"La energía es uno de los factores productivos de mayor relevancia para el logro de los resultados proyectados en todas las actividades socioeconómicas de un país" dice el Prof. de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Manuel Paneque, quien añade: "Chile necesita estudiar nuevas especies que permitan la ampliación de la frontera agrícola y la diversificación de la matriz energética. La investigación que hoy se desarrolla es insuficiente para responder a las necesidades de nuestro país en materia de producción de materia prima y tecnología de procesamiento".
La utilización de tierras agrícolas para la producción de cultivos que podrían ser usados en la alimentación humana o animal, pero que se destinan a integrar mezclas combustibles, ha provocado innumerables discusiones en foros internacionales y ha despertado la preocupación de diversas organizaciones internacionales. En este escenario, la búsqueda de especies vegetales que no compitan con la producción de alimentos ha permitido el desarrollo de proyectos de especies como Jatropha curcas (Indonesia, Mozambique, Argentina, México, Perú, Guatemala, Chile), Aloe vera (India) y algas (Israel, Costa Rica, Holanda), orientados a la producción de biodiésel.
Un desafío país
Se trata de un proceso que en Chile está comenzando. "Para llevarlo a cabo, el sector agrícola debe diversificar sus opciones de producción de biocombustibles, para lo cual es necesario investigar nuevas especies y desarrollar los sistemas productivos para su explotación a escala comercial, los que deberán responder a los requerimientos que tendrá la nueva industria energética: ser compatibles con los objetivos ambientales del país e idealmente aprovechar agro-ecosistemas actualmente degradados o subutilizados" dice Manuel Paneque, quien es pionero en la producción de Jatropha en nuestro país.
De este modo, la contribución del Estado al desarrollo de la bioenergía, la experiencia nacional en cultivos energéticos agrícolas y forestales, los consorcios tecnológicos empresariales para biocombustibles y las tendencias tecnológicas son sólo algunos de los temas que marcarán la pauta del "Congreso Biomasa 2010: oportunidad, cultivos energéticos y frontera agrícola", cuyos objetivos son entregar información a los sectores público y privado sobre las distintas fuentes alternativas no tradicionales de energía vegetal renovable y las oportunidades de cultivos que podrían proveer materia prima para el desarrollo de la bioenergía, debatiendo también sobre el potencial de expansión de la frontera agrícola en Chile.
Este Congreso se realiza en el contexto del proyecto "Puesta en valor de terrenos fiscales y suelos marginales mediante el desarrollo de cultivos energéticos", apoyado por INNOVA-CORFO, y desarrollado por la Universidad de Chile, en conjunto con el Ministerio de Bienes Nacionales. La conferencia abordará los principales estudios que se realizan en Chile en materia de cultivos con potencial energético y se expondrán nuevas e innovadoras tendencias tecnológicas en materia de procesamiento de biomasa, agricultura con agua de mar y de segunda generación, que no compitan con suelos agrícolas.
Red de Biomasa de Chile
Como resultado de las presentaciones y de los debates generados durante la conferencia, se obtendrán las líneas fundamentales para establecer la RED DE BIOMASA DE CHILE, una instancia de trabajo en el tiempo que reúna a los principales representantes de entidades que realizan investigación, promoción y utilización de la biomasa en Chile, junto con expertos y representantes de entidades internacionales.
Comercio mundial de Biocombustibles
De acuerdo a las estimaciones realizadas en enero de 2008 por el Instituto de Investigaciones en Políticas Alimentarias y Agrícolas de las universidades de Iowa y Missouri-Columbia, en EE.UU., el comercio mundial de los biocombustibles líquidos, etanol y biodiésel, alcanzaría en 2017 a 4.217 millones de galones, tres veces más que lo estimado para 2008. El comercio mundial neto de etanol alcanzaría a 3.600 millones de galones en 2017 (11 millones de toneladas), y sería un 203% superior al estimado para 2008. Brasil figura como un importante productor y casi único exportador de etanol, mientras que EE.UU., la Unión Europea, Japón y Canadá serían los mayores importadores. Las proyecciones para biodiésel indican un leve aumento de 8% para el período, desde 557 millones de galones en 2008 a 602 millones en 2017 (1,9 millones de toneladas). El principal exportador sería Argentina, seguida por EE.UU. e Indonesia. Las importaciones de la UE representarían cerca del 71% del comercio mundial de biodiésel en 2017.