"Mi sentimiento es de emoción, pero también de mucho orgullo y pertenencia a la Universidad de Chile. Emoción de ver cómo esta Casa de Estudios está arraigada en el querer popular, en el cariño de la gente. Uno lo observó, aquí en la calle, y eso es realmente invaluable".
Con estas palabras, el Rector Víctor Pérez Vera, compartió la impresión que le dejó la semana de festejos culturales y de reflexión que esta institución preparó para compartir con el país sus bienes patrimoniales.
"Ha sido totalmente emocionante ver la reacción de la gente que iba pasando por la Alameda y miraba estas 'Ventanas', cuando asistió a las actividades en el Teatro de la Universidad de Chile, cuando se acercó a ver el escenario en Arturo Prat con la participación de un conjunto de colegios -a través de sus Academias de Teatro y Música y las presentaciones del Ballet Folclórico Antumapu-. Ver cómo la gente que va pasando por la calle recibe con cariño y emoción este tributo, este presente de la Universidad de Chile, me ha llenado de emoción".
Como consecuencia, añadió el Rector, "hemos asumido un compromiso de seguir en esta línea".
Bienes públicos generados en el espacio público: La U. de Chile
El académico manifestó que el desafío, en adelante, es "buscar modos a través de los cuáles seguir entregándole a todos los chilenos y chilenas lo que hace la Universidad de Chile, tanto en el aspecto artístico, cultural, educacional y patrimonial porque, de alguna manera, por medio de ello no solamente mostramos las actividades que realizamos sino también los valores que al interior de esta Casa de Estudios se vivencian y que hace posible esto. Vale decir, entregarle la gente los bienes públicos generados en el espacio público llamado Universidad de Chile. Eso es realmente emocionante".
En la ocasión, la autoridad agradeció también el trabajo del equipo que hizo posible la materialización del proyecto "La Chile. Un Presente para Chile".
"Mis agradecimientos, a nombre de la Universidad de Chile a la Vicerrectora de Extensión, señora Sonia Montecino, y a toda la gente que ha trabajado con ella toda esta semana y desde mucho antes por un espectáculo realmente maravilloso", expresó el Rector, calificando la instalación de este proyecto como "un presente para Chile que enorgullece a todo el país porque ha representado y mostrado el patrimonio cultural, científico, artístico, humanístico que tiene la institución en su interior y que irradia hacia fuera".
Asimismo, el Rector valoró que las actividades de la semana representaran el trabajo que se realiza en cada una de las Facultades e Institutos, así como el de sus conjuntos estables, de sus espacios museales y de sus laboratorios. "Realmente hemos salido a través de la ‘Ventana' para expresar lo que es la Universidad de Chile".
Intervención urbana
Por su parte, la Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Sonia Montecino, también compartió su evaluación de esta experiencia. "El balance es positivo desde dos perspectivas: una, la puesta en escena de un conjunto de voluntades de la propia universidad por tener una voz, para estar presentes, como institución, en las celebraciones del Bicentenario entregando lo mejor de nuestra Casa de Estudios".
"La otra -continuó-, logramos el apoyo de una serie de personas, organizaciones y empresas que auspiciaron y solidarizaron con nuestros proyectos. El conjunto de estos(as) actores nos condujo a una experiencia de intervención urbana en el frontis de la Casa Central, marcando con una impronta diferente las celebraciones".
Una "plaza pública" en medio de la vorágine del mercado
"De algún modo la Universidad de Chile emergió como una "plaza pública" en momentos en los cuales es el mercado el que define audiencias; el lanzamiento del número especial Bicentenario de la Revista Anales y su distribución gratuita hizo posible que los(as) ciudadanos(as) comunes y corrientes pudieran tener acceso a un bien cultural y reflexivo", analizó la Vicerrectora.
"Del mismo modo, la instalación 'Ventanas a Chile' abrió los 'claustros' a un público amplio y la creatividad de nuestra universidad se expandió. En paralelo, el registro de los deseos de la comunidad de la Universidad de Chile para el Bicentenario se convirtió en un producto audiovisual que testimonia el sentimiento y el pensamiento de ésta sobre y para el país", añadió la antropóloga.
"Por otro lado, recopilamos alrededor de 3.000 sueños para el Tricentenario en un acto de conservación de la memoria y de las voces de académicos(as), profesores(as), funcionarios(as), así como de todos(as) aquellos(as) que quisieron plasmarlos y dejarlos en los buzones. No es menor que el Archivo Central Andrés Bello emerja como el depositario de esa memoria, apostando a que en 100 años más nuestra universidad sabrá resguardar su patrimonio y , por extensión, el de los(as) chilenos(as)", afirmó.
La académica también destacó el aporte realizado por la Universidad en la difusión de las actividades artísticas de estudiantes de liceos y colegios de Santiago que contaron con un espacio en la calle Arturo Prat (a un costado de Casa Central), quienes "en muy pocas ocasiones pueden gozar de ser considerados(as) y reconocidos(as). Una "plaza pública" múltiple y plural es lo que ofrecimos durante una semana".
Luego de haberse completado exitosamente el proyecto "La Chile. Un Presente para Chile", el desafío que queda por delante, "es la continuidad de estas iniciativas, su perfeccionamiento y organización con tiempo, y cada vez con mayor participación de las distintas unidades institucionales", sostuvo la profesora Sonia Montecino.
Buzón de los Sueños: El pulso de la sociedad
Hasta fines de septiembre la comunidad podrá dejar su anhelo en los "Buzones de los Sueños" que permanecerán instalados en las Facultades e Institutos de la Universidad. Así lo explicó Alejandra Araya, Directora del Archivo Central Andrés Bello, unidad que estuvo a cargo de este proyecto para el Tricentenario. La profesora Araya informó que a la fecha los sueños depositados por chilenas y chilenos en los buzones de Casa Central suman alrededor de tres mil, cifra que seguirá creciendo hasta completarse el presente mes.
La académica se adhirió a las evaluaciones positivas de la semana, comentando el fenómeno histórico observado en torno al efecto que provocó esta intervención en la ciudad que permitía a la ciudadanía dejar un pensamiento preservado para el futuro.
"Es realmente interesante lo que sucedió porque los tres mil sueños recolectados son representativos del país, especialmente por el sector donde estaban ubicados", comentó.
"Los buzones se encontraban en la Alameda entre San Diego y Arturo Prat, frente a Ahumada, justamente en un espacio de encuentro y de tránsito de todos lo grupos sociales, de todos los oficios, de todas las profesiones, de todas las edades, desde gente extraña para la personas habituadas a la vida de barrio, hasta inmigrantes y personas que venían del sur o el norte del país", describió sobre el escenario de diversidad escogido.
Al mismo tiempo, añadió la Directora del Archivo Central, "se recogía el pulso de la sociedad actual. Por un lado la soledad de muchos. Había mucha gente que te decía que no tenía sueños. Para otros, en tnato un sueño representaba la posibilidad de la esperanza o de la desesperanza. En realidad ninguno de nosotros va a estar en cien años más, pero muchos tienen la secreta esperanza de la eternidad, entonces este gesto de dejar para el futuro un sueño les resultaba entretenido".
El equipo de personas que estuvo a cargo de atender y ayudar al público estaba compuesto por jóvenes voluntarios que estudian Historia en la U. de Chile. Los muchachos comentaban a diario las impresiones de las jornadas, explicó la profesora Araya, y el común denominador que ella recogió fue "la sorpresa y sensación que le producía a la gente la trascendencia. Mostrar algo a otras personas, en el futuro, que no saben. Esa posibilidad mágica les encantaba".
"También fue emocionante escuchar de lo estudiantes de Historia y constatar que todavía hay gente que no sabe leer ni escribir, y que de todas maneras comprendían esta acción de dejar un mensaje para otra generación y le solicitaban a ellos que les escribieran. Eso les impactó bastante, como también se mostraron impactados con la gente mayor y los niños pequeños escribiendo, fue lo más bonito", compartió.
Sueño para la casa
"La gente entendió fácilmente la propuesta. Era una apuesta lúdica a futuro, pero que tomaban en serio. Algunos, por ejemplo, se llevaban la papeleta y la traían al día siguiente para poder pensarlo mejor. Otros discutían entre ellos qué era lo que correspondía dejar, trascender, creo que eso fue lo más emocionante. La gente tiene conciencia de lo que significa trascender y la Memoria", continuó la historiadora.
Una vez culminado este proceso de recolección de sueño, precisó Alejandra Araya, el Archivo Central Andrés Bello procederá a convocar a especialistas de su laboratorio y restaurador para diseñar el espacio más adecuado en la conservación de estas papeletas que permanecerán guardadas como un "secreto" hasta las celebraciones del Tricentenario.
"Lo que sí queremos es tenerlo en un espacio visible de manera que podamos traspasar la misión, que la gente sepa que existen. Por lo tanto, hay que guardarlos como institución. También estamos pensando declararlos como Monumento Histórico Nacional, sería muy interesante por ser un aporte al futuro. Tú declaras como Monumento Nacional algo que ya está enraizado, que ya tiene un lugar dentro de la memoria de la historia de una sociedad. En este caso sería también entregarle a las generaciones del futuro la misión de resguardar este legado escrito de puño y letra por los vivientes del siglo XXI. Eso ya tendría un valor interesante para ser guardado cien años, sería una batalla muy interesante de Memoria", expresó.
En la ocasión, la académica precisó que tienen contemplado definir un protocolo para la preservación, clasificación y apertura de estas miles de piezas que contienen "el gesto de la escritura, del depositar, de entregar, de regalar algo. Es un gesto importante que la gente de la calle lo valora, lo entiende y eso -por muy simple que haya parecido- es valioso".
Finalmente, Alejandra Araya valoró que esta Casa de Estudios se instalara "nuevamente como un hito en el espacio público, pero también corrovorar que para la comunidad nacional la Universidad de Chile marca la diferencia".
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