Profesora Lorena Antezana sobre la TV, su impacto actual en la cultura y sociedad

“Larga vida a la televisión. Las nuevas pantallas constituyen un desafío que implica su transformación”

Habla sobre la transformación de la TV y la irrupción del streaming

“Miradas al pasado. Lecturas generacionales de series de ficción televisiva sobre el Golpe de Estado y la dictadura en Chile” es el título del libro que lanzarán el 22 de marzo Lorena Antezana y Cristian Cabalin, ambos académicos de FCEI de la Universidad de Chile. Inscrito desde la tradición de los estudios de recepción en América Latina, el texto reflexiona sobre la TV y la construcción de telespectadores en el Chile actual. Sobre el medio de comunicación por excelencia en el Siglo XX, la profesora Antezana tiene una idea clara: No ha muerto, sólo se está transformando. 

- ¿Se puede entender a la televisión como un elemento fundamental de construcción de memoria histórica?

En la época actual es difícil atribuir esa responsabilidad a un solo tipo de medio, dado que estamos insertos en un ecosistema en que los medios de comunicación interactúan entre sí y dónde además las personas se relacionan de maneras diversas con ellos. Hecha esa precisión, creo que los contenidos audiovisuales -sin importar mucho la plataforma en que estén disponibles- son importantes sobre todo si pensamos en las nuevas generaciones, para quienes las pantallas y la ficción audiovisual son parte casi "natural" de sus interacciones.

- En el período de la dictadura, ¿cuánto afecta la mirada de los medios de comunicación en la memoria del pueblo? ¿Tienes algún ejemplo particular?

Los medios de comunicación se constituyen en artefactos de memoria, puesto que realizan una selección de los hechos y acontecimientos que vale la pena recordar, así como de la forma (punto de vista), en que estos debiesen ser recordados. Los medios de comunicación, además, en general van a conservar sus archivos que luego podrán ser revisados y reiterados si es el caso de acuerdo a una agenda mediática que es recurrente y repetitiva (por ejemplo, en las conmemoraciones como la de los 50 años del golpe que caracterizarán este año, el tema volverá a ocupar una parte importante de estos medios, pero la información será actualizada y los documentos del pasado serán reinterpretados. En ese sentido serán nuevas versiones sobre ese pasado, nuevas interpretaciones. Otro aspecto importante es que los seres humanos necesitamos de los otros (de nuestra comunidad) para fijar nuestros recuerdos y para compartir memorias, y los medios al fijar una agenda provocan esta conversación.

- ¿Cómo ve la televisión actualmente? ¿Cuánto afecta en la construcción de los procesos de memoria actuales? Esto pensando en el menor rating que obtienen actualmente los programas, versus lo que ocurría en el pasado.

La televisión ya no debe ser concebida como un aparato físico, sino más bien como un dispositivo en el que circulan producciones audiovisuales y que por tanto puede ser consumida en distintos aparatos, plataformas y de diferentes maneras. El rating entonces ya no se mide en función de los aparatos encendidos, sino que del número de descargas, e incluso elementos compartidos a través de redes sociales. Así, la ficción televisiva histórica, por ejemplo, puede circular en distintas plataformas y es visionada de distintas maneras. En cuanto a la construcción de memoria, el primer punto a favor de la ficción televisiva es que es un formato muy apreciado (más aún a partir de la pandemia), es una instancia de entretención (por tanto supone un consumo elegido y no obligado), permite establecer una relación afectiva con aquello que se muestra (personajes y tramas) y establece un vínculo entre la vida cotidiana y la historia que facilita la comprensión de esta última.

- ¿Cuál es el futuro de un medio que está siendo desplazado por plataformas de otro tipo?

Larga vida a la televisión. Esto pues precisamente las nuevas pantallas constituyen un desafío que implica la transformación, o más bien la diversificación de la producción para responder a estos nuevos requerimientos, pero no su desaparición.