A cargo del centro de estudios Saberes Docentes

U. de Chile implementa "Programa territorial de convivencia escolar y atención de crisis" en tres regiones

U. de Chile implementa Programa Territorial de Convivencia Escolar
Mario Bugueño presenta algunos resultados en la comuna de Buin.
"Aunque no se ha terminado el trabajo, en general podemos decir que desde el punto de vista de las situaciones complejas destacan dos; la primera, el gran desgaste que tienen las comunidades educativas, ya que ha sido un año complejo para la gestión de la convivencia escolar y, por otro lado, la violencia y sobrerreacción con la que los estudiantes enfrentan situaciones frustrantes", destaca Mario Bugueño, quien presentó algunos resultados del trabajo en la comuna de Buin.

Por encargo del Ministerio de Educación y la Asociación de Municipalidades, el Centro de Estudios Saberes Docentes, de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, está ejecutando el "Programa territorial de convivencia escolar y atención de crisis", iniciativa que busca -en primer lugar- desarrollar competencias y habilidades que permitan a las comunidades educativas enfrentar situaciones de violencia escolar. En segundo lugar, el proyecto promueve el trabajo en red de los establecimientos educativos para que puedan intercambiar experiencias y fomentar, de esta forma, el trabajo coordinado en un nivel comunal.  

Catherine Arriagada, supervisora del Ministerio de Educación del Departamento Provincial Santiago Sur, explica que “este Programa nace en función de la política de reactivación de los aprendizajes y, dentro de ella, uno de los pilares tiene que ver con la convivencia y la salud mental. La evaluación ha sido positiva, con desafíos y con fortalezas, como la calidad de la Universidad de Chile y de sus relatores. Y los desafíos tienen que ver con el tiempo en que llega el Programa, con el momento del año y la lectura del contexto de las escuelas. Un desafío importante es la definición de los actores que van a participar y cómo les acompañamos desde el sostenedor y desde el Ministerio”.

En la ejecución, las universidades se han coordinado para desarrollar las propuestas metodológicas de los distintos componentes del programa. El Centro Saberes Docentes participa en la coordinación nacional del programa y le corresponde la macrozona centro, además de estar trabajando en las regiones Metropolitana, O'Higgins y Maule.  

En términos generales, desarrolla un trabajo en varios componentes. Uno de ellos es el trabajo en red, donde se convoca a los establecimientos de las comunas y se les propone concordar un diagnóstico en relación a la convivencia escolar, lo que fomenta el trabajo en red –o se fortalece en caso de que exista– y se promueve el desarrollo de competencias y habilidades.

Un segundo componente es el de acompañamiento, donde se focaliza el trabajo en establecimientos específicos con equipos profesionales que reúnen a representantes de los distintos actores de las comunidades y se identifican las brechas y las fortalezas. A partir de ello, se avanzará en la elaboración de propuestas de trabajo en la materia para el próximo año.

“En el caso de la Región Metropolitana, estamos implementando el programa en dos comunas, Buin y Santiago. Aunque no se ha terminado el trabajo, en general podemos decir que desde el punto de vista de las situaciones complejas destacan dos; la primera, el gran desgaste que tienen las comunidades educativas, ya que ha sido un año complejo para la gestión de la convivencia escolar y, por otro lado, la violencia y sobrerreacción con la que los estudiantes enfrentan situaciones frustrantes”, señala Mario Bugueño, profesional de Saberes Docentes y coordinador de la Región Metropolitana.

Este proceso ha permitido que reflexionemos, que miremos hacia el interior de las comunidades educativas para ver qué es lo que está pasando, cómo vamos viendo los procesos de convivencia y -a la vez- nos entrega herramientas como para ir visualizando desde otra perspectiva las problemáticas”, destaca Berta Pino, coordinadora de Enseñanza Media de la Corporación de Desarrollo Social de Buin.

Uno de los principales desafíos de los establecimientos educativos es que terminen por incorporar la idea de que la tarea de la convivencia escolar debe ser asumida por toda la comunidad educativa, ya que, si logran en conjunto promover estrategias integrales, podrán tener resultados al más corto plazo. Otra tarea es que se puedan establecer redes de trabajo, que los establecimientos compartan e intercambien experiencias y, lo más importante, que desarrollen estrategias comunes.

Para Patricio Carrasco, director del Liceo A-131 de Buin, el trabajo en red ha sido fundamental, “partiendo desde la base que nadie dentro de las escuelas tiene la receta. Esta ha sido una oportunidad para aprender desde la misma red, en cómo cada uno de los establecimientos ha abordado las contingencias que hoy en día se han presentado, pensando que hoy la convivencia escolar se ha transformado en algo más reactivo que preventivo. Por lo tanto, esta instancia de escuchar a los pares nos ha permitido analizar esas experiencias y aplicarlas en nuestros espacios”.

Por su parte, Loreto Cabrera, directora Colegio San Marcel de Buin, indica que “ha sido un buen proceso, que ha ido de menos a más y que, claramente, enriquece toda la experiencia que uno pueda tener en el aula, con todo lo que tiene que ver con la convivencia escolar y actualizarla a la situación de contexto post pandemia y a la realidad que tienen cada uno de los centros educativos, que se han visto impactados por distintas consecuencias de haber estado confinados y de la situación real del país. Las escuelas hemos tenido que hacer frente a esa problemática y las herramientas que hemos recibido en el curso han sido de gran ayuda”.

Para finalizar, Mario Bugueño destaca que “tenemos un equipo con gran experiencia en la materia. Esta abarca tanto el conocimiento del tema como acciones concretas que se han desarrollado durante años. En este sentido, hemos tenido la capacidad de concordar con otras universidades la forma de trabajo y, en particular, en las comunidades educativas, hemos podido establecer un buen ambiente de trabajo que esperamos se refleje en propuestas de trabajo, tanto en el nivel comunal como de los establecimientos focalizados”.