tomado mucha fuerza. Nos muestra otras facetas de la manera en que se puede acceder a un conocimiento científico y viceversa, cómo un conocimiento científico puede comunicarse de una manera más efectiva y dialogante a través de las formas de creación artística. Crear ese puente para nosotros es un lindo desafío.

Otro aspecto que para nosotros también es indispensable es cómo avanzamos en disminuir las brechas de género en el ejercicio de la creación artística, pero también en la investigación y en la innovación, que es donde hemos visto que existen todavía brechas muy importantes. Tenemos el desafío de que estas brechas vayan disminuyendo en todo sentido, no solamente en que haya mayor participación en estos ámbitos, sino que además en cómo se puede estimular una manera distinta de concebir la innovación, la investigación y la creación artística desde una mirada que se abre a la perspectiva de género. También queremos seguir avanzando en la dimensión ética de nuestro quehacer, con el desarrollo de algunos comités, como el de seguridad animal, y también aquellos que están en el campo de la experimentación y las buenas prácticas científicas.