La iniciativa “La comida también es autocuidado” del Programa de Residencia Universitaria (PRU) de la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil (DIRBDE) lanza:

Recetario saludable para estudiantes de la U. de Chile

Recetario saludable para estudiantes de la U. de chile
Recetario Saludable
Recetario Saludable: páginas interiores y portada.
Recetario Saludable
Recetario Saludable: páginas interiores, portada y contraportada.

La irrupción de la pandemia por COVID-19, fue un momento difícil de afrontar para la población en general, ya que dejó a su paso efectos sociales, económicos y psicológicos que cambiaron las rutinas de antaño. Estos cambios, indirectamente también influyeron en el estudiantado que enfrentó desafíos impensados en su quehacer universitario. 

Frente a este escenario, desde la DIRBDE nació un aprendizaje en el seno de aquella pandemia y se buscaron las formas de influir positivamente en la calidad de vida de la comunidad estudiantil, no solo desde lo académico, sino que desde temáticas más cotidianas, pero no menos relevantes, como lo son la alimentación y nutrición. 

Así lo manifiesta la Directora de la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil, Pamela Díaz-Romero Monreal, quien reflexiona: “La pandemia vino a demostrar la función fundamental que tiene la Universidad en el bienestar, el que podamos contribuir a mejorar la calidad de vida integral de sus miembros, y al desarrollo de hábitos saludables en una etapa que marcan la vida adulta”. 

Al  mismo tiempo, la psicóloga y coordinadora del Programa de Autocuidado y Apoyo Psicosocial DIRBDE - VAEC, Doris Riquelme Contreras, señala que: “La Universidad y otros contextos educativos, tienen un impacto en la socialización y el aprendizaje de estas pautas de conducta, al ser espacios promotores de comportamientos, debiesen ser contextos que fomenten cambios en los estilos de vida de sus miembros”. 

A raíz de esto, el año 2020  nace la iniciativa “La comida también es autocuidado”, destinada a las y los miembros del Programa Residencia Universitaria (PRU), pero que con el tiempo se extendió a toda la comunidad estudiantil. El énfasis de ello estaba puesto en aquellos efectos beneficiosos que tiene el comer de forma saludable.  

Al respecto, la estudiante de Química, Macarena Alejandra Arcos Arcos, recuerda sobre la iniciativa: “Me enteré de ‘La comida también es autocuidado’ en medio de la cuarentena a través de correos, y durante ese tiempo fue de gran ayuda a sobrellevar el claustro. Cuando uno es estudiante suele dejar de lado muchas cosas, y una de esas es la alimentación”. 

Los aprendizajes de aquel tiempo trascendieron y, tal como en aquel momento se compartieron recetas y talleres a través de redes sociales o charlas por Zoom,  para que las y los estudiantes de la U. de chile pusieran en práctica desde sus casas, hoy se encuentra disponible este recetario saludable, con el ojo puesto en incidir en los hábitos que marcan calidad de vida.  

Quienes accedan a él podrán encontrar algunas de las distintas preparaciones que han sido parte del programa. Frente a esto, la nutricionista de PRU, Andrea Aedo Palma comenta: “Es súper importante que la nutrición llegue a la gente, que sea utilizada como una forma de satisfacer todos los requerimientos a nivel de organismo, y que además sirva como una forma de aprendizaje”. 

Alimentación y nutrición ¿Son lo mismo?

Alimentación y nutrición son dos conceptos relacionados que muchas veces se ocupan como sinónimos, pero que no son lo mismo. A grandes rasgos, la alimentación se considera como la acción de comer y entregar alimentos a nuestro cuerpo, en cambio la nutrición es el proceso biológico y el conjunto de reacciones que suceden en nuestro organismo para recibir y transformar los nutrientes que nos sirven en el diario vivir. 

En este aspecto, la nutricionista Andrea Aedo Palma establece que: “A nivel nacional, la nutrición no está siendo muy bien abordada, todavía falta mucho para que esta llegue a toda la población, ya que solamente hablamos de alimentación, pero no de la nutrición”. 

En torno a este desafío, se espera que pequeños cambios pueden significar mucho para las y los estudiantes: desde los ingredientes que ocupamos al cocinar, hasta el tiempo que le dedicamos a nuestras comidas, ya que todo tiene un valor agregado en nuestra nutrición.  

La psicóloga del Servicio Médico y Dental de los Alumnos (SEMDA), Irma Ahumada, complementa: “Lo que comemos tiene estrecha relación con nuestro funcionamiento cerebral, capacidad de atención, regulación de la cognición, protección del sistema inmune y efectos en nuestro estado de ánimo”. O sea, que se trata de más que solo satisfacer el hambre. 

Esta última idea es central en el Recetario, y abarca incluso más alla, según Andrea Aedo Palma, hay otros propositos que cumple: “Teníamos la idea de exponer recetas, ya que muchas veces no tomamos los alimentos que tenemos a la mano, donde podemos hacer grandes preparaciones, disfrutar y además nutrirnos”.

Tal como se mencionaba al inicio, en estos últimos años, ha surgido en la DIRBDE un compromiso con entregar las herramientas para que la comunidad pueda replicar, y que las personas a su alrededor puedan acceder y beneficiarse de aquello. 

Hábitos para mantener nuestro bienestar 

El ritmo de la vida moderna tiene como una de sus tantas consecuencias el afectar la calidad de vida. Los tiempos para cada actividad son más acotados, y por ende existen efectos más bien negativos en el bienestar general, por ejemplo, menos tiempo para practicar deportes, para descansar y/o para poder elegir bien qué, dónde y cuándo comer.  

Al respecto, la Directora de la DIRBDE, Pamela Díaz-Romero Monreal, señala: “A partir del uso que hacemos de nuestra herramienta del Sistema de Uso de Tiempo de la Universidad de Chile (SUTUCH), sabemos que nuestros estudiantes en la vida universitaria tienden a tener muy poco tiempo personal para dedicar a estas actividades que son indispensables para la reproducción de la vida”.

En relación a lo anterior, la psicóloga Doris Riquelme Contreras agrega: “Dentro de la compleja agenda de responsabilidades, se pierde de vista la necesidad de destinar tiempo no solo al acto de comer, sino que también a la preparación de los alimentos”.

Así, pareciera que para algunas/os el uso concreto y efectivo del tiempo durante el paso por la universidad se vuelve una labor muy difícil de equilibrar, ya que acarrea constantemente adaptarse a nuevas tareas y exigencias que no siempre parecen compatibles con los tiempos de la vida académica.

Complementa este punto la estudiante Macarena Arcos, comentando que: “En los periodos de más estrés cuesta más llevar un balance, ya que el apuro y la autoexigencia llevan a opciones no tan saludables, por la accesibilidad que tienen”. 

No obstante, se pueden transformar e implementar nuevos hábitos ya que son imprescindibles para una mejora en la calidad de vida. Para que este aspecto se concrete a cabalidad es necesario “generar una auto observación repetida de las propias conductas, establecer metas, monitorear e implementar acciones concretas y también monitorear una actitud auto motivadora; lo que se conoce como “autorregulación alimentaria”, señala la psicóloga Doris Riquelme

Al mismo tiempo, la psicóloga de SEMDA, Irma Ahumada comenta que “es importante mantener en mente la importancia de cuidarnos, darnos espacios de descanso y reparación” y comparte algunas recomendaciones para agregar en conjunto con llevar una buena alimentación:

  • Cuidar el sueño, ya que si dormimos mal no vamos a rendir al 100 %.
  • Darnos espacios para mover nuestro cuerpo, para que se liberen endorfinas que nos ayudan a sentirnos mejor.
  • Darnos tiempo para hacer cosas que nos gusten, que ayudan a distraernos y pasarlo bien.
  • Pasar tiempo en la naturaleza. Esto no implica ir a una reserva lejana, sino ir a la plaza, tener plantitas, algo verde que nos ayude a cambiar de aire.
  • Regalonear con nuestras mascotas, que nos conecta con el relajo y sensaciones agradables.
  • Vincularnos con otras personas, porque nos distraemos de las preocupaciones o podemos hablar de ellas, y eso ayuda a sentirnos mejor.
  • Practicar ejercicios de respiración o meditación que nos conecten con un estado de calma, el cual puede verse alterado cuando estamos frente a mucho estrés.

Estas acciones, en conjunto con una adecuada alimentación y nutrición, ayudarán a que nuestro organismo pueda gestionar de mejor forma los altos niveles de estrés, lo que además de impactar positivamente en un mejor rendimiento, permitirá generar una sensación de bienestar que ayudará a transitar de mejor manera los desafíos de la vida estudiantil y adulta. 

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